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de paro, para ello es muy importante que el protocolo se
construya con la participación del equipo de enfermería
y médicos del servicio. Al finalizar este proceso se debe
publicar en afiches dentro del reanimador los resultados
resumidos de esta protocolización e instar a que sean
utilizados, midiendo aleatoriamente el resultado de esta
intervención. Asimismo, la ubicación y administración de
medicamentos de alto riesgo debe estar resguardada y
debidamente estandarizada para disminuir la ocurrencia
de errores de medicación. Además, este profesional parti-
cipa en procesos que permitan mitigar riesgos, ya sea
implementando estrategias para prevenir su ocurrencia,
como para detección temprana.
Monitoreo de las terapias
En las distintas urgencias del país los pacientes quedan hospi-
talizados dentro del servicio de urgencia a la espera de cupo
de servicios de intensivo, en este caso se requiere el apoyo
para el monitoreo de las terapias entregando metas claras
según los fármacos administrados. En estos casos el farma-
céutico clínico deberá realizar tareas similares a las realizadas
por sus pares en la Unidad de Cuidados Intensivos, control
de infusiones, medición de niveles plasmáticos según droga,
gestión de los horarios y forma de administración de antibió-
ticos, todos elementos vitales para el pronóstico del paciente.
FARMACÉUTICO CLÍNICO APOYANDO LA GESTIÓN DE
URGENCIA
Entre los procesos de urgencia, la gestión de farmacia
impacta de manera importante los tiempos de pacientes
en box, la forma en la cual se dispensan los fármacos, la
ubicación de la farmacia dentro de la urgencia, el acceso
inmediato del equipo de enfermería a los medicamentos
de uso habitual, la implementación de protocolos para
manejo acelerado de dolor agudo de máxima intensidad
(p. ej cólico renal) sirven para gestionar de mejor manera
el uso del recurso box. Esto tiene aún mayor impacto en
los servicios públicos donde se presentan tiempos de
espera prolongados. En un estudio FONIS en vías de publi-
cación, nuestro equipo observó un aumento significativo
en la satisfacción usuaria en aquellos pacientes que fueron
tratados por un farmacéutico clínico versus aquellos que
recibieron la atención convencional.
Estrategias de seguridad en un ambiente adverso
Las instituciones de salud deben asegurar la calidad y la
seguridad de las prestaciones que entregan, en ese sentido
el primer paso es reconocer que estas prestaciones no están
exentas de riesgos para los pacientes que las reciben y que
el ambiente clínico es susceptible de fallas en la medida que
las tareas son realizadas por seres humanos.
El farmacéutico clínico es un profesional entrenado en desa-
rrollar e implementar estrategias en la mitigación de estos
riesgos. A continuación se detallan algunas estrategias reco-
mendadas según tipos de errores en medicación frecuentes.
ESTRATEGIAS DE MITIGACIÓN DEL RIESGO (20)
Estrategias basadas según el tipo de error:
A. Errores Basados en Conocimiento:
Estos se producen
por falta de conocimiento o conocimiento incompleto de
los antecedentes del paciente. Por ejemplo, administrar un
fármaco sin haber establecido claramente si el paciente es
alérgico. Este tipo de error se evita completando la infor-
mación tanto del fármaco que está prescrito y el paciente
a quien se le está administrando. Sistemas electrónicos de
prescripción, sistemas de medicación con códigos de barras
y la comprobación cruzada (por ejemplo, farmacéuticos y
enfermeras) pueden ayudar para interceptar este tipo de
errores.
B. Errores basados en reglas:
Estos se producen aplicando
un protocolo no validado o aplicando mal un protocolo vali-
dado, por ejemplo, inyectar heparina subcutánea y no endo-
venosa en un IAM con supradesnivel ST. La protocolización
adecuada incluidas en sistemas electrónicos de prescripción
y la capacitación continua ayudan a evitar este tipo de error.
C. Acción basada en errores:
Estos se producen por
descuidos, por ejemplo, administrar al paciente diazepam
cuando la intención era administrar diltiazem. Este tipo de
error se puede minimizar contrastando paciente-fármaco,
etiquetado claro de los medicamentos, uso de código de
barras, distanciar fármacos que tiene nombres o apariencias
similares.
D. Errores basados en memoria:
Estos se dan por distrac-
ción, por ejemplo, administrando penicilina a un paciente
alérgico conocido. Estos son difíciles de evitar; pero pueden
ser interceptados por sistemas de prescripción informatizada
y mediante revisión cruzada o en lo posible cambiar periódi-
camente la asignación de funciones del personal (Figura 1).
Como miembros del equipo de salud debemos fomentar la
medición de la magnitud de los errores que pueden afectar
a nuestros pacientes. Para poder implementar estas estra-
tegias es necesario obtener un diagnóstico de la situación,
insistimos en que el primer gran paso es reconocer que nos
equivocamos a diario y luego tenemos que saber cómo y
cuánto nos estamos equivocando. Esta es la única manera
de mejorar y entregarle mayor seguridad a nuestros usua-
rios a través de estrategia de mitigación del riesgo.
[FARMACÉUTICO CLÍNICO EN EL SERVICIO DE URGENCIA, UNA NECESIDAD-Dr. Luis Herrada y cols.]