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discriminación y exclusión social a partir de un atributo, se
manifiesta en el individuo, su familia o entorno de apoyo
y está altamente presente en la comunidad y los equipos
de salud. Esta situación dificulta el acceso a diagnóstico y
apoyo a personas con demencia (13). De igual modo, a nivel
local se ha descrito la influencia de los imaginarios sociales
de la demencia y la vejez en el impacto que el diagnóstico
de demencia tiene en los grupos familiares (14).
Los antecedentes previamente descritos informan sobre la
realidad local de los impactos asociados a la demencia en
los entornos sociales, concordantes con diversos reportes
internacionales que enfatizan en cómo el cuidado de una
persona con demencia puede tener efectos negativos
en la salud del cuidador. Esto revela la necesidad de
intervenciones orientadas a la capacitación, educación
y servicios de respiro y apoyo para cuidadores y familias
(15). Puede observarse que la demencia constituye un
problema de salud complejo que posiciona la necesidad
de un abordaje más allá del individuo, incorporando
otros actores para un apoyo integral lo que desafía el
logro de una gestión política coordinada de diferentes
sectores sociales no exclusivamente vinculados al sector
salud (16).
Escenario político internacional y
consideraciones para un plan de demencias
La demencia ha sido posicionada durante los últimos
años como un problema de salud pública relevante
en un camino con variados hitos. Al respecto, en el
año 2012 la Organización Mundial de la Salud (OMS)
declaró la demencia como una prioridad para la salud
pública global (4). En su reporte, la OMS resalta como
urgente la generación de políticas y/o estrategias
de enfrentamiento de la demencia en los países,
particularmente aquellos con ingresos económicos
moderados, debido a que el aumento de la prevalencia
de demencias durante los próximos 25 años se dará
mayormente en estos. En el informe, la OMS refiere que
los planes de demencia debiesen abordar de manera
global las siguientes áreas:
- Diagnóstico oportuno
- Acceso a cuidados y apoyo
- Promoción de inclusión y reducción del estigma
- Promoción de la investigación en demencia
Progresivamente, diversas organizaciones y actores claves
en desarrollo económico y social han iniciado acciones de
carácter político con el fin de abordar la problemática
a nivel local. Es así como en el año 2013, los países
miembros del grupo G8 (Canadá, Francia, Alemania, Italia,
Japón, Rusia, Reino Unido, Estados Unidos y la Unión
Europea) realizaron una reunión para tratar la realidad
de la demencia en sus países y acordar áreas de abordaje
prioritario, incluyendo la demencia como un tema vital en
sus agendas políticas (17).
En su Consejo Directivo número 54, realizado en octubre del
año 2015, la Organización Panamericana de la Salud (OPS)
declaró las demencias en las personas mayores como uno de
los ocho temas claves en salud en América Latina, acordando
un plan de acción con inversiones a largo plazo que enfatiza
en la mejora del tratamiento y la atención integral y la
investigación sobre las necesidades de las personas con
demencia (18). Dicho acuerdo político se basa en un plan de
acción que considera, entre otros, los siguientes aspectos:
1.
Fortalecer los servicios de salud y las redes comunitarias
en toda la región para que los adultos mayores puedan
quedarse en sus hogares y comunidades, sin sacrificar su
salud ni la de quienes los atienden.
2.
Promover la creación de establecimientos de atención
de salud con cuidados especializados de largo plazo para
las personas mayores cuya demencia está demasiado
avanzada para recibir atención de buena calidad en su
casa.
3.
Fortalecer la capacidad de los sistemas de salud para
promover modos de vida saludables a fin de prevenir
trastornos de salud como la hipertensión, la diabetes, el
consumo de tabaco y la obesidad que, según investigaciones
científicas, pueden conducir a las demencias.
4.
Capacitar mejor a los profesionales de salud para la
atención y el tratamiento de las personas con demencias,
desde el nivel de pregrado a través de toda la educación
médica y la formación continua.
5.
Aumentar la investigación básica, clínica, epidemiológica
y social sobre las causas de las demencias para aprender la
mejor forma de prevenir, tratar y atender estos trastornos
de salud.
6.
Establecer leyes que protejan los derechos humanos
de las personas con demencias, y adoptar medidas que
promuevan una mejor comprensión de estas afecciones y
reduzcan el estigma y los estereotipos.
En la actualidad son varios los países que han implementado
estrategias de abordaje de las demencias. Algunos de
ellos, como Canadá y Australia, han iniciado el trabajo a
nivel local diferenciado según región del país, con planes
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(3) 286-296]