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los recién nacidos que en sus respectivas madres y pueden

ser detectados hasta seis meses después del parto (87, 88).

En un reporte de casos, los autores encontraron que cuando

infliximab se discontinúa antes de las 30 semanas de emba-

razo, los niveles en el recién nacido son indetectables (89).

Estudios en animales han revelado que no existe un riesgo

de malformaciones o alteraciones del desarrollo del sistema

inmunológico (90, 91). Los estudios en humanos sugieren

(como en otros medicamentos usados en EII) que la enfer-

medad como tal (y no el tratamiento) es responsable del

aumento en complicaciones obstétricas y peri-natales.

La mayor parte de los estudios de fármaco-vigilancia han

demostrado que infliximab y adalimumab no aumentan el

riesgo de malformaciones o de complicaciones peri-natales

(92, 93). El registro PIANO (

“Pregnancy in Inflammatory bowel

diseases And Neonatal Outcomes”

) es una iniciativa reciente

que tiene como objetivo determinar si los inmunosupresores

usados en el tratamiento de las EII (incluidos los anti-FNT)

afectan el pronóstico del embarazo o si aumentan el riesgo de

enfermedad peri-natal. En un informe preliminar, los autores

reportaron que no existió un mayor riesgo de malformaciones

congénitas en recién nacidos de madres recibiendo tiopurinas

o agentes biológicos. Sin embargo, aquellos recién nacidos de

madres recibiendo terapia con infliximab o adalimumab en

combinación con una tiopurina tienen un 35% mayor riesgo

de infecciones entre los 9 y 12 meses de edad cuando son

comparados con aquellos recién nacidos de pacientes reci-

biendo solo un medicamento. No se encontró una diferencia

en cuanto a desarrollo físico o psicomotor.

A pesar de que la mayor parte de los estudios no han

mostrado una asociación entre los anti-FNT y complica-

ciones del embarazo o malformaciones congénitas, una

revisión de reportes enviados a la FDA encontró una gran

cantidad de casos de malformaciones en hijos de madres

expuestas a infliximab o ertanecept. Los autores repor-

taron que la mayoría de estas malformaciones congénitas

pertenecen al síndrome VACTERL (defectos vertebrales,

ano imperforado, polidactilia, malformaciones cardiacas y

renales, atresia esofágica con fístula traqueo-esofágica e

hidrocefalia) (94). Estos resultados deben ser interpretados

con sumo cuidado debido a existe un sesgo relacionado al

reporte de casos y a que las malformaciones cardiacas son

relativamente comunes. Un estudio poblacional realizado en

Europa no replicó estos resultados (95).

Un aspecto importante relacionado con el uso de agentes

biológicos en la embarazada es la administración de vacunas

vivas atenuadas en los recién nacidos. Como fue mencionado

anteriormente, es posible detectar niveles de infliximab y

adalimumab hasta seis meses después del parto (88), y el uso

de vacunas vivas (sarampión, parotiditis, rubéola, polio, fiebre

amarilla, varicela, Bacillus Calmette-Guérin [BCG] y tifoidea

oral) está contraindicado. Un reporte de caso describió un

recién nacido sin morbilidad expuesto a infliximab durante

su vida intrauterina que no fue amamantado y recibió la

BCG a los tres meses. El paciente desarrolló una infección

diseminada por BCG, la que eventualmente fue fatal (96).

Un tema de debate es cómo administrar estos anti-FNT

durante el embarazo. El paso de IgG es proporcional con

la edad gestacional y estudios clínicos han demostrado la

transferencia de anticuerpos monoclonales desde las 26

semanas de gestación. Adicionalmente, el receptor FcRn en

la placenta es funcional a las 13 semanas de embarazo, por

lo tanto el paso de IgG podría darse antes. En pacientes

recibiendo infliximab, lo ideal es administrar la última dosis

a la semana 30 o 32 de embarazo y después administrar

una nueva infusión inmediatamente después del parto. A

pesar de que teóricamente esta estrategia disminuiría la

exposición del feto al infliximab administrado a la madre,

las repercusiones clínicas son poco claras y se debe consi-

derar que retrasar una dosis de infliximab aumenta el

riesgo de desarrollar inmunogenicidad contra el fármaco,

lo que podría tener repercusiones negativas en el corto y

largo plazo. Con adalimumab, la situación es diferente ya

que este fármaco se administra cada una o dos semanas

(dependiendo del paciente). La demora en días o pocas

semanas en la administración del medicamento pueden

no solo inducir inmunogenicidad hacia la droga, sino que

también una crisis. Es por esto que se recomienda conti-

nuar con el adalimumab sin alteraciones en el intervalo de

administración de dosis.

La información disponible en cuanto a la presencia de

agentes biológicos en la leche materna es limitada. Algunos

estudios no han encontrado niveles detectables de anti-FNT,

a pesar de que otros si lo han hecho (97). La recomendación

actual es que el riesgo de lactancia en madres recibiendo

anti-FNT es baja.

No existe evidencia de que infliximab o adalimumab afecten

la fertilidad masculina a pesar de que un estudio realizado en

10 hombres encontró que la motilidad y morfología de esper-

mios se veía afectada después de una infusión de infliximab

(98). Contrariamente, otros estudios han mostrado una mejoría

en la motilidad de los espermatozoides (99). Este fenómeno

podría ser explicado por una mejoría de la actividad inflama-

toria inducida por la EII.

Certolizumab pegol

Certolizumab pegol (Cimzia®) es un anticuerpo monoclonal

humanizado. El fragmento Fab está unido a una molé-

[Fertilidad y embarazo en pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales - Dr. Andrés Yarur U.]