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Dentro de las instituciones de salud sin duda existen lugares
que por su tipo de atención serán de mayor riesgo, es así
como los servicios de urgencia hospitalarios son uno de
los escenarios donde suceden con mayor frecuencia estos
errores clínicos prevenibles, en el año 1999 el Instituto
de Medicina estadounidense (IOM en sus siglas en inglés)
reportó que los servicios de urgencia eran uno de los
tres servicios con las tasas más altas de eventos adversos
prevenibles asociados a medicamentos en un hospital.
En el año 2001, la base de datos de errores en medi-
cación de la
United States Pharmacopheia
(MedMARx),
reportó aproximadamente 2000 errores en medicación en
servicio de urgencia (4) afectando cerca del 59.4% de los
pacientes (5).
Existe múltiples factores que condicionan que en el servicio
de urgencia se generen con mayor frecuencia errores de
medicación (6-10), tales como conocimiento insuficiente
de la historia médica del paciente por parte del equipo de
urgencia, alta carga asistencial, gran número de pacientes
con uso de medicamentos en forma crónica y antecedentes
de alergias no siempre reportados, rápida velocidad de
atención, variedad y complejidad de las rutas de administra-
ción de medicamentos, predominancia de órdenes verbales,
interrupciones, distracciones, errores de comunicación y la
naturaleza ambulatoria de los servicios de urgencia.
En un estudio prospectivo observacional multicéntrico
que incluyó 4 servicios de urgencia en Estados Unidos, se
detectó 7.8 errores en medicación por cada 100 pacientes
y al igual que en otros estudios, la etapa de prescripción
fue la más vulnerable a error, siendo dosis menor a la reco-
mendada (16.8%), dosis mayor a la recomendada (12.5%)
y omisión de la dosis (10.5%) los errores con mayor preva-
lencia en esta etapa (12).
Nuestro grupo de investigación durante en el año 2012
desarrolló un estudio observacional prospectivo cuyo obje-
tivo fue determinar la frecuencia de errores de medicación
en el servicio de urgencias de adultos de un hospital univer-
sitario, los resultados no variaron en relación a lo reportado
en la literatura obteniendo una prevalencia de errores en
medicación en la administración de 46.4%. Adicionalmente,
desde el punto de vista económico, los errores en medica-
ción en un servicio de urgencia tendrían un costo estimado
de US$436150 en cuatro meses en un servicio que atiende
aproximadamente a 84000 pacientes por año (11).
Es por esto que este artículo intenta describir la utilidad de
un farmacéutico clínico en los servicios de urgencia, tanto
públicos como privados, permitiendo al lector que conozca
detalles de este nuevo integrante de los equipos multidisci-
plinarios presente en las urgencias de nuestro país.
De forma que podamos comunicarnos en un lenguaje
similar se plantean algunas definiciones que nos permitirán
clasificar algunas situaciones para medirlas y describirlas.
Incidentes por medicamentos
Es el término que engloba todos los accidentes, problemas
o sucesos, inesperados o no deseados, que se producen por
error o no, durante los procesos de utilización de los medica-
mentos y que pueden o no causar daños al paciente (12).
Error de medicación (EM)
Cualquier incidente prevenible que puede causar daño al
paciente o dar lugar a una utilización inapropiada de los
medicamentos, cuando éstos están bajo el control de los
profesionales sanitarios o del paciente o consumidor. Estos
incidentes pueden estar relacionados con las prácticas profe-
sionales, con los productos, con los procedimientos o con
los sistemas, e incluyen los fallos en la prescripción, comu-
nicación, etiquetado, envasado, denominación, preparación,
dispensación, distribución, administración, educación,
seguimiento y utilización de los medicamentos (13).
Esta definición expresa el carácter prevenible de los errores
los cuales pueden ocurrir en cualquiera de los procesos del
sistema de utilización de los medicamentos.
Eventos adversos por medicamentos (EAM)
Cualquier daño grave o leve causado por el uso terapéutico
(incluyendo la falta de uso) de un medicamento” (14). Los
eventos adversos se pueden clasificar en dos tipos según sus
posibilidades de prevención (15):
– EAM prevenibles: son aquellos EAM causados por
errores de medicación y otros problemas relacionados
con el uso de medicamentos, como por ejemplo selec-
ción o uso inadecuados, los cuales suponen daño y error.
– EAM no prevenibles: son aquellos EAM que se producen
a pesar del uso apropiado de los medicamentos (daño
sin error) y corresponden a las denominadas reacciones
adversas a medicamentos (RAM). No obstante, es nece-
sario clarificar que pueden existir RAM dosis depen-
dientes prevenibles.
Reacción adversa a medicamentos (RAM)
Todo efecto perjudicial y no deseado que se presenta
después de la administración de un medicamento a las dosis
normalmente utilizadas en humanos para la profilaxis, diag-
nóstico o tratamiento de una enfermedad o con objeto de
modificar su función biológica. Se considera que las RAM no
suponen un mal uso de los medicamentos, es decir, que no
se producen por un error (16).
DEFINICIONES
[FARMACÉUTICO CLÍNICO EN EL SERVICIO DE URGENCIA, UNA NECESIDAD-Dr. Luis Herrada y cols.]