61
Figura 1. Núcleo supraquiasmático del
hipotálamo
[Trastornos del sueño en la adolescencia - Dra. Francesca Solari B.]
altamente receptivo a nueva información y está receptivo a adquirir
nuevas habilidades; para que este proceso se desarrolle adecuadamente,
es necesario un buen dormir.
Diversos estudios han examinado la prevalencia de quejas sobre trastornos
del sueño de los padres y niños (escolares y adolescentes) en grandes
series de encuestas de salud; muchos de los cuales tienden a asociar sueño
fragmentado o alterado con problemas conductuales. Los problemas del
sueño son más prevalentes en niños y adolescentes con enfermedades
crónicas y alteraciones del neurodesarrollo y psiquiátricas (2,3).
Es importante considerar que la definición de patrones normales de
sueño, tanto requerimientos de sueño y alteraciones del sueño en
niños y adolescentes, necesariamente incorpora una amplia gama de
cambios maduracionales y de desarrollo normal a través del escolar a la
adolescencia, asociado a influencias sociales, culturales y ambientales.
Para definir anormal, problemático o patológico es importante conocer
qué significa un sueño normal en niños y adolescentes. No hay
suficientes estudios o investigaciones con un “n” importante, usando
monitorización objetiva de medición de calidad y cantidad de sueño
(polisomnografía o actigrafía) (2).
RITMO CIRCADIANO DE VIGILIA SUEÑO
Todos los seres vivos, incluido el hombre, presentan oscilaciones
periódicas en su bioquímica, fisiología y conducta. Los ritmos biológicos
son variaciones temporales, periódicas y previsibles de todos los niveles
de la organización biológica de los organismos vivos. Algunos de los
ritmos biológicos siguen una periodicidad circadiana, es decir, se repiten
cada 24 horas. Es el caso del ciclo vigilia/sueño.
El ciclo diario de vigilia/sueño permite organizar nuestra conducta en
el tiempo y sincronizar internamente la regulación de muchos procesos
biológicos, como el ritmo de la temperatura corporal, el ritmo del cortisol
y el ritmo de la secreción de la hormona de crecimiento, entre otros.
El ritmo vigilia/sueño está regulado por el núcleo supraquiasmático del
hipotálamo, que actúa como nuestro reloj biológico, el cual requiere de
sincronizadores externos e internos que ayudan a mantener el ritmo
encarrilado.
Sincronizadores externos más importantes:
•
Luz
•
Las normas o hábitos sociales
Sincronizadores internos:
•
Secreción de melatonina
•
Ritmo de la temperatura y ritmo de secreción de cortisol (figura 1)
El ritmo de vigilia sueño del recién nacido no tiene una periodicidad
circadiana sino que es de tipo ultradiano (repetición de las fases cada
tres o cuatro horas).A los seis meses de vida, el núcleo supraquiasmático
del hipotálamo adquiere la periodicidad circadiana ayudado por los
sincronizadores externos e internos. Las hipótesis actuales apuntan
a que el ritmo circadiano de 24 horas sufre un retardo durante la
adolescencia, es decir, que la necesidad de sueño aparece más tarde.
Se postula que el ritmo de vigilia/sueño tendría una periodicidad de
25/26 horas. Esto podría ser una de las características del sueño en los
adolescentes, que nunca encuentran el momento de acostarse y casi
siempre retrasan el momento de levantarse.
Muchos de los cambios en el sueño tienden a reflejar cambios
fisiológicos, cronobiológicos, del desarrollo y del medioambiente social
que ocurren desde el escolar al adolescente. Esto incluye lo siguiente:
1.-
El tiempo total de sueño se va modificando desde el período de
recién nacido hasta la edad adulta, disminuyendo su relación con
la vigilia (figura 2). Además, la estructura de sueño va cambiando,
evolucionando desde un 50% REM/NoREM a alrededor de un 20% de
sueño REM en el adolescente/adulto (figura 3)
2.-
Un retardo gradual de la ida a acostar y de la hora de inicio de sueño
comienza en la edad escolar y se acelera en la adolescencia
3.-
Irregularidad en los patrones de sueño/vigilia por el incremento
en la discrepancia de las horas vigilia/sueño de días con colegio y sin
colegio (2)
Sanjeev V. Kothare.Assessment of Excessive Daytime Sleepiness in Children & Adolescents.