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IMPACTO DE UN FARMACÉUTICO CLÍNICO EN LA

FÁRMACO-ECONOMÍA DE UNA URGENCIA

Los costos de una atención de urgencia se pueden analizar

de distintos puntos de vista, existen costos médicos directos

(cuenta de urgencia, medicamentos), costos no médicos

directos (tiempo de ausencia laboral), costos indirectos

(morbimortalidad de la enfermedad de emergencia) y costos

intangibles (dolor). Por lo tanto, el área de influencia de un

farmacéutico clínico no solo se refiere a la cuenta final que

debe pagar el paciente o el costo para el asegurador; sino

que tiene una dimensión bastante más amplia y son justa-

mente aquellos costos indirectos e intangibles los que más

impactan en el paciente y su pronóstico (21,22).

Múltiples autores han descrito los ahorros debido a la

implementación de servicios de Farmacéuticos Clínicos en

urgencias y en otras unidades. No obstante, existe limitada

información que describa los costos específicos asociados

a esta prestación. Un estudio realizado por Mialon et al. en

una urgencia pediátrica demostró que la implementación de

servicios de Farmacéuticos Clínicos en urgencias permitió

reducir en un 80% los errores de medicación, proyectando

un ahorro de $800000 dólares anualmente. Aunque otros

estudios reportan ahorros promedio de $355021 dólares,

sin contar con los costos indirectos ahorrados en tiempos

liberados de otros profesionales y posibles judicializaciones

de la atención por errores de medicación con daño.

Entre los beneficios reportados se encuentran la racionali-

zación de los medicamentos en la admisión, identificación

de eventos adversos como causa de ingreso y durante la

atención, apoyar decisiones de uso de medicamentos de

alto riesgo o de complejas, además de nuevas competen-

cias médicas durante la prescripción, disminución de los

tiempos de espera, facilitar el alta y mejorar los índices de

satisfacción, todos estos reducen costos indirectos, tremen-

damente importantes en la experiencia del usuario del

servicio de urgencia de un centro hospitalario (23,24).

CONCLUSIONES

Los equipos de Farmacéuticos Clínicos son una necesidad

en los servicios de urgencia de nuestro país, como descri-

bimos en este artículo se pueden acoplar perfectamente

al quehacer diario de urgencia sin afectar los procesos de

atención, sumándose como un profesional más del equipo,

aumentando la seguridad de los procesos, entregando aten-

ción oportuna y de calidad a los pacientes en momentos

tan vulnerables como la consulta de urgencia. Además se

muestra que el farmacéutico clínico impacta disminuyendo

costos, no solo costos directos sino que también costos

indirectos para los pacientes que se presenten al servicio

de urgencia, mejorando su satisfacción usuaria, hito que se

encuentra dentro de las estrategias de salud de Chile para

el 2020.

FIGURA 1.

ESTRATEGIAS DE MITIGACIÓN DEL RIESGO EN EL SERVICIO DE URGENCIA

SEGURIDAD

DEL

PACIENTE

FARMACÉUTICO

EN URGENCIA

FARMACÉUTICO

CLÍNICO EN

URGENCIA

CAPACITACIÓN

CONTINUA

PROTOCOLIZACIÓN

DE INFUSIONES

PROTOCOLIZACIÓN

DE INFUSIONES

CAPACITACIÓN

CONTINUA

Un farmacéutico clínico en el equipo

de urgencia detecta EM de fármacos

indicados por el médico de urgencias,

durante la atención como finalizar esta,

es un apoyo a la hora de definir interac-

ciones, lidera los equipos de pesquisa de

errores, además es un apoyo en la tera-

péutica adecuada para ciertos grupos de

pacientes, por ejemplo adultos mayores.

Capacitación continua

Los sistemas de protocolización local son

muy importantes, ya que estos ayudan a

estandarizar la preparación y la administra-

ción de soluciones y/o preparados farma-

céuticos, estos protocolos se pueden

incluir en los sistemas de registro de ficha

electrónica, lo que facilita la prescripción

por parte del médico.

Capacitar de manera regular a todo el

personal del servicio para que colabore

con la detección de EM y en la seguridad en

la atención es fundamental, crear hábitos

de comprobación cruzada, promover el

etiquetado claro de los fármacos, mejorar

la comunicación a la hora de recibir indi-

caciones verbales (por ejemplo, en una

reanimación compleja).

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(5) 646-651]