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nida. Si bien pudo rápidamente iniciar sus estudios de difracción

de rayos x con ADN, su compañero de trabajo, Maurice Wilkins

no se llevó bien con ella.

Ella era seria e introvertida, además de recién llegada al lugar.

Acostumbrada a trabajar sola y de manera independiente, ahora

Wilkins le hacía sentir solo como una ayudante. Esta percepción,

que está registrada en sus notas, se basa en unmal entendido que

desde el primer día minó la relación laboral entre dos brillantes

investigadores. Wilkins era además tímido y no confrontacional,

por lo que la situación solamente pudo empeorar. Por otra parte

John Randall nunca pareció darse cuenta de la situación y por

lo tanto no pudo definir más claramente los roles de cada uno.

Asociado a esto, había otras situaciones que molestaban a

Franklin, especialmente lo referente las diferencias que existían

en el trato hacia las mujeres. Los científicos hombres tenían una

sala para sentarse y tomar té, conversar y fumar que había sido

recientemente refaccionada y las mujeres no tenían permitida la

entrada. Ella tenía que tomar café en un cuarto mal habilitado y

generalmente sola.

Todo esto la llevó a trabajar cada vez más en solitario, solamente

ayudada por un postulante a doctorado, Raymond Gosling. Ese

fue su ambiente en Londres.

La “carrera” por descubrir la estructura

del ADN

No todos están de acuerdo en que fue una carrera. Pero si había

prisa. Especialmente por parte de Watson. Ya había visto que

Pauling había publicado la estructura tridimensional de las

proteínas y ahora estaba abordando el tema del ADN.

Él (Watson) era el único biólogo entre la gente que estaba estu-

diando la estructura del ácido desoxirribonucleico y visualizaba

claramente su importancia en la genética.

Por eso, al conocer a Crick y entablar una relación laboral y de

amistad que se complementaba perfectamente, comenzó a

buscar la forma de conseguir su objetivo.

Crick, por otro lado se interesaba por muchos temas y buscaba

teorías unificadoras y simples que explicaran los procesos bioló-

gicos que se estaban estudiando en Cavendish.

Sin embargo, sus teorías necesitaban un sustento sólido que solo

podía ser aportado por estudios cristalográficos. En ese sentido

y dado que Crick, y luego Watson, conocían a Maurice Wilkins y

tenían una relación cordial, pudieron conocer el avance de los

estudios cristalográficos realizados por él. Pero incluso Wilkins

reconocía que la experta en estos temas era Rosalind Franklin.

Lamentablemente, su mala relación laboral y personal no le

permitía conocer exactamente el estado de sus avances en ese

sentido.

En este momento es necesario hacer una aclaración. En Ingla-

terra, en los años inmediatamente posteriores a la segunda

guerra mundial, había una suerte de “pacto de caballeros”, en

el que los distintos laboratorios de investigación no realizaban

estudios en los que otros ya estaban trabajando. Por una parte

había que optimizar los recursos, siempre escasos, y por otra

parte no se interfería con las líneas de investigación de otros

colegas. Y la investigación del ADN la estaba realizando el labo-

ratorio de King’s College.

Watson y Crick sabían de esta situación. Incluso el jefe del labo-

ratorio Cavendish, Sir Lawrence Bragg, instó a Crick a dejar el

estudio del ADN y enfocarse en las proteínas. Sin embargo, no

cejó en su entusiasmo e incluso escribió un artículo, junto a

otros investigadores, en el que describía las matemáticas que

explicaba las difracciones de rayos x de los polipéptidos que

formaban una hélice.

Pensando en cómo Pauling había logrado describir la estructura

de las proteínas, decidieron imitar su aproximación.

Pauling, un genio de la química que además había escrito un

libro de texto sobre los enlaces químicos, creó un modelo

físico de su teoría, aplicando todos sus conocimientos sobre los

enlaces. Luego lo presentó al mundo y posteriormente los estu-

dios con cristalografía corroboraron su modelo.

Aunque la creación de modelos no era nueva, si adolecía del

rigor científico necesario, ya que si no era respaldado por un

modelo matemático e imágenes de difracción de rayos x que lo

sustentaran, no iba a ser considerado válido.

Ante esto, a la vez que Watson y Crick trabajaban en el modelo

físico y en las matemáticas del modelo, se contactaron con otros

colegas a quienes mostraron su idea. Bioquímicos, matemáticos

e incluso Wilkins, que era de King’s College, vieron el modelo y

lo apoyaron. Es más, Wilkins les mostró un informe de los estu-

dios que se estaban realizando en su laboratorio que había sido

realizado a petición de Randall con el fin de actualizar las acti-

2. Si quiere ver el modelo hecho por Watson y Crick acuda a la siguiente dirección del Museo de ciencia de Londres.

http://www.sciencemuseum.org.

uk/images/I045/10313925.aspx

[VIÑETA HISTÓRICA]