724
distribución es similar a las teclas de un piano, excepto
que en vez de tener menos de 100 claves, tiene más de
3400, que es el número de células ciliadas internas. A cada
célula ciliada interna llegan aproximadamente 20 fibras
nerviosas, lo que constituye el 90-95% de las fibras del
nervio coclear (nervio auditivo). Sin embargo, esta organi-
zación no explica tampoco el alto grado de resolución de
la información de frecuencias. Para ello está el rol de las
células ciliadas externas que son aproximadamente 13400.
Cada fibra nerviosa inerva 10 células ciliadas externas. Es
así como las internas parecen percibir las principales dife-
renciaciones acústicas mientras las externas modulan y
perciben tonos en forma fina.
Las terminaciones nerviosas que las células ciliadas esti-
mulan son las (dendritas) de las células ganglionares que
están alojadas en el centro de la cóclea (Figuras 4 y 5) en el
llamado ganglio espiral. Las terminaciones (axones) de las
células ganglionares forman las fibras nerviosas del nervio
auditivo que van a los núcleos del tronco cerebral. De allí
van en forma ipsi y contralateral (por el mismo lado del
oído estimulado y también por el lado opuesto) haciendo
distintas conexiones (sinapsis) en distintos núcleos celulares
hasta llegar a la corteza cerebral (2). Así como estas fibras
son aferentes (van del oído al cerebro) también hay fibras
eferentes que sirven de autocontrol, pero esta descripción y
discusión no corresponden a esta introducción.
Resumiendo el párrafo de Aldous Huxley: Las ondas sonoras
viajan por el oído externo, hacen vibrar al tímpano y son
transmitidas por la cadena de huesecillos a los líquidos del
oído interno (laberinto). Estas vibraciones estimulan a las
células ciliadas. Estas células a su vez, generan impulsos
eléctricos que van a las células ganglionares que originan
el nervio auditivo, y a través de varias etapas (sinapsis) lleva
los impulsos hacia el cerebro (Figura 8).
Lo que escuchamos en la práctica son ambos estímulos,
es decir, el de conducción aérea y ósea. Así escuchamos
nuestra propia voz. Al escuchar una grabación de nuestra
voz la notamos distinta pues solo estamos escuchando la
transmisión aérea sin la ósea.
Cuando se escucha música rock, los tonos graves se suben
para mejorar así la sensación auditiva; lo mismo sucede con
el canto gregoriano y con el uso del órgano en música sacra
(que emite sonidos graves). Estos sonidos son captados por
la piel y a través de los huesos del cráneo llegan directo al
oído interno.
Cuando se mide la audición, se evalúa la conducción aérea
y ósea. Esto permite determinar el tipo de pérdida audi-
tiva (ej. conductiva, neurosensorial o mixta), al comparar
la audición a través de conducción aérea (a través del oído
Figura 7. Sección del hueso temporal humano a nivel del órgano de Corti
MT: Membrana tectoria. CCE: Células
ciliadas externas. CCI: Célula ciliada
interna. FN: Fibras nerviosas. MB:
Membrana basilar.
Figura 8. CONDUCCIÓN AÉREA A TRAVÉS DEL
CONDUCTO AUDITIVO EXTERNO
(A) Tímpano. 1. Martillo. 2. Yunque. 3. Estribo. 4. Líquidos del oído. 5. Hasta
la cóclea. 6. De allí se conducen los estímulos eléctricos al cerebro a
través del nervio auditivo (7).
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 721-730]
MT
CCE
CCI
FN