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En Chile sólo existe la clonidina sin efecto prolongado. Bupropion,

antidepresivos tricíclicos, y modafinil, han mostrado cierta efectividad,

pero no están aprobados por la FDA para el tratamiento de TDAH

(36). Antes de iniciar un tratamiento en un paciente con TDAH, es

fundamental descartar la existencia de comorbilidad ya que ésta

hace necesario cambios en el tratamiento o requiere de apoyos extras

como psicopedagoga en caso de estar asociado a un trastorno del

aprendizaje. El efecto de los psicoestimulantes en caso de comorbilidad

asociada a TDAH es variable, en algunos casos mejora la comorbilidad

coexistente, por ejemplo en asociación a conducta oposicionista y es

variable, aumenta y/ó disminuye, en caso de ansiedad o tics. En otros

casos pueden requerir tratamiento independiente o es mejor evitar

el uso de ellos como en caso de abuso de sustancias. Si el paciente

no responde a dos o más pruebas con diferentes psicoestimulantes

y a atomoxetina, el clínico debe cuestionarse una posible falta de

adherencia a la medicación, diagnóstico incorrecto, comorbilidad

que afecta el manejo, sesgo en la retroalimentación a la respuesta al

medicamento y/ó expectativas irreales al tratamiento.

comentario

En el futuro, la genética se avizora como un importante potencial

contribuyente en el manejo del TDAH. Particularmente, los estudios

fármaco-genéticos podrán responder a las diferencias individuales

encontradas en la respuesta al uso de agentes farmacológicos.

También se ha discutido del punto de vista ético el uso de

psicoestimulantes como reforzamiento de las destrezas cognitivas en

adolescentes que no cumplen con diagnóstico de TDAH, sin embargo,

los estudios no muestran evidencia significativa de la efectividad en

esta población (44).

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