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forma rápida y con una alta sensibilidad (90-95%), lo que

constituye una ventaja sobre la serología, ya que disminuye

el uso excesivo de antibióticos, lo que a su vez previene la

selección de cepas resistentes (9,10,14).

Se ha sugerido que una combinación de IgM y reacción de

polimerasa en cadena (PCR) serían el método diagnóstico

óptimo, sin embargo, aumentan los costos de laboratorio

(10). No se debe olvidar que la coinfección de

Mycoplasma

pneumoniae

con otras bacterias y/o virus no es rara, lo que

debe ser considerado en el estudio.

Tratamiento

Los macrólidos son el tratamiento de elección en niños (1). La

resistencia a macrólidos causada por una mutación puntual

en el dominio V de 23S rRNA emergió en Asia y se propagó

a Europa y Norteamérica. Actualmente se han documentado

tasas de resistencia de 46-93% en Japón, 69-97% en China,

30% en Israel, 9.8% en Francia y 8.2% en Estados Unidos.

Otra alternativa son las fluoroquinolonas que no se usan

habitualmente en niños (10). Según las guías de la Sociedad

Americana de Enfermedades Infecciosas, en adolescentes

pueden usarse levofloxacino o moxifloxacino debido a que

han completado su maduración esquelética, pero los antibió-

ticos de elección siguen siendo los macrólidos (20).

Los beneficios de los corticoides sistémicos en infecciones

graves han sido bien documentados en niños y adultos

(21,22).

Mycoplasma pneumoniae

y Asma

El asma es una enfermedad caracterizada por la presencia de

infiltrado celular inflamatorio en la mucosa de la vía aérea

y engrosamiento de la membrana basal epitelial (23). Se ha

demostrado que el microbioma de pacientes asmáticos es

diferente al de individuos sanos en cuanto al número y diver-

sidad de bacterias (10).

La infección por

Mycoplasma

pneumoniae

y el asma se rela-

cionan estrechamente; el asma produce inflamación tipo

Th2 en la vía aérea facilitando la infección y colonización por

Mycoplasma pneumoniae

. Por otro lado, esta bacteria produce

inflamación, obstrucción bronquial, hiperreactividad y dete-

rioro de la función pulmonar (24).

Es importante diferenciar 2 conceptos: el rol del

Mycoplasma pneumoniae

en las exacerbaciones y su influencia

en la hiperreactividad crónica de vía aérea. Con respecto

al primer punto, existe fuerte evidencia de la infección por

Mycoplasma

pneumoniae

como causa de exacerbaciones en

pacientes asmáticos. La inflamación producida en la infección

aguda es un factor gatillante de crisis durante al menos 6

meses (10,23-25).

Por otro lado, en un estudio realizado en Taiwan publicado

recientemente, se encontró que la infección por

Mycoplasma

pneumoniae

en pacientes adultos, con y sin antecedente de

atopia, podría inducir la aparición de la enfermedad, aumen-

tando el riesgo independiente de la edad, sexo y comorbi-

lidades estudiadas (23). Otros autores ponen en duda esta

relación, argumentando que es posible que en esos pacientes

el asma no hubiera sido diagnosticada previamente o que

tenían una enfermedad subclínica (24).

El asma es una enfermedad heterogénea y compleja, la iden-

tificación de diferentes fenotipos ha permitido comprender

parcialmente su fisiopatología, respuesta a tratamiento y

pronóstico. La relación causa-efecto es difícil de demostrar,

el rol de la infección por

Mycoplasma peumoniae

todavía no

es claro.

CHLAMYDOPHILA PNEUMONIAE

Microbiología-Epidemiología

Chlamydophila pneumoniae

es un patógeno intracelular obli-

gado con una pared celular que contiene lipopolisacáridos,

similar a las bacterias gram negativas. Tiene 2 formas caracte-

rísticas durante su ciclo de desarrollo: una forma intracelular,

los cuerpos reticulares y una forma extracelular, infectante y

metabólicamente inactiva, los cuerpos elementales (26).

Es un patógeno común del tracto respiratorio, que afecta

a todos los grupos etarios y con una amplia distribución

geográfica. No hay evidencia de estacionalidad en cuanto a la

frecuencia de infección, sin embargo, se describen epidemias

cada 4 a 5 años (26).

La edad más frecuente de primoinfección está entre los 5 y

15 años en regiones templadas y desarrolladas, pero puede

ocurrir precozmente en regiones tropicales o menos desa-

rrolladas. Estudios mediante serología han documentado

el aumento de tasas de prevalencia en escolares llegando

a 30-45% en adolescentes. Se estima que un 2 a 5% de los

niños y adultos son portadores asintomáticos en nasofaringe

(26).

Diversos grupos han descrito la detección de

Chlamydophila

pneumoniae

en casos de infecciones respiratorias bajas.

Algunos han documentado ausencia de detección, otros en

cambio, han encontrado

Chlamydophila

pneumoniae

hasta

en 44% de los casos. Es probable que estas variaciones se

deban a diferencias en las características demográficas y a las

técnicas de diagnóstico utilizadas en dichos estudios (27,28).

[NEUMONÍA POR AGENTES ATÍPICOS EN NIÑOS - Dra. Erika Inostroza y col.]