294
El plan se implementaría en los tres niveles de salud
existentes en Chile. En este contexto, la persona con
demencia ingresará a la oferta pública por medio del nivel
primario de salud, vale decir, los centros asistenciales
locales, a través del Examen de Medicina Preventiva
(EMPAM). En este espacio existirá un equipo específico
para la atención de las demencias, el cual se relacionará
directamente con los dispositivos y programas de
tratamiento y apoyo, situados en la atención secundaria,
correspondiente al nivel de especialidad, los cuales serán
los centros diurnos de atención para las personas con
demencia leve o moderada y las clínicas de memoria que
buscan dar respuesta a demencias de alta complejidad.
Será el gestor de casos quien evaluará si es posible
mantener al usuario en la atención primaria o se deriva
a la atención secundaria, siempre teniendo en cuenta la
provisión de cuidados de larga duración en los distintos
estadios de la condición de demencia. El nivel terciario, la
hospitalización, será considerada en casos de ser requerida
y necesaria.
Durante el año 2016 se contempla la implementación de
siete centros de atención diurna, dispositivos diseñados a
partir del piloto Centro Kintun en la comuna de Peñalolén,
con un enfoque sociosanitario que buscan intervenir por
medio de variables físicas y psicosociales en las personas
que viven con demencia leve y moderada, con la finalidad
de promover la participación de la persona con demencia y
lograr un mejor ajuste y adaptación al vivir con demencia
en ellas, sus familias y la comunidad. Estos dispositivos
incluyen un equipo multidisciplinario, que lleva a cabo,
entre otras acciones, atención directa en centro diurno,
visitas domiciliarias y educación al entorno familiar y
la comunidad. Se configura así como un dispositivo
sociosanitario transitorio articulado con el resto de la red
y los programas de salud pública del país y del área social
municipal y regional.
Conclusiones
La demencia se ha constituido en un problema importante
para la política en salud y desarrollo social. Si bien no existe
tratamiento curativo para la enfermedad, la evidencia actual
señala con claridad que sí puede brindarse tratamiento y
apoyo que permita modular el impacto de la condición en la
calidad de vida de las personas y su entorno familiar. De este
modo, las acciones integradas de carácter psicosocial o no
farmacológicas (como la educación a cuidadores, la adaptación
de los ambientes cotidianos y la generación de dispositivos
especializados de apoyo y tratamiento, el manejo farmacológico
y no farmacológico de síntomas neuropsiquiátricos, entre
otros) emergen como la principal línea de tratamiento.
Las acciones para el abordaje de las demencias deben
articularse a través de planes o estrategias locales. Dichos
planes deben incorporar objetivos en los diferentes niveles
de impacto de la condición, con el propósito de promover la
mejor calidad de vida posible aunque se viva con demencia.
En línea con las recomendaciones internacionales, Chile
ha generado progresivamente un escenario político para
el enfrentamiento de las demencias, lo que confluyó en
el desarrollo de la primera propuesta de
Plan Nacional
para las demencias,
presentado durante el año 2015 a la
sociedad civil.
Dicho plan busca identificar los contextos ya existentes
que de algún modo dan respuestas a necesidades de las
personas con demencia en la actualidad, con el fin de
potenciarlos e implementar nuevas acciones y dispositivos
que según la evidencia y recomendaciones internacionales
representarían un aporte en nuestro contexto particular.
De este modo, la atención primaria en salud desempeña un
rol fundamental en la detección y diagnóstico oportuno y
en la entrega de tratamiento y apoyo de primera línea. De
igual modo, el plan considera la generación progresiva de
equipos especializados tanto a nivel primario y secundario
de atención en salud. Se observa además que el plan no se
limita únicamente al sector salud, sino que involucra otros
sectores por medio de acciones como la actualización
del circuito jurídico, la formación de capital humano
capacitado para una atención adecuada a personas con
demencia y la educación a la comunidad para la reducción
del estigma hacia esta condición, entre otras.
En el círculo virtuoso del cuidado de las demencias
confluyen cuatro actores: la familia, la persona que vive con
demencia, el Estado y la sociedad civil. El aporte de la familia
se sustenta en el apoyo y la solidaridad intergeneracional.
Las personas que viven con demencia deben ser respetadas
en su biografía y consideradas en las opciones de cuidado
que se les entrega. El interés del Estado debe apuntar a
proveer un mínimo de condiciones de vida, basado en los
derechos ciudadanos y la construcción de una sociedad
más inclusiva. Finalmente, la sociedad civil representa
un aliado y un articulador de las políticas públicas, pues
genera acciones para la población más vulnerable y provee
servicios de calidad en territorios específicos y representa
el escenario para la toma de conciencia sobre la condición.
Si bien las brechas son muchas, Chile avanza en el abordaje
de las demencias, aunando esfuerzos intersectoriales y
promoviendo la actuación conjunta del sector público, la
sociedad civil y la academia.
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(3) 286-296]