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EDITORIAL

DR. Juan Pablo Torres T. (1), (2).

Editor invitado

(1) Sub Director Médico de Laboratorios, Clínica Las Condes.

(2) Pediatra Infectólogo, PhD. Profesor Asociado, Departamento de Pediatría y Cirugía Infantil Oriente, Facultad de Medicina,

Universidad de Chile.

Desde los comienzos de la medicina moderna ha existido un

desarrollo progresivo del laboratorio clínico, que acompaña al

médico en su toma de decisiones, en la búsqueda de enfer-

medades, en la confirmación diagnóstica, en la prevención de

patologías y en el pronóstico del paciente.

Paulatinamente, hemos visto cómo de manera creciente ha

aumentado el número de exámenes que se solicitan a cada

paciente, en especial en servicios de urgencia. Muchas veces

este número de exámenes está justificado, sin embargo otras

veces se solicitan exámenes de manera injustificada. Con el

desarrollo de tecnologías de laboratorio cada vez más rápidas

y precisas, en especial de técnicas como la biología molecular

o el MALDI-TOF, podemos disponer de resultados en pocas

horas, aunque muchas veces con un alto costo y/o en algunos

casos estos exámenes no son cubiertos por los seguros de

salud de nuestros pacientes.

Es importante considerar que estas nuevas técnicas diagnós-

ticas son complementarias a las técnicas del laboratorio clínico

convencional y cada una de ellas tiene ventajas y desventajas

que deben ser consideradas por el equipo médico al momento

de pedir un examen. El juicio clínico debe ser complementado

con el laboratorio para confirmar hipótesis diagnósticas y no

al revés. En nuestra práctica clínica, existen ocasiones en que

a un paciente se le realiza un estudio de imágenes de “cuerpo

completo”, en busca de alguna patología. Lo mismo puede

ocurrir con el estudio del laboratorio clínico cayendo en excesos

que se traducen en muchos exámenes innecesarios. Es rol de

cada uno de nosotros actuar profesionalmente anteponiendo el

pensamiento médico, las guías de práctica clínica y el análisis

crítico basado en la mejor evidencia disponible, para pedir

los exámenes que realmente necesitamos, evitando excesos

propios de la falta de preparación o de practicar una medicina

defensiva.

Junto con esto, muchos de los tratamientos médicos actuales

se basan en “tratamientos estándares”, vale decir, esquemas

de quimioterapia para un cáncer determinado, dosis similares

de antimicrobianos para una determinada infección, uso de

anticuerpos monoclonales para una patología específica, entre

otros. En este último tiempo y posiblemente en los próximos

años, existirá un desarrollo progresivo y exponencial hacia una

medicina personalizada y de mayor precisión, que considere el

rol del hospedero en la respuesta a una patología determinada.

Así, la medición de niveles de fármacos y agentes biológicos, la

detección de mutaciones y/o polimorfismo, estudios de expre-

sión génica y la farmacogenómica irán tomando más relevancia

y exigirán a los futuros laboratorios clínicos disponer de este

tipo de técnicas.

En esta edición de la Revista Médica de Clínica Las Condes

hemos querido incorporar artículos que muestren de un punto

de vista práctico y aplicado, desde cómo organizar un labora-

torio clínico moderno, a la utilidad clínica de los laboratorios

de hematología (interpretación clínica del hemograma), medi-

cina transfusional, inmunología, hormonas, microbiología y

virología. Además, la relevancia de incorporar nuevas tecno-

logías en el diagnóstico microbiológico moderno, la biología

molecular y el uso de equipos al lado de la cama del paciente.

Esperamos que sean temas de interés y útiles para un mejor

quehacer clínico en la atención de nuestros pacientes.

[EDITORIAL]