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La segunda escala es del 2010 del “
The National Coordinating
Council for Medication Error Reporting and Prevention
(NCCMERP)”. Esta institución estableció una clasificación
de los errores por niveles de severidad que incluye errores
potenciales, sin daño, con daño y mortales (Tabla 2).
Las instituciones de salud y particularmente las unidades
de cuidados intensivos, deben realizar todos los esfuerzos
necesarios para asegurar que los fármacos sean entre-
gados en forma segura, efectiva, apropiada y eficiente.
Estas iniciativas de mejora deben incorporar interven-
ciones múltiples a diferentes niveles.
Algunas recomendaciones para disminuir el riesgo de
EPAM en la UCI son:
1.
Apoyo institucional para el mejoramiento continuo de
la calidad y seguridad de la atención clínica.
2.
Capacitación continua del personal de salud a todo
nivel. Esto incluye procesos de inducción al puesto
general y específico, cursos y talleres permanentes de
manejo adecuado de medicamentos.
3.
Incorporación de Farmacéuticos Clínicos en la UCI
capacitados e integrados al equipo tratante de UCI.
4.
Protocolización de procesos de administración de
medicamentos, así como protocolización del uso de los
fármacos más frecuentes (ej. Protocolo de manejo de
sedación, de uso de drogas vasoactivas, de manejo de
glicemia y de anticoagulación).
5.
Sistemas de reporte voluntario de EPAM no punitivo y
evaluación permanente de los mismos.
6.
Prescripción discutida, revisada y despachada en
equipo multidisciplinario de salud.
7.
Cobertura adecuada de turnos, sabemos que la sobre-
carga de trabajo médico y de enfermería se asocia a
mayor tasa de errores. Esto aplica tanto para la relación
número de médicos o enfermeras por paciente, como
para la duración de los turnos.
8.
Prescripciones médicas electrónicas
9.
Tecnología de códigos de barra en las diferentes etapas
del proceso.
10.
Bombas de infusión continua inteligentes, es decir, con
límites de infusión, bibliotecas y alarmas.
4) Enfrentamiento a las reacciones adversas a
medicamentos (RAM) y toxicidad de drogas.
Además de la existencia de EPAM, existen reacciones
adversas predecibles o no predecibles a una droga adminis-
trada. Este segundo fenómeno, también es de ocurrencia
frecuente en las unidades de cuidados intensivos y a su vez
se asocia a aumento de la morbi-mortalidad.
TABLA 2.
CLASIFICACIÓN DE LOS ERRORES POR CATEGORÍA Y NIVELES DE SEVERIDAD SEGÚN SEGÚN
THE NATIONAL
COORDINATING COUNCIL FOR MEDICATION ERROR REPORTING AND PREVENTION
(NCCMERP)
CATEGORÍA
DEFINICIÓN
Error potencial o
no error
Categoría A
Categoría B
Circunstancias o incidentes con capacidad de causar error
Error se produjo, pero no alcanzó al paciente
Error sin daño
a
Categoría C
El error alcanzó al paciente, pero no le causó daño
Categoría D
El error alcanzó al paciente y no le causó daño, pero precisó monitorización
c
y/o
intervención para comprobar que no había daño
Categoría E
El error contribuyó o causó daño temporal al paciente y precisó intervención
d
Categoría F
El error contribuyó o causó daño temporal al paciente y precisó o prolongó la
hospitalización
Categoría G
Error contribuyó o causó daño permanente al paciente
Categoría H
El error comprometió la vida del paciente y se precisó intervención para mantener su
vida
e
Error mortal
Categoría I
El error contribuyó o causó la muerte del paciente
a Daño: alteración temporal o permanente de estructuras o funciones físicas, emocionales o psicológicas y/o el dolor resultante de ellas que precise
intervención.
b Un “error por omisión” alcanza al paciente.
c Monitorización: observación o registro de datos relevantes fisiológicos o psicológicos.
d Intervención: cualquier cambio realizado en la terapia o tratamiento médico o quirúrgico.
e Intervención necesaria para mantener la vida del paciente: incluye el soporte vital cardiovascular y respiratorio (desfibrilación, intubación, etc.).
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(5) 636-645]
Error con daño