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En una serie española de 12.954 personas de atención primaria

en la cual había 3.868 diabéticos, sólo un 6.3% tenía la PA contro-

lada en comparación con un 32.7% de no diabéticos (p

<

0.0001),

esto a pesar de que un 48.7% de los diabéticos estaba con trata-

miento antihipertensivo. Más aún, sólo el 1% de los diabéticos

hipertensos tenía un control adecuado de ambos factores de

riesgo (34). En este mismo sentido, un grupo de expertos latinoa-

mericanos (35) reafirmó la asociación creciente de trastornos de

la glicemia e HTA no controlada descrito por el estudio CARMELA,

que evidenció que en pacientes diabéticos la prevalencia de

hipertensión arterial es 1.5-3 veces mayor que en los individuos

no diabéticos (36).

Por su parte el estudio PURE (2011) muestra una significativa

prevalencia de hipertensión en los participantes diabéticos (63%),

quienes a pesar de conocer su condición en un alto porcentaje

(74%) sólo el 69.3% estaba en tratamiento hipertensivo, y de

ellos sólo el 23,3% tenía un control adecuado de su HTA (37).

López-Jaramillo y cols. (2013) analizaron los datos de los países

latinoamericanos de este estudio (incluido Chile) concluyendo

que la detección, el tratamiento y el grado de control de los FR en

los diabéticos son deficientes, especialmente la hipertensión (35).

HTA y Circunferencia de Cintura

Lira, Kunstmann y cols. (2008) evaluaron la asociación de la

circunferencia de cintura (CC) con factores de riesgo clásicos en

6.130 mujeres chilenas sanas (38). Utilizando quintiles (Q) de la

CC (Q1

<

75 cm hasta Q5

>

94 cm) encontraron que la correla-

ción lineal de prevalencia de HTA fue altamente significativa (Chi ²

Linear Trend p

<

0,0001) tanto para la hipertensión sistólica (HTAS)

como la hipertensión distólica (HTAD), con un Odds Ratio de IQ vs

VQ de 5.04 para la HTAS y de 5.84 para la HTAD.

El mayor incremento de la prevalencia de HTAS se vio en el punto

de corte de circunferencia de cintura entre el tercer Q (82 a 87 cms.)

y cuarto Q (88 a 93 cms) donde aumentó de manera significativa

de 1% a 7,6%. (38)

En el caso de la HTAD, el punto de corte del primer aumento signi-

ficativo de prevalencia fue entre el segundo y tercer Q (de 76 a

81 cm a 82 a 87 cm) de CC con un incremento de 1,9% a 4,6%,

triplicándose en el cuarto Q (12,7%), llegando hasta 19,6% en el VQ.

Un sub análisis por edad mostró que en las mujeres jóvenes, de 38

años o menos, el OR de la HTA entre el primer y quinto quintil de

circunferencia de cintura era significativamente mayor, tanto para

HTAS como para HTD (13,2 y 14,7 respectivamente) comparado

con este mismo indicador en los otros 4 grupos de edad, cuyo OR

varió entre 2,3 y 7,1 (38).

Concluyeron que existe una fuerte asociación entre la circunfe-

rencia de cintura y la hipertensión, en puntos de corte inferiores

de CC a los establecidos para países europeos o norteamericanos

(88 cm) (39, 40) y que esto es especialmente marcado en mujeres

jóvenes. Este hallazgo está en consonancia con la propuesta de

Alberti y cols (2009) de identificar puntos de corte de circunfe-

rencia de cintura recomendables, específicos para poblaciones y

países (41).

HTA y Apnea Obstructiva del Sueño

Es posible encontrar HTA hasta en un 50 a 58% de los pacientes

con Síndrome de Apnea Obstructiva del Sueño (SAOS). Por otra

parte, hasta un 30% de los hipertensos sufren de SAOS, en

quienes se describe una asociación particular de este síndrome y

la tendencia a presentar HTA resistente (42). Estudios con el uso

de CPAP han demostrado mejoría no sólo de la HTA, sino de otros

componentes del Síndrome Metabólico (43).

NOVEDADES EN LAS GUÍAS DE MANEJO DE LA

HIPERTENSIÓN ARTERIAL

Desde el

Seventh Report of the Joint National Committee on

Prevention, Detection, Evaluation and Treatment of High Blood

Pressure

(JNC 7) (2003) elaborado por el

National Heart, Lung,

and Blood Institute

(NHLBI) (44) pasó más de una década para su

actualización, que apareció recientemente bajo el nombre de

JNC 8 (2014) (45). Sin embargo, este último reporte no ha estado

exento de polémica (46-48) y anticipándose a su publicación, otras

organizaciones dieron a conocer sus propias guías de manejo de

la HTA. Entre ellas, la

American Heart Association (AHA)/American

College of Cardiology

(ACC)/

Centers for Disease Control and Prevention

(CDC) (49) y la

American Society of Hypertension

(ASH)/

International

Society of Hypertension

(ISH), publicadas en noviembre y diciembre

de 2013, respectivamente (50).

La principales controversias del JNC8 se relacionan con la

propuesta de metas de presión arterial independientes del

nivel de riesgo y de patologías asociadas específicas, en valores

<

140/90mmHg, considerando como única excepción las personas

60 años, para quienes propone una meta

<

150/90 mmHg.

Respecto a esto último, 5 de los 17 miembros del JNC8 hicieron

público su desacuerdo con este límite de PA (45), argumen-

tando falta de evidencia para ello y resaltando la precaución en

pacientes con enfermedad cardiovascular demostrada, lo que es

apoyado por Banglore y cols (2014) quienes analizaron los resul-

tados del estudio INVEST que incluyó más de 8.000 hipertensos

mayores de 60 años (51). El único estudio que ha mostrado

beneficio con cifras mayores a 140/90 es el Estudio HYVET, pero

en mayores de 80 años y para reducir el riesgo de accidentes

cerebrovasculares (52).

Por su parte, la Sociedad Europea de Cardiología (53), el Programa

de Educación de Hipertensión Canadiense (54), y la NICE (55),

consideran metas ajustadas a patologías concomitantes, como

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(2) 156-163]