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producir infecciones respiratorias con alto impacto en

salud pública. Los rinovirus, históricamente asociados

al resfrío común, actualmente son identificados como

agentes de neumonía y como desencadenantes de exacer-

baciones asmáticas.

Dentro de los

“nuevos virus respiratorios”

se encuentran

Metapneumovirus Humano (MPVh), Bocavirus (BoVh) y

Coronavirus (CoVh), los cuales son el objetivo de esta revi-

sión. Hemos dejado a propósito fuera el virus Influenza y

sus recientes serotipos porque por si solo justifican un artí-

culo en el futuro.

METAPNEUMOVIRUS HUMANO (MPVh)

Generalidades

Es un virus RNA de 150 a 600 nm de tamaño, fue descu-

bierto el año 2001, aunque análisis filogenéticos sugieren

su existencia por aproximadamente 50 años (4). Se rela-

ciona estrechamente con VRS por su genoma, patología

celular y presentación clínica (3).

Pertenece a la familia Paramyxoviridae, subfamilia

Pneumovirinae, género Metapneumovirus. Hay 2 genotipos,

A y B, y varios subgrupos: A1, A2, B1 y B2. El subgrupo A2

a su vez se divide en A2a y A2b, la clasificación anterior

se obtiene de las variantes de dos glicoproteínas, una que

es responsable de la adherencia (G) y otra involucrada en

la fusión (F). Algunos estudios sugieren que el genotipo A

produce enfermedad más severa que el B, otros estudios no

han mostrado esta diferencia. La infección por un genotipo

no confiere inmunidad protectora cruzada. Igual que VRS,

las cepas predominantes circulantes varían año tras año (5).

Epidemiología

Desde el punto de vista epidemiológico, MPVh ha sido

detectado en 4 a 16% de los pacientes con infecciones

respiratorias agudas, tiene distribución mundial y afecta a

todos los grupos etarios (5).

Los brotes ocurren principalmente en primavera e invierno.

La infección está asociada con un número importante

de hospitalizaciones y consultas ambulatorias en niños

menores de 5 años, especialmente durante los primeros

12 meses de vida (6). Estudios de seroprevalencia han

mostrado que un alto porcentaje de los niños (90-100%)

han sido infectados entre los 5 y 10 años de edad, las rein-

fecciones pueden ocurrir en adultos (7).

El mecanismo de transmisión es por gotitas y contacto

directo con secreciones; el tiempo de incubación habitual-

mente dura entre 3 y 5 días. Se excreta por un período que

varía entre 1 a 6 semanas (8).

Patogenia

MPVh interfiere con la respuesta inmune del huésped

usando mecanismos específicos.

El virus antagoniza la respuesta celular mediante la regu-

lación de patrones de reconocimiento de diferentes

receptores como los receptores tipo Toll. La infección

interfiere con la actividad de células dendríticas y dismi-

nuye la activación de células T antígeno específicas. Los

virus respiratorios son conocidos por modular la respuesta

de citocinas; comparado con VRS e Influenza, MPVh es un

inductor menos eficaz de diferentes citocinas como IL-2,

TNF-alfa, IL-6, IL-1beta, IL-8 e IL-10. En VRS han sido iden-

tificadas 2 proteínas no estructurales (NS1 y NS2) como

potentes antagonistas de la vía del interferon, la ausencia

de estas proteínas en MPVh puede ser la causa de la dife-

rencia en el nivel de respuesta inmune innata de ambos

virus. La infección por MPVh produce inflamación perivas-

cular y peribronquiolar. Hasta la fecha no existe evidencia

para determinar si la infección por MPVh se limita al tracto

respiratorio o causa infección sistémica (5).

Clínica

Los adultos habitualmente presentan síntomas leves como

rinitis, odinofagia y tos. En niños comúnmente se observan

coriza, tos, fiebre y en menor frecuencia otitis media

aguda, conjuntivitis, rash, diarrea y vómitos. Puede causar

bronquiolitis, neumonía y exacerbaciones asmáticas. Las

sibilancias son un hallazgo común en múltiples estudios

en niños (3-5).

Existen grupos de riesgo de desarrollar enfermedad severa,

entre los que se encuentran lactantes (especialmente

prematuros), ancianos, inmunodeprimidos, pacientes

institucionalizados y con enfermedades crónicas respira-

torias, cardiovasculares o neurológicas (9-11).

Se ha observado que la carga viral se relaciona directa-

mente con la severidad de la enfermedad, independiente

del genotipo involucrado (12). Mediante reacción de

polimerasa en cadena (RPC) en tiempo real se ha detec-

tado MPVh en niños asintomáticos, en los cuales la carga

viral fue significativamente menor que la encontrada

en niños enfermos (13). Sin embargo, en un estudio de

muestras de aspirados nasofaríngeos de niños hospita-

lizados, donde también se usó RPC en tiempo real, la

carga viral elevada se asoció con algunos síntomas, pero

no tuvo un impacto significativo en la gravedad de la

enfermedad (14).

Mencionando otro aspecto, en un modelo animal se

observó que la alteración de la respuesta de los linfocitos T

CD4+ y humoral se asoció con infecciones más graves (15).

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(1) 83-89]