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dado por el exceso y diversidad de implementos tecnológicos existentes

al alcance de su mano, como navegar en la red, recibir o escribir

mensajes, jugar con dispositivos electrónicos y ver TV abierta, que les

da una satisfacción inmediata y les impone un reto considerable para

focalizar su conducta hacia el estudio (28). Los trastornos del sueño son

frecuentes a esta edad, dado que muchos adolescentes sobreextienden

o no manejan sus tiempos, resultando en déficit de sueño, a lo que se

suma el efecto biológico de retraso de la fase de sueño que se da en

este periodo (29). La falta de sueño disminuye los períodos de atención,

pudiendo afectar el rendimiento académico. El motivo de consulta en

adolescentes a veces no apunta directamente a los síntomas cardinales

de inatención, inquietud e impulsividad. En ellos es frecuente encontrar

dificultad para organizarse, iniciar y completar tareas, inhibir conductas

con recompensa inmediata, dificultad para seguir las reglas de la clase o

regular su conducta y emociones, hacer o mantener amigos, resolución

de problemas y flexibilidad cognitiva disminuida, lo que afecta su

desempeño y relaciones sociales. El adolescente procrastina y una vez

iniciado el trabajo se distrae fácilmente o tiene dificultad para completar

el proyecto especialmente si es extenso o requiere mucho esfuerzo. Los

adolescentes con TDAH a menudo despliegan afectos, tanto positivos

como negativos, en forma excesiva a la situación. Estos síntomas

incluyen fácil frustración con explosiones de rabia. Otra característica de

los adolescentes con TDAH es que a menudo parecen emocionalmente

inmaduros comparados con sus pares (20).

En un intento por acercarse a la sintomatología del adolescente, el DSM

5, incluyó más descriptores clínicos apropiados a esta edad, ver tabla. En

los criterios diagnósticos del TDAH se especifica la necesidad de obtener

información de más de una fuente. Esto plantea un gran desafío ya

que la supervisión por sus padres y en el colegio es más difícil porque

tienden a pasar más tiempo con sus pares, aumentan su actividad social

y actividades extracurriculares donde los padres no tienen acceso y en

el colegio están bajo la tutela de diferentes profesores y a su vez los

profesores tienen más alumnos.También influye la hora en que se imparte

la asignatura y las aptitudes e intereses del alumno en la asignatura.

Un estudio reportó concordancia moderada (74%) en respuestas a

cuestionario de conductas del DSM IV para TDAH (19). También se hace

hincapié en la importancia de obtener autoreporte del adolescente,

aunque se ha visto que tienen una tendencia a minimizar sus dificultades

(17, 20). Algunos adolescentes consideran que el diagnóstico de TDAH

les da un estigma negativo y pueden tener ideas equivocadas en cuanto

al diagnóstico. Además el diagnóstico de TDAH implica impedimento

funcional que a veces es difícil de evaluar. No hay instrumentos

confiables para medir el grado de impedimento funcional en el TDAH

(17). Los subtipos más frecuentes en adolescentes son el inatento y

combinado. Se ha visto que el subtipo inatento, más evidente a esta

edad, tiende a manifestar mayor dificultad social, ansiedad o depresión,

comparado con el tipo combinado. Este tipo de impedimento puede

ser de mayor importancia en la adolescencia que en la niñez, debido a

las demandas de independencia y la complejidad en el funcionamiento

social (20). Además es un período de mayor vulnerabilidad de desarrollo

de psicopatología (6). Los problemas que presenta el adolescente con

TDAH son similares a las conductas exhibidas por los niños con TDAH,

sin embargo, su contexto, complejidad y potencial de daño cambia

considerablemente (20). Luego la evaluación y manejo no sólo debe

incluir los síntomas cardinales sino también las secuelas asociadas,

incluyendo problemas académicos, dificultad en relación con sus pares,

conductas de riesgo como ingesta de alcohol, abuso de sustancia,

actividad sexual impulsiva y actitud desafiante. Cabe destacar que

muchos adolescentes no quieren ser estigmatizados, por lo que no

adhieren o simplemente rechazan el tratamiento. En el diagnóstico y

manejo del TDAH es fundamental considerar la comorbilidad. Este tema,

por su relevancia, será tratado en un capítulo aparte en esta misma

revista por lo que no me referiré a ello.

TRATAMIENTO

El tratamiento del TDAH comienza en la educación del individuo

y su entorno sobre la naturaleza neurobiológica del TDAH y la

desestigmatización del diagnóstico. La guía revisada de la AAP 2011

(17) no recomienda o incentiva terapias alternativas, ya que existe

insuficiente evidencia científica que la avale.Sin embargo,alrededor de un

12-64% de las familias reportan uso de tratamientos complementarios

y terapias alternativas en sus niños. Estas incluyen suplemento de la

dieta con ácidos grasos esenciales, megadosis de vitaminas, quelaciones

y cambios en la dieta (30). No obstante, la suplementación de ácidos

grasos esenciales, es segura y mostró cierto beneficio en reducir los

síntomas de TDAH, pero con un efecto pequeño 0.3 y no antes de

2-3 meses de suplementación (31). La terapia conductual constituye

un amplio

set

de intervenciones que tienen como objetivo modificar

el ambiente físico y social para cambiar la conducta. Generalmente se

entrena a los padres en estrategias para modificar las conductas del niño

y mejorar su habilidad para regular su conducta, aplicando recompensas

y consecuencias. La terapia conductual ha mostrado ser eficaz en el

tratamiento de niños con TDAH, especialmente asociada a terapia

farmacológica (17). En caso de dificultad académica es importante dar

apoyo escolar con ubicación estratégica en la sala de clases, disminución

de la carga académica y evaluación diferenciada (Programa Integración

Educacional). También hay tratamientos diseñados para trabajar las

funciones ejecutivas, memoria trabajo, planificación, flexibilidad a

través de videojuegos y otras técnicas. Una reciente revisión sobre el

potencial de los videosjuegos para mejorar funciones ejecutivas, de

aprendizaje y procesos viso-espaciales, concluyó que no existe evidencia

científica actual que lo avale (32). La AAP recomienda el tratamiento

farmacológico como primera línea en adolescentes con TDAH.

Destaca la importancia de involucrar al adolescente en la decisión del

tratamiento, discusión de los potenciales beneficios y efectos adversos.

Indica educar a los padres que se trata de una condición crónica para

asegurar su cooperación en la titulación del medicamento y continuidad

del tratamiento (17). El tratamiento farmacológico se basa en agentes

que afectan la neurotransmisión dopaminérgica y noradrenérgica,

tales como psicoestimulantes, antidepresivos y antihipertensivos. La

organización

National Institute for Health and Clinical Excellence

(NICE)

indica que la elección del tratamiento se debe basar en la existencia

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(1) 52-59]