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diagnóstico. Aquellos que fallan el chequeo son some-

tidos a una evaluación completa con fines diagnósticos

y si la sugerencia de pérdida auditiva se confirma son

tratados.

Por lo tanto, se sugiere chequeo universal para recién

nacidos y escolares así como también en adultos de alto

riesgo (y tomar acciones preventivas) como son aquellos

trabajadores expuestos como lo son los militares, traba-

jadores de la construcción, aserraderos, aeropuertos, y

todos aquellos expuestos a ruidos.

Recapitulando, tendríamos una incidencia y prevalencia

de hipoacusia neurosensorial aproximada de:

Recién nacidos 0.2%, adolescentes 1.0%, adultos 2.0%.

Sin embargo, los adultos sobre 65 años de edad tienen

un 30% y sobre 85 años un 50% (14).

Es recomendable entonces hacer chequeos auditivos

en la tercera edad, pues estas pérdidas aunque fueran

moderadas pueden causar problemas comunicacionales y

de aislamiento significativos. Este es además un problema

en aumento dado que el porcentaje de personas sobre

65 años en países “desarrollados” era en promedio un 8%

en 1960, 11% en 1980, 13% en el 2000 y se estima que

en 2020 será de un 16%. Más aún si se considera que las

expectativas de vida subieron ya de 40 años a comienzos

del Siglo XX a 80 años a fines de Siglo (14).

IV. Tratamiento

Una vez que la pérdida es detectada y diagnosticada se

planifica el tratamiento. El propósito del tratamiento

(fuera del propósito obvio de reestablecer normalidad) es

obtener la mejor audición posible y lograr comunicación

adecuada para el aprendizaje y el interactuar social.

¿Qué alternativas de tratamiento hay disponibles para

pérdidas auditivas neurosensoriales?

Para las pérdidas sensoriales bilaterales (sensoriales se

refieren a daño en la cóclea-células ciliadas), las alterna-

tivas principales son:

1. Tratamiento médico.

2. Amplificación (audífonos).

3. Estimulación de células ganglionares (implante

coclear).

El tratamiento médico es limitado, sin embargo, hay casos

como en las sorderas súbitas y en las de origen autoin-

mune, el uso de corticoides (y de otros medicamentos) es

de utilidad. También en casos de pérdida de audición con

la edad (presbiacusia) el tratamiento médico de patolo-

gías concomitantes y agravantes (como las cardiovascu-

lares) así como el uso de antioxidantes (coenzima Q10) y

vitamina A han demostrado ser de ayuda.

En la mayoría de los casos los audífonos son la elección.

Los implantes cocleares son útiles para un pequeño grupo

de pacientes aunque a medida que se han ido desarro-

llando, este porcentaje ha ido aumentando. Para colocarlo

en perspectiva, hasta el año 2009 se habían colocado

implantes cocleares en 200.000 personas. En el año 2009

se recetaron 9.000.000 de audífonos (y en el año 2009 se

vendieron 41.000.000 de iphones) (17).

Un implante puede ser bilateral o unilateral, y puede

usarse implante en un oído y audífono en el otro según

el caso.

Para las pérdidas neurales (daño más allá de las células

ganglionares), las alternativas principales son:

1. Tratamiento médico (similar situación a la ya descrita

en pérdidas cocleares).

2. Amplificación (audífonos).

3. Estimulación de células en el tronco cerebral (implantes

de tronco cerebral y eventualmente de corteza cerebral).

Estos tratamientos implican un trabajo de equipos profe-

sionales (médicos, audiólogos, foniatras, rehabilitadores,

psicólogos, enfermeras, etc) con visiones de comunión y

no de competencia.

La implementación temprana de audífonos es esencial.

Audífonos no solo pueden, sino que deben ser implemen-

tados en niños con discapacidades auditivas, incluidos

los con pérdidas profundas. Prácticamente casi siempre

hay restos auditivos en las frecuencias graves, aunque los

potenciales eléctricos puedan no detectarlas fácilmente.

La estimulación auditiva temprana contribuye también

a un mejor desarrollo de fibras nerviosas y conexiones

neuronales que son inmaduras en el recién nacido y que

además pueden estimularse por la estimulación (plas-

ticidad neural). Si vemos las redes neuronales como un

cableado eléctrico entonces hay que usar el cableado. Más

aún, si lo vemos como un cableado que estimulado puede

establecer nuevas rutas, con mayor razón hay que usarlo.

Otro elemento útil son los sistemas de amplificación en

los colegios (equipos de frecuencia modulada). El ruido

ambiente en sala de clases tiene un efecto adverso en

la fidelidad de la amplificación de los audífonos. La fide-

lidad mejora significativamente si la profesora usa un

micrófono que se comunica en forma inalámbrica con el

receptor que tiene el niño.

[Introducción y perspectiva general de la hipoacusia neurosensorial - Dr. Marcos Goycoolea PhD]