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Rosalind Franklin y el descubrimiento
de la estructura del ADN
Dr. Juan Pablo Álvarez A. (1)
(1) Departamento de Anestesiolgía. Clínica Las Condes.
Email:
jpalvarez@gmail.comEn Inglaterra, por otra parte,
Maurice Wilkins
físico y biólogo
molecular, en el laboratorio de Biofísica del Kings College de la
Universidad de Londres, también estaba estudiando el ADN en
esperma de carnero y timo de ternera, también con la técnica
de difracción de rayos X.
Esta técnica permitía estudiar estructuras que estuvieran
perfectamente ordenadas en cristales, pero Wilkins había
logrado aplicarla en moléculas que no estaban cristalizadas,
logrando de este modo ampliar su uso.
En 1950 presentó en un congreso realizado en Nápoles una
fotografía del ADN tomada con esta técnica.
James Dewey Watson,
un zoólogo, biólogo molecular y gene-
tista estadounidense, graduado de la Universidad de Chicago
y de Indiana, estaba buscando su futura línea de estudio. Su
profesor guía durante su doctorado fue
Salvador Luria,
un
microbiólogo ítalo americano que estaba estudiando en 1947
los bacteriófagos, virus que infectaban bacterias, junto a otros
científicos de otros centros de investigación mundial. A este
grupo de científicos se los conocía como los “Fagos” (
Phagos
) y
creían que estaban en camino de encontrar la naturaleza física
de los genes (como los transmisores de la herencia).
Watson quedó tan maravillado con la fotografía que Wilkins
mostró en Nápoles que quiso aprender cristalografía para estu-
diar el ADN, su nueva pasión. Fue tal su impresión que posterior-
mente escribió
“Ahora, sin embargo, sabía que los genes podían
vi
ñ
eta histórica
Mucho se ha escrito acerca de las circunstancias que rodearon la
primera descripción de la estructura tridimensional de la molé-
cula del ácido desoxirribonucleico (ADN). La publicación del
artículo en la revista
Nature
, el 25 de abril de 1953 fue la culmi-
nación de una supuesta carrera entre tres equipos de científicos
por desentrañar las características tridimensionales de la molé-
cula que se creía tenía una gran importancia en la transmisión
de la herencia en todas las células eucarióticas.
Ahora esto parece de
perogrullo
, pero en aquellos días en los que
la computación, la tecnología y todos los avances de biología
molecular aún no habían hecho su explosiva aparición y desa-
rrollo, la investigación molecular se realizaba con medios que
ahora nos parecerían precarios y con una gran dosis de racio-
cinio e ingenio.
Al oeste del atlántico, en Estados Unidos, un grupo liderado
por
Linus Pauling,
quién ganó el Nobel de Química en 1954
por su
“estudio de la naturaleza de los enlaces químicos y su apli-
cación en la elucidación de sustancias complejas”,
estaba traba-
jando en el Instituto de Tecnología de California (CalTech), en
la estructura de las proteínas. En 1951 había logrado proponer
un modelo de la configuración de las proteínas complejas
en las ya famosas
α
-hélices, basados en los estudios crista-
lográficos por difracción de rayos X sumado a la creación de
modelos físicos que apoyaban la racionalidad de su propuesta.
Publicados sus resultados, su investigación se dirigió hacia la
comprensión de la estructura de otra gran molécula: el ácido
desoxirribonucleico (ADN).
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(4) 544-549]