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En conclusión, el tratamiento de la hipoacusia en mayores

de 65 años es una patología con un impacto social poten-

cialmente positivo que justifica la inversión económica. En

la adaptación debiera considerarse la posibilidad de audí-

fono bilateral simultáneo. Las recomendaciones técnicas

de los audífonos debieran ser un requisito y la autoridad

sanitaria debiera velar por su cumplimiento. Finalmente, a

la luz de los resultados reportados en la literatura nacional,

se debe hacer un esfuerzo en mejorar la adherencia al

uso del audífono por este grupo etario, los programas de

consejería podrán ser una alternativa.

Hipoacusia neurosensorial bilateral del

prematuro.

Esta es la patología GES más antigua en relación a hipoa-

cusia ya que fue promulgada el año 2005. El decreto ley

incluye como garantías el proceso diagnóstico, la imple-

mentación de amplificación auditiva y el seguimiento. En

el caso de tener el paciente un implante coclear, también

se considera el cambio de procesador.

La guía clínica fue revisada el año 2010, sin embargo, sus

recomendaciones no incorporan los recomendaciones inter-

nacionales para el diagnóstico de hipoacusia en lactantes.

En particular, recomienda el uso de potenciales auditivos

evocados de tronco cerebral (ABR) con estímulo

click

e

impedanciometría de tono 256Hz. Si bien estos exámenes

tienen un componente técnico que puede resultar difícil

de comprender para el médico general, me parece impor-

tante que el médico de cabecera de lactantes prematuros

comprenda la diferencia entre los exámenes que se dispone

para el diagnóstico de hipoacusia. Lo que se menciona a

continuación también es válido para lactantes de término.

El examen que constituye el

gold standard

para el diag-

nóstico de hipoacusia es la

audiometría

. Sin embargo,

este examen no es posible de realizar en menores de 6

meses. En esta población se recurre a una batería de

exámenes electrofisiológicos (15-17).

Los potenciales

auditivos evocados

de tronco cerebral corresponden

a un examen no invasivo que explora la transmisión del

impulso eléctrico desde la emergencia del nervio coclear

en el conducto auditivo interno hasta el tálamo. Permite

estimar el umbral auditivo y se realiza con el bebé durante

sueño fisiológico. Cuando se utiliza un estímulo sonoro de

banda ancha o

click

los umbrales auditivos que se obtienen

se correlacionan con los umbrales conductuales entre

2 y 4kHz en el ser humano. Es decir, si la persona tiene

una hipoacusia con una curva plana (alteradas todas las

frecuencias) el ABR

click

tendrá un resultado concordante

con la baja de audición. Sin embargo, si el perfil audiomé-

trico es de una curva descendente (lo más frecuente en

hipoacusia congénita) el umbral determinado por el ABR

click

no tendrá relación con el umbral conductual (18). Por

esta razón se recomienda el uso de otro tipo de estímulo

auditivo

(tono

burst

) que permite realizar un estudio por

frecuencias. Un examen como mínimo debe explorar la

respuesta al tono de 2000Hz para ambos oídos. En caso de

tener un umbral alterado para esta frecuencia el examen

debe incluir la determinación de umbral por vía aérea y

ósea a esta frecuencia (para diferenciar una hipoacusia de

transmisión de una sensorioneural), además del estudio a

500Hz y si es posible a 4000Hz. Luego de determinar los

umbrales de audición se debe complementar el estudio

con emisiones otoacústicas. Este examen no invasivo

permite explorar la función de las células ciliadas externas

en el órgano de Corti. Su principal aplicación es en el diag-

nóstico de neuropatía auditiva.

Para el estudio del oído medio (otitis media con efusión o

mucosistis timpánica) se utiliza el examen de impedancio-

metría, asociado a la audiometría. Este examen se utiliza

con un sonido de prueba de 256Hz. En lactantes menores

de 6 meses este estímulo se debe modificar a 1000Hz

(impedanciometría de alta frecuencia) ya que se ha obser-

vado una mala correlación entre la impedanciometría

habitual y el status del oído medio (19, 20).

Finalmente es importante incluir la respuesta conductual

del paciente al sonido. Esto se logra con la audiometría. En

lactantes este examen se realiza mediante condicionamiento

con estímulos visuales: audiometría de refuerzo visual.

De esta forma se completa una batería de estudio que

permite un diagnóstico del status auditivo del paciente

con mayor certeza. Este proceso no está incluido en la guía

clínica.

Por último es importante comentar la recomendación de

amplificar solamente los pacientes portadores de hipoa-

cusia bilateral. Actualmente se reconoce la importancia de

la audición biaural, en particular para la discriminación del

lenguaje en ruido como se comentó en capítulo previo. Los

niños pasan gran parte de su tiempo vigil en ambientes

ruidosos: sala de clase, patio de juegos, compartiendo con

sus amigos, etc. Por esto este aspecto es de gran relevancia

en la población pediátrica. Los escolares portadores de

hipoacusia permanente unilateral tienen mayor repitencia

escolar y problemas de aprendizaje (21).

En conclusión, frente a la sospecha de hipoacusia en lactantes

se debe utilizar una batería de exámenes para obtener un

diagnóstico definitivo. El proceso debe incluir potenciales

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 740-744]