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[Actualización en contorno corporal posbariátrico - Dr. Claudio Guerra S. y col.]

Las comorbilidades deben ser registradas, evaluadas por

los especialistas correspondientes de ser necesario. Se

debe pesquisar las secuelas de

bypass

gástrico: síndrome

dumping

, emesis prolongada, estado nutricional actual,

descartar déficit nutricionales y la apropiada evaluación de

la anemia (18, 19).

En síntesis, establecer si el paciente se encuentra en el

momento óptimo para someterse a cirugía de contorno

corporal, con un peso estable de por lo menos tres meses.

Examen físico

Se debe realizar la evaluación del grado de exceso cutáneo

en las distintas zonas del cuerpo, distribución de grasa,

localización de pliegues y la calidad y elasticidad de la piel

(20). Se puede estimar la resección cutánea por medio

del

pinch test

. Detallar cicatrices previas, diástasis de los

rectos, hernias ventrales, asimetrías, rollos de piel torá-

cicos laterales y se debe realizar el registro fotográfico (21)

(Figura 2).

Figura 2. Fotografías preoperatorias de

paciente con baja de peso de 60 kg.

Evaluaciones y laboratorio

Los exámenes solicitados son en general: radiografía de tórax,

electrocardiograma, hemograma, pruebas de coagulación,

albúmina y mamografía si está planificada cirugía mamaria

(22). TAC abdominal en casos de sospecha de hernia (23).

Educación preoperatoria del paciente

El paciente debe detallar las áreas del cuerpo que le interesa

corregir y establecer prioridades, ya que suelen ser múlti-

ples las zonas de interés. El paciente debe ser informado

acerca del largo y posición de las cicatrices y se debe esta-

blecer un plan y secuencia terapéutica si se realizará una o

más intervenciones.

Es necesario suspender los medicamentos que alteren

la coagulación (incluyendo medicamentos naturales). En

cuanto al tabaco, sin ser una contraindicación absoluta,

es recomendable su abstinencia por al menos 4 semanas

previo y posterior a la intervención, con el fin de minimizar

la pérdida o sufrimiento de los colgajos y complicaciones

como dehiscencia e infección de la herida (25, 26). Es reco-

mendable también advertir de la necesidad de probables

procedimientos secundarios, como re-excisión de exce-

dente cutáneo o corrección de “orejas de perro” (24).

Índice de masa corporal

Debe ser cercano al peso objetivo (±10-15%) y estable por lo

menos los últimos tres meses. Esto usualmente ocurre entre

los 12 y 18 meses desde de la cirugía bariátrica (27). Un IMC

<

35 kg/m

2

es aceptable; con un IMC

>

35 kg/m

2

aumentan

las complicaciones significativamente, especialmente el

riesgo de trombosis (28); por otra parte con un IMC menor

a 30 kg/m

2

se logran mejores resultados estéticos. En el caso

de pacientes con IMC elevado, pero con un panículo adiposo

gigante, pueden beneficiarse con la remoción del excedente

cutáneo, a través de una paniculectomía extensa que permite

mejorar la deambulación, el ejercicio, la calidad de vida, la

higiene y permite continuar con una baja de peso (29, 30).

Consideraciones psicológicas

Se debe tener un alto índice de sospecha de este tipo de

alteraciones, siendo las más comunes el trastorno del

ánimo, desórdenes de personalidad y alteraciones de la

imagen corporal (31, 32).

Prevenciones en el perioperatorio

Es fundamental que el equipo anestesiológico esté familiarizado

con este tipo de pacientes. Realizar prevención de trombosis

venosa, dado que la cirugía eleva la presión intra-abdominal y

aumenta el riesgo trombótico. No existe definición del tiempo

operatorio ideal, pero es sabido que a menor duración de la

intervención existe una menor tasa de complicaciones (33).