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ancianos y personas con co-morbilidades (44,45).
La vacunación de los niños tiene un impacto muy impor-
tante en la morbilidad y mortalidad asociadas a la gripe del
adulto. Un estudio realizado entre el CDC y ocho ministe-
rios de salud de América Latina demostró que la vacuna-
ción previno más de 50% de hospitalizaciones confirmadas
por influenza en niños menores de 5 años de edad (52%)
y ancianos (57%). Se disponen de vacunas vivas atenuadas
inhalatorias (LAIV) y vacunas inactivadas. En nuestro PNI
utilizamos vacuna trivalente inactivada (TIV) que contiene
las tres cepas (dos A y una B) que probablemente van a
circular ese invierno, según recomendación anual de la
OMS. La suspensión del virus se obtiene por crecimiento
en huevo para todos los tipos de vacuna. La eficacia varía
en función de la edad y estado inmunológico del indi-
viduo, así como de la similitud entre las cepas contenidas
en la vacuna y las circulantes. Cuando las cepas vacu-
nales y las circulantes son antigénicamente similares, la
vacunación previene la enfermedad en aproximadamente
el 70-90% de los individuos sanos vacunados menores
de 65 años. En ausencia de concordancia la efectividad
cae a 30-60% en adultos y niños. El nivel de anticuerpos
protectores se alcanza a los 10-14 días de la vacunación,
siendo de menor cuantía en ancianos, enfermos trans-
plantados, con procesos neoplásicos o en diálisis. En estos
grupos de población es más eficaz para la prevención de
la enfermedad grave y de las complicaciones neumónicas,
reduciendo el riesgo de hospitalización y muerte (44,45).
La vacuna antigripal en Chile se recomienda anualmente
a partir de los meses de marzo-abril. Su indicación actual
es para todos los trabajadores, voluntarios o estudiantes
autorizados, que desempeñan sus labores en estableci-
mientos asistenciales públicos, en contacto directo con
enfermos, en servicios de apoyo clínico, en unidades
administrativas, o de apoyo logístico; establecimientos
asistenciales privados o institucionales que cuentan con
unidades de atención de urgencias y/o servicios de hospi-
talización y desarrollen tareas que involucran contacto
cercano con enfermos, en servicios de apoyo clínico,
laboratorios, bancos de sangre, radiología y alimentación;
las embarazadas a partir de la 13ª semana de gestación;
niños entre los 6 meses y 5 años; adultos de 65 años y
más; los trabajadores de plantas avícolas y criaderos de
cerdos; pacientes entre 6 y 64 años portadores de alguna
de las siguientes condiciones de riesgo: Diabetes, enfer-
medades pulmonares crónicas, específicamente: asma
bronquial, EPOC, fibrosis quística, fibrosis pulmonar de
cualquier causa, cáncer en tratamiento con radioterapia,
quimioterapia, terapias hormonales o medidas paliativas
de cualquier tipo; cardiopatías, específicamente congé-
nitas, reumática, isquémica y miocardiopatías de cualquier
causa, con excepción de la hipertensiva, enfermedades
neuromusculares congénitas o adquiridas que determinan
trastornos de la deglución o del manejo de secreciones
respiratorias, obesidad con indice de masa corporal mayor
a 40; insuficiencia renal en etapa 4 o mayor; insuficiencia
renal en dialisis; insuficiencia hepática crónica; enferme-
dades autoinmunes como Lupus; escleroderma; artritis
reumatoidea, enfermedad de Crohn; cáncer en trata-
miento con radioterapia, quimioterapia, terapias hormo-
nales o medidas paliativas de cualquier tipo; infección
por VIH e inmunodeficiencias congénitas o adquiridas; e
hipertensión en tratamiento farmacológico.
Todos los niños menores de 9 años que son vacunados por
primera vez deben recibir dos dosis de vacuna separadas
por un intervalo de un mes. La dosis para niños de 6 a 35
meses es de 0.25ml, administrada por vía intramuscular,
mientras que en los mayores de 36 meses la dosis es de
0.5ml. La vacuna se puede presentar en jeringas precar-
gadas con 0.25ml o 0.5ml. Sus efectos secundarios son
poco importantes, consistiendo en reacciones locales,
como dolor, inflamación, eritema o induración en la zona
de inoculación, autolimitándose a 1-2 días, ocurriendo
en un 5% de los vacunados. La fiebre u otras reacciones
sistémicas como escalofríos, malestar, dolor de cabeza
y mialgias son poco importantes y ocurren más en niños
y en vacunados por primera vez. Las reacciones alérgicas
de tipo urticaria, angioedema, asma o anafilaxia son muy
poco frecuentes, principalmente por hipersensibilidad a las
proteínas del huevo. En las cepas de vacunas que contienen
hemaglutinina porcina se han descrito aisladamente casos
de síndrome de Guillain-Barré. Dentro de sus contraindi-
caciones, además de las generales de las vacunas, hay que
señalar la anafilaxia a las proteínas del huevo, niños menores
de 6 meses y frente a individuos en los que existan ante-
cedentes de aparición de síndrome de Guillain-Barré en las
6 semanas posteriores a la administración de vacuna anti-
gripal. La lactancia no constituye una contraindicación para
la vacunación frente a la gripe. Así mismo, el 2012 la OMS
incluyó a embarazadas como prioridad máxima para inmu-
nización ya que el riesgo de fallecer versus las no emba-
razadas es 2.3 veces mayor en el II trimestre y 4.4 veces
mayor en el III trimestre y reduciría en un 25% los riesgos
de abortos y mortinatos. Concordante con este llamado a
vacunar a la embarazada, se determinó que el uso de TIV
es seguro, independiente del trimestre en que se adminis-
tren (44,45). Las vacunas inactivadas tetravalentes incluyen
una segunda cepa B, manteniendo las mismas indicaciones
y contraindicaciones que las TIV. Existen algunas vacunas
antigripales no aprobadas y/o disponibles en Chile en
este momento cuyas recomendaciones son las siguientes:
[VACUNAS E INFECCIONES RESPIRATORIAS - Dr. Rodolfo Villena]