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de hospitalizaciones no se veía afectado en el grupo de
pacientes recibiendo leche de madres recibiendo la droga. La
recomendación actual es que madres recibiendo tiopurinas
pueden amamantar a sus hijos, minimizando la exposición
a la leche producida dentro de las primeras cuatro horas de
recibido el medicamento. Las tiopurinas no parecen afectar
la fertilidad del hombre (68).
Metotrexato
El efecto teratogénico del metotrexato (MTX) ha sido bien
descrito y se encuentra dentro de la categoría X de la FDA. La
exposición prenatal en el primer trimestre aumenta el riesgo
de retraso en el crecimiento intrauterino, la hipoplasia de las
crestas supraorbitarias, anormalidades cerebrales, malforma-
ciones del sistema esquelético, defectos en las extremidades y
retraso mental (69). La exposición fetal en el segundo y/o tercer
trimestre puede inducir retardo del crecimiento intra-uterino
(69). Las mujeres recibiendo MTX deben estar bajo un régimen
anticonceptivo confiable y antes de embarazarse, deben haber
discontinuado el fármaco por tres meses. El MTX es excretado
en la leche materna y no debe ser usado durante la lactancia
(70).
Como con las tiopurinas, también existe preocupación con
respecto a la fertilidad y riesgo de teratogenicidad que el
MTX pueda inducir en hombres recibiendo la droga y con
deseos de concebir. Actualmente, no existe evidencia que
esto pueda suceder, a pesar de que existen reportes de casos
en que pacientes han desarrollado oligospermia después
de comenzar MTX, la cual es reversible después de que se
descontinúa (71). Debido a la escasa evidencia, se reco-
mienda que los pacientes hombres discontinúen el MTX tres
meses antes de concebir.
Ciclosporina y tacrolimus
La ciclosporina (Equoral®, Restasis®, Sandimmun®,
Sandimmun Neoral®) y el tacrolimus (Cidimus®, T-Inmun®)
son inhibidores de la calcineurina ampliamente usados para
evitar el rechazo de injertos después de un trasplante. Ambos
fármacos pueden tener un rol en el tratamiento de las EII y se
encuentran dentro de la categoría C de la FDA. La ciclospo-
rina atraviesa la placenta, y los niveles en la circulación fetal
varían entre 10 y 50% de la materna (72). Estudios no han
demostrado un aumento en el riesgo de malformaciones,
aunque existen reportes de un posible aumento de la inci-
dencia de bajo peso al nacer (73). El tratamiento con ciclos-
porina en una paciente embarazada con EII tiene indicación
en casos excepcionales debido a los efectos adversos que la
droga podría tener sobre la madre, incluyendo hipertensión
arterial y nefropatía. Una posible indicación sería el trata-
miento de una CU fulminante refractaria a corticosteroides,
la cual podría incluso evitar un aborto (74, 75). Los niveles de
ciclosporina en leche materna son equivalentes a los niveles
en la circulación materna, y la lactancia no es recomendada
por los potenciales efectos inmunosupresores y tóxicos en el
feto (76).
El uso de tacrolimus es considerado una opción para el trata-
miento de EII en algunos casos. Tal como con la ciclosporina,
la experiencia es mayormente en pacientes post-trasplante y
los estudios no han demostrado que su uso afecte el pronóstico
obstétrico. Un meta-análisis de estudios realizados en pacientes
recibiendo tacrolimus como inmunosupresión después de un
trasplante concluyó que no existía un mayor riesgo de malfor-
maciones congénitas (77). El crecimiento pre y post-natal no
se ve afectado y es similar al de la población general (78), pero
el uso de tacrolimus durante el embarazo ha sido asociado con
hipercalemia en el recién nacido. El tacrolimus es detectable
en leche materna, pero los niveles son extremadamente bajos
(alrededor de 0.06 μg por kg de peso en 24 hr. (79). A pesar de
que teóricamente la lactancia debiera ser posible, la experiencia
es muy limitada y no es recomendada, sobre todo considerando
que tacrolimus es un fármaco usado como inducción y no tanto
como un agente de mantención.
Agentes biológicos
Infliximab y adalimumab
Infliximab (Remicade®) y adalimumab (Humira®) son anti-
cuerpos monoclonales de tipo IgG1 que bloquean el efecto
pro-inflamatorio del factor de necrosis tumoral alfa (FNT).
Su uso está aprobado para el tratamiento de la EC y CU.
Ambos agentes biológicos están clasificados dentro del
grupo B de la FDA (80). Debido a que son fármacos relativa-
mente nuevos, no existe una gran cantidad de información
con respecto a los potenciales efectos adversos que puedan
tener en el feto o el recién nacido. Es sabido que existe
una gran concentración de FNT y su receptor en múlti-
ples tejidos del sistema reproductivo, incluida la decidua,
placenta y tejido endometrial (81). Interesantemente, estu-
dios en animales han revelado que el FNT protege el embrión
de teratogenicidad (82). Al mismo tiempo, existe evidencia
que la sobre-expresión de FNT (como durante una infección
durante el embarazo) puede inducir daño de la placenta,
abortos y retraso del crecimiento (83, 84). En general, la
IgG es transportada a través de la placenta desde la circula-
ción materna a la fetal. El análisis de niveles de IgG a través
del embarazo han demostrado que el transporte de IgG
aumenta proporcionalmente a la edad gestacional. Durante
las primeras semanas de gestación, el transporte es práctica-
mente nulo, pero va aumentando progresivamente a medida
que avanza el embarazo (85). Las IgG son transportadas a
través de la placenta activamente y mediado por el receptor
fetal Fc del sinciciotrofoblasto (86). Estudios han revelado
que los niveles de infliximab y adalimumab son mayores en
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(5) 649-662]