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referido (muy frecuente en encuestas) y su diferencia al efectuar

la medición de la presión arterial. Un 18,2% y un 15,6% refirieron

incorrectamente como normales su Presión Arterial Sistólica (PAS) y

su Presión Arterial Diastólica (PAD), respectivamente (13).

HIPERTENSIÓN ARTERIAL: CARGA DE ENFERMEDAD

Y FACTOR DE RIESGO DE PATOLOGÍA CARDIO Y

CEREBROVASCULAR A NIVEL NACIONAL

La HTA es considerada uno de los tres factores de riesgo más

relevantes de patología cardiovascular (como el infarto agudo

al miocardio) y cerebrovascular (accidente cerebrovascular), y

representa el 9.4% del total de las consultas realizadas en el nivel

primario de atención de salud (14, 15).

El Estudio de Carga de Enfermedad y Carga Atribuible 2007 en

Chile, que estima la carga de enfermedad usando el indicador

Años de Vida Ajustados por Discapacidad (AVISA) y la contribu-

ción de los factores de riesgo en la carga de enfermedad (Carga

Atribuible), evidenció que la principal causa específica de AVISA

en ambos sexos era la Enfermedad Hipertensiva del Corazón.

Otras causas cardiovasculares relevantes de AVISA fueron las

Enfermedades Cerebrovasculares y la Enfermedad Isquémica

del Corazón, para las cuales la HTA también es un Factor de

Riesgo relevante (11, 16).

Esta información es concordante con la alta prevalencia de

HTA (62,7%) encontrada en el Registro Nacional de Síndromes

Coronarios Agudos, del grupo GEMI de la Sociedad Chilena de

Cardiología, que incluyó más de 600 pacientes de 15 centros

de salud en Chile (17).

La mortalidad atribuible a la presión arterial del estudio AVISA

ocupó el primer lugar, siendo responsable de cerca de 13.000

muertes, seguido por el consumo de sal (10.000 muertes) y el

consumo de alcohol (8.000 muertes). Mirado desde la perspec-

tiva de la prevención (Carga Evitable) si se lograra la disminución

de 4 mmHg en la presión sistólica se evitarían 1.254 muertes

anuales y 35.281 AVISA (11).

Finalmente, los meta análisis internacionales que avalan las guías

clínicas de HTA concuerdan en su alta carga de enfermedad.

Comparado con la población normotensa, el hipertenso tiene en

promedio: (14)

• 10 veces más riesgo de presentar un Accidente Vascular Ence-

fálico.

• 5 veces más riesgo de presentar Cardiopatía Coronaria significa-

tiva.

• 2-4 veces más riesgo de presentar Insuficiencia Cardiaca conges-

tiva.

• 1,7 veces más riesgo de sufrir de Insuficiencia Renal Crónica.

Está demostrado que el aumento de 20 mmHg en la Presión

Sistólica y de 10 mmHg en la Presión Diastólica por sobre valores

de 115/75 mmHg aumenta al doble el riesgo de muerte por

enfermedad cardiovascular, independiente de otros factores de

riesgo de ECV, para ambos sexos (14). Esto enfatiza que la reduc-

ción discreta de las cifras de presión arterial redundan en una

disminución significativa del riesgo de eventos cardio y cerebro-

vasculares.

TRATAMIENTO CONVENCIONAL Y EL IMPACTO DE LA

INTERVENCIÓN MULTIDISCIPLINARIA EN HTA

Existe evidencia de que un tratamiento farmacológico efectivo

de la HTA logra una disminución significativa de la morbilidad y

mortalidad. Un tratamiento adecuado se asocia en promedio a

una disminución del 35% a 40% de accidentes cerebrovasculares,

a un descenso del 20% a 25% de infartos agudos al miocardio

(IAM) y a más de un 50% de reducción de la incidencia de Insufi-

ciencia Cardiaca (18).

Sin embargo, el tratamiento farmacológico no es suficiente para

lograr el control de la HTA. La información poblacional interna-

cional muestra que en promedio sólo un 30% a 45% de la población

hipertensa logra el control de sus cifras de PA (

<

140/90 mmHg)

(19, 20). En Chile, la Encuesta Nacional de Salud 2009-2010,

mostró que sólo un 8,7% de los pacientes hipertensos tenía cifras

controladas (7, 9).

Un estudio sobre el impacto del plan AUGE que incluyó 3.547

pacientes con infarto agudo al miocardio entre enero de 2001 y

diciembre de 2006 en 10 hospitales, mostró un cambio significa-

tivo en el uso de fármacos para la presión arterial entre el período

pre y post implementación del AUGE (21). Nazzal y cols. (2013)

en un subestudio de esta población diseñado para determinar

el grado de control de los factores de riesgo al año post-IAM

demostró que, a pesar de que una alta proporción de pacientes

se encontraba en tratamiento farmacológico, el control de la

presión arterial fue sub óptimo, especialmente asociado a hábitos

poco saludables (22).

Esto es reafirmado por Garrido y cols. (2013) (23) quienes

plantean que, a pesar del avance en la farmacológica antihi-

pertensiva disponible, el grado de control de la PA “ha sido

decepcionante.” Estos autores evaluaron recientemente el

impacto del manejo global de los FR del Programa de Salud

Cardiovascular (PSCV) del MINSAL a nivel de atención primaria.

En este programa no solamente se efectúa una evaluación

médica y entrega del tratamiento farmacológico; los pacientes

son tratados en un equipo multidisciplinario que incluye enfer-

meras, nutricionistas y asistentes sociales que evalúan sus

hábitos y estilos de vida y entregan consejos para modificarlos

cuando son prejudiciales (23).

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(2) 156-163]