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Extendió y aplicó los principios generales del movimiento
hospice
recién expuestos al contexto del hospital general. Así
se crea en Montreal la primera unidad de cuidados paliativos
en el
Royal Victoria Hospital
en 1975 (11,12).
Como habíamos mencionado anteriormente, fueron
cruciales los aportes de Elisabeth Kübler-Ross, psiquiatra de
origen suizo, quien publica en
EE.UU. “
On Death and Dying
”,
basado en entrevistas y testimonios de pacientes terminales
(11,13,14). Sus descripciones daban cuenta del penoso aisla-
miento y soledad en que ocurría el fallecimiento de pacientes
con patologías oncológicas terminales. Básicamente con sus
aportes se instala la necesidad impostergable de mantener el
apoyo psicológico a los pacientes terminales, asistiendo en
sus necesidades en las etapas finales de la vida. Visto desde
hoy día puede parecer una obviedad pero, hasta hace muy
pocos años no se consideraban temas de importancia. Si
no había cura, todo terminaba para la persona enferma. Tal
como afirma Miguel Ángel Sánchez:
“los moribundos padecían
una situación de aislamiento y negación que impedía que sus
últimos días tuvieran un sentido humano”
(13).
Desde el año 1994, existe en Chile el Programa de “Alivio
del dolor por cáncer terminal y cuidados paliativos” para los
pacientes que reciben atención médica en el servicio público
de salud (12). Posteriormente en el año 2005 la asistencia
para el alivio del dolor en pacientes con cáncer terminal fue
incorporada al plan GES (Garantías Explícitas en Salud) (12).
Se cuenta además con el uso de indicadores de resultados
de calidad de la atención como el empleo de la Escala Visual
Análoga (EVA) y Consumo Terapéutico de Morfina, medido en
mg por día (g por año) (12). La nueva Ley 20.584 que regula
“Los derechos y deberes que tienen las personas en relación
con acciones vinculadas a su atención en salud”, promulgada
el 13 de abril de 2012, contiene varios artículos que protegen
los derechos de autonomía de los pacientes terminales (15).
OBSERVACIONES SOBRE EL ROL DE LAS UNIDADES DE
PSICOONCOLOGÍA EN EL CONTEXTO DEL HOSPITAL
GENERAL
Los equipos de psicooncología funcionan integrados plena-
mente al trabajo diario de las unidades de hospitalización
oncológica. El acento está colocado en dar apoyo psicológico
y psiquiátrico a los pacientes que lo requieran y a sus fami-
liares (6). En los pacientes más graves, en estado terminal,
con frecuencia se presentan dificultades en torno a las deci-
siones de final de la vida, sobre todo si mantuvieron cuadros
psiquiátricos sin tratamiento, ni apoyo familiar (16).
Los integrantes de las unidades de psicooncología deben
estar pendientes de las fluctuaciones anímicas y cogni-
tivas de los pacientes. Otras de sus funciones, consiste en
asesorar a los médicos tratantes en cuanto a si los cuadros
pesquisados pudieran o no comprometer la capacidad de los
pacientes para tomar decisiones en salud. Es recomendable
estar atentos a no sobre-diagnosticar psiquiátricamente a los
pacientes, pudiendo incurrir en un no respeto por las deci-
siones autónomas de los mismos y de su sistema de valores.
Acorde al bioeticista español Pablo Simón, poseer capa-
cidad para decidir en salud, significa que estamos dotados
de una serie de aptitudes psicológicas: volitivas, cognitivas
y afectivas que nos permiten conocer y valorar lo que se nos
propone; tomar una decisión libre y expresarla (17).
En una reciente investigación donde participaron 21 médicos
oncólogos que se desempeñan en tres importantes centros
de atención oncológica de la Región Metropolitana (esta cifra
representa el 35% del total de los oncólogos que trabajan
actualmente en Santiago de Chile), a través de un cues-
tionario, el 66.6% refirió apoyarse en otros especialistas o
redes al momento de realizar evaluaciones de la capacidad
para la toma de decisiones en salud de los pacientes que se
encuentran bajo su cuidado (18). El 90.5% de los médicos
oncólogos que se desempeñan en el Instituto Nacional del
Cáncer (INCANCER), la Fundación Arturo López Pérez (FALP)
y en el Centro Clínico del Cáncer de Clínica Las Condes; afir-
maron apoyarse en las unidades de psicooncología cuando
optan por el uso de redes de apoyo al momento de realizar
evaluaciones de la capacidad para la toma de decisiones en
salud (18). Dato muy positivo que refleja la importancia que
otorgan estas tres importantes instituciones al desarrollo de
las unidades de psicooncología.
La psicooncología estudia el impacto del cáncer en la función
psicológica de los pacientes y sus familiares (19). Los nuevos
protocolos de tratamiento han convertido al cáncer de enfer-
medad incurable, a crónica y en muchos casos curable (1).
Esta evolución ha contribuido objetivamente al desarrollo de
los aspectos psiquiátricos y psicológicos vinculados al cáncer
(6). Como ya hemos comentado, el acento de los esfuerzos
en esta área, está dirigido a contribuir a una mejor calidad
de vida de los pacientes (6). En el contexto de los pacientes
oncológicos, son frecuentes los trastornos de adaptación, el
trastorno depresivo mayor y el
delirium
(6).
El
trastorno adaptativo
es el más frecuente, encontrándose
en algunas series hasta en un 19.4% de los pacientes oncoló-
gicos, en sus tres variables: ansioso, depresivo y mixto (20). Los
trastornos depresivos
ostentan cifras que oscilan entre un
16 y un 22% en este grupo de pacientes (20). Se plantea que
el principal gatillante es precisamente, el peso psicológico de
saber que se tiene cáncer (6). Los pacientes oncológicos verba-
lizan con frecuencia sentimientos de miedo a la muerte, a la
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(3) 450-459]