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medio) y ósea (enviando estímulos a través del cráneo
saltándose el oído medio). Por ejemplo: Si la conducción
ósea está normal y la aérea no lo está, quiere decir que el
problema está en el oído externo o en el oído medio (3-5).
La génesis y la transmisión del sonido es un fenómeno físico
establecido. Sin embargo, los mecanismos y las etapas de
esta transmisión, así como la forma en que percibimos el
sonido y hacemos sentido de estos estímulos es algo que
no está definido (2).
¿Por qué tantas etapas?
Si las ondas llegaran directamente desde el aire al líquido,
estas rebotarían. Es por ello que se necesita un sistema no
solo de transmisión sino también de amplificación.
Las primeras amplificaciones ocurren en la
pinna
y el
conducto
auditivo
, en el cual se canalizan las ondas
sonoras. La segunda ocurre en la cadena de huesecillos;
un sistema de palancas que amplifican la intensidad del
sonido. La tercera y principal es en la ventana oval que es
30 veces más pequeña que el tímpano. Esta amplifica la
intensidad del sonido en forma equivalente a como lo hace
el taco de un zapato, el cual concentra el peso del cuerpo
en una pequeña superficie. Es así como podemos llegar a
escuchar sonidos como el vuelo de un moscardón.
En la transmisión nerviosa también se requieren etapas
para no solo percibir, sino también modular estos estí-
mulos.
Una pérdida auditiva puede ocurrir a cualquier nivel (o en
más de un nivel) de esta cadena y dependiendo del nivel
involucrado será el tipo de pérdida que ocurra. La evalua-
ción audiológica está orientada a identificar el grado y tipo
de pérdida, y el lugar de localización del problema dentro
de esta cadena (3-5).
II. Tipos de pérdidas auditivas
• Conductiva
Hay interferencia (bloqueo, problema o daño) en el sistema
de transmisión de sonido al oído interno. El oído interno
(el “receptor”) está normal. El bloqueo puede estar en las
siguientes estructuras: el canal auditivo externo, tímpano,
cadena osicular, oído medio, ventana redonda o trompa
de Eustaquio. Estas estructuras contribuyen a la conduc-
ción de las ondas sonoras a las células nerviosas del oído
interno. De allí el término: pérdida de audición conductiva
o de transmisión.
• Neurosensorial
Hay interferencia (bloqueo, problema o daño) en la cóclea,
nervio auditivo, o vías que llegan a la corteza cerebral. La
transmisión o conducción del sonido al oído interno está
normal. Si el bloqueo ocurre en la cóclea también se llama
coclear o sensorial. Si ocurre en el nervio auditivo o vías de
transmisión superiores hacia la corteza cerebral se llama
neural.
• Central
Se refiere a daño o interferencia en el tronco cerebral o
en el cerebro (corteza auditiva). Una vez que las células
nerviosas del oído interno son estimuladas el estímulo
auditivo llega a la corteza a través de una serie de etapas
(sinapsis) en núcleos celulares (neuronales) ubicados en
el tronco cerebral (ej. Complejo olivar superior, núcleo
ventral del lemnisco lateral, colículo inferior, cuerpo geni-
culado medial, etc.). La persona puede escuchar pero no
entender. Un foco irritativo en el cerebro puede también
causar alucinaciones auditivas.
• Mixta
Se refiere a una combinación de pérdida auditiva y neuro-
sensorial.
• Funcional
Se refiere a una pérdida que no es orgánica. Puede ser
voluntaria o involuntaria.
Las pérdidas además pueden ser
parciales
o
totales
.
Si bien las ondas sonoras llegan normalmente al oído
interno por “
conducción
aérea
”, es decir, a través del
canal, tímpano, y cadena de huesecillos (Figura 8); también
llegan a través de vibraciones en los huesos del cráneo
(pero requiriendo mucha más intensidad). Esto se deno-
mina “
conducción
ósea
” (Figura 9).
Figura 9. Conducción ósea
Las ondas sonoras llegan a través de los huesos del cráneo (1) hacia la
cóclea (2). De allí se conducen los estímulos eléctricos al cerebro a través
del nervio auditivo (3).
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[Introducción y perspectiva general de la hipoacusia neurosensorial - Dr. Marcos Goycoolea PhD]