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Además, la pérdida de audición no tratada puede generar
irritabilidad y que la persona sea intolerante con los demás.
Algunas personas pueden incluso presentar ideas paranoides.
c. Consecuencias Sociales
Para muchas personas que sufren pérdida de audición no
tratada puede ser muy difícil participar en actividades
sociales, incluso dentro de su propia familia.
Desde los aspectos sociales dicha pérdida puede producir
problemas como aislamiento y retraimiento, pérdida de
atención, distracción y problemas laborales (abandono del
trabajo o jubilaciones anticipadas). Estos pacientes experi-
mentan problemas en la actividad social debido a las dificul-
tades de comunicación por ejemplo con familiares y amigos.
El 71% de las personas que sufren pérdida de audición se
siente aislados, el 39% evita las reuniones con personas
nuevas y el 91% tenía dificultades para desenvolverse en
los lugares púbilicos (OMS).
d. Consecuencias Económicas
En los países con escaso desarrollo económico, los niños
con pérdida de audición rara vez son escolarizados.
Asimismo, entre los adultos con pérdida de audición la tasa
de desempleo es mucho más alta.
Todos los estudios al respecto muestran que las personas
afectadas por una hipoacusia padecen retraso en el
lenguaje y en consecuencia, tienen peores expectativas
laborales y profesionales y una gran proporción de los que
tienen empleo ocupan puestos de categoría inferior en
relación con la fuerza de trabajo en general.
La mejora en el acceso a la educación y a los servicios de
rehabilitación profesional, así como la sensibilización de
los empleadores acerca de las necesidades de las personas
con pérdida de audición, permitiría reducir las tasas de
desempleo de este grupo.
Además de las consecuencias económicas individuales que
ocasiona, la pérdida de audición repercute considerable-
mente en el desarrollo socioeconómico de las comuni-
dades y los países.
En Europa, la pérdida de audición no tratada cuesta 214
mil millones de euros al año. Dependiendo del grado de la
pérdida auditiva, el costo social varía de 2200 al 11000 euros
por persona al año. Estas cifras no incluyen la pérdida de
ingresos y pérdida en recaudación de impuestos por desem-
pleo o jubilación anticipada debido a la pérdida de audición
(OMS).
e. Relación con el desarrollo
La discapacidad está íntimamente ligada con el desarrollo,
observándose al igual que con la salud en general, una rela-
ción bidireccional entre la discapacidad y la pobreza. La
discapacidad aumenta la probabilidad de las familias de caer
en la pobreza y la pobreza, a su vez, aumenta el riesgo de
discapacidad (Informe Mundial sobre Discapacidad, 2011).
Los estudios en esta materia muestran cómo la proba-
bilidad de que las familias experimenten desventajas
económicas y sociales es mayor entre las que tienen algún
miembro con algún tipo de discapacidad respecto a las
que no los tienen.
Los canales por los cuales la discapacidad repercute nega-
tivamente en la posición socio-económica de las fami-
lias incluyen los efectos negativos sobre la educación,
el empleo, los ingresos futuros esperados y los gastos
asociados a la discapacidad.
Los niños con discapacidad tienen menos probabilidad de
concurrir a la escuela o tienen una formación parcial o especial
con una formación de capital humano inferior a la de los niños
sin discapacidad, lo cual repercutirá en menores posibilidades
laborales y menores niveles de productividad en la edad adulta.
Por otro lado, las personas con alguna discapacidad tienen una
probabilidad mayor de estar desempleadas y tienen un ingreso
promedio inferior a las que no presentan discapacidad, siendo
muy difícil que las personas con discapacidad se beneficien
del desarrollo y escapen de la pobreza debido a la discrimina-
ción en el empleo, el acceso limitado al transporte, entre otros
factores (Informe Mundial sobre Discapacidad, 2011).
Finalmente, los costos sanitarios que enfrentan las familias
en presencia de alguna discapacidad son muy superiores y
no siempre dichos gastos tienen cobertura por parte de los
estados. En consecuencia, estos hogares tienen mayores
probabilidades de ser pobres, aumentando las inequidades.
La posibilidad de desarrollar una discapacidad también ha
sido ampliamente estudiada y se sabe que hogares pobres
tienen una probabilidad mayor de tener algún miembro
con discapacidad. En este sentido, el bajo peso al nacer,
la malnutrición, la ausencia de acceso al saneamiento son
factores que pueden dar lugar a la aparición de condi-
ciones de salud relacionadas con la discapacidad.
En este punto es importante enfatizar el enfoque que se ha
comenzado a dar a la discapacidad en los últimos años, el
modelo social de la discapacidad. Este modelo considera el
problema de la discapacidad como eminentemente social,
con foco en la integración de las personas discapacitadas a
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 745-752]