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cula de polietilenglicol y al igual que infliximab y adali-
mumab, neutraliza el efecto del FNT (100). A diferencia de
infliximab y adalimumab, certolizumab pegol carece de
la región Fc de la inmunoglobulina, lo que teóricamente
impediría el transporte a través de la placenta. Un estudio
realizado en pacientes embarazadas en tratamiento con
certolizumab pegol demostró que los niveles del fármaco
eran indetectables (
<
2 μg/ml) en los 10 recién nacidos
estudiados (101).
En reportes preliminares del registro PIANO, el uso de
certolizumab pegol no fue asociado con un aumento en
el riesgo de malformaciones congénitas ni tampoco con
un aumento en las infecciones en el recién nacido, aún
cuando se usó combinado con tiopurinas (102). Debido
a esta evidencia clínica, se recomienda seguir con el
fármaco durante la lactancia, sin interrumpir el trata-
miento. Certolizumab pegol es considerado un agente
seguro en la lactancia.
Natalizumab y vedolizumab
Natalizumab (Tysabri®) es un anticuerpo monocloncal del
tipo IgG 4 que actúa bloqueando integrinas (integrina alfa-4/
beta-1 e integrina alfa-4/beta-7), modulando el tráfico
de linfocitos en el sistema nervioso e intestino. Su uso ha
sido aprobado para el tratamiento de la EC, pero debido
al aumento en el riesgo de leucoencefalopatía multifocal
progresiva su uso ha sido limitado a casos refractarios a otros
medicamentos. Natalizumab es clasificado dentro de la cate-
goría C. En modelos animales, no se ha encontrado que el uso
de natalizumab aumente el riesgo de abortos espontáneos
o teratogenicidad (103). Estudios realizados para analizar el
potencial efecto de natalizumab en la fertilidad revelaron que
el fármaco no afecta la fertilidad en el hombre, pero que a
dosis muy altas (30 mg/kg), puede reducir la tasa de emba-
razos (104). La mayor parte de la experiencia en humanos es
en pacientes recibiendo natalizumab para el tratamiento de la
esclerosis múltiple. Un estudio realizado en Alemania mostró
que en 29 pacientes, 28 recién nacidos fueron absolutamente
sanos y solo uno presentó una malformación menor en una
mano (105). Debido a que no existen datos al respecto, la
lactancia no es recomendada.
Vedolizumab (Entyvio®) es un anticuerpo monoclonal IgG1
que solo bloquea la integrina alfa-4/beta-7, modulando el
tráfico de linfocitos solo en el intestino (y no en el sistema
nervioso). Estudios clínicos mostraron su eficacia en el trata-
miento de la EC y CU no ha habido reportes de leucoencefa-
lopatía multifocal progresiva (106, 107). Fue recientemente
aprobado por la FDA y clasificado como una droga tipo B.
Debido a que ha estado disponible por poco tiempo, no
existe experiencia en pacientes embarazadas, pero teórica-
mente y en base su mecanismo de acción y especificidad por
el sistema digestivo debiera ser seguro.
Conclusiones
Fertilidad y embarazo en pacientes con EII es un tópico
sumamente importante. Los planes de embarazo deben ser
analizados en toda paciente en edad reproductiva con el fin
de proveer la información y educación adecuada. La mayor
parte de los embarazos en pacientes con EII son exitosos
y exentos de complicaciones. Sin embargo, es impor-
tante planearlo con cuidado y ambos padres deben ser
educados y guiados comenzando antes de la concepción.
Este cuidado requiere de un equipo multidisciplinario y el
monitoreo de la madre y el feto. Pacientes con EII inactiva
pueden embarazarse, pero deben ser educadas y contro-
ladas durante el embarazo por un obstetra con experiencia
en embarazos de alto riesgo y el recién nacido debe ser
evaluado y controlado por un pediatra capacitado. El
mensaje principal es que un embarazo sin complicaciones
es posible, pero debe ser planeado cuando la enfermedad
esté en remisión. El equipo médico debe explicar el hecho
que el mayor riesgo para la madre y el feto es la acti-
vidad de la enfermedad y que descontinuar el o los medi-
camentos puede ser más perjudicial que los potenciales
efectos adversos, sobretodo considerando que la mayoría
de los fármacos usados en la actualidad son considerados
seguros en el embarazo y durante la lactancia (Tablas 2 y
3). Debido a conflictos éticos, no existen estudios contro-
lados, pero es siempre importante considerar los riesgos
y beneficios de cada terapia, siempre tomando en cuenta
que la variable que impone el mayor riesgo para el emba-
razo es una EII activa.
El autor declara no tener conflictos de interés, en relación a este artículo.
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(5) 649-662]