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y propone: “
finalmente se necesita oír una nueva exigencia. Enun-
ciémosla: necesitamos una crítica de los valores morales, hay que
poner alguna vez en entredicho el valor mismo de esos valores”
(11).
El cuestionamiento que hace Nietzsche al concepto previo de
genealogía es a la pasividad o al conformismo de la filosofía, que a
partir de fundamentos cuasi inmutables, elabora listas acerca de
los valores existentes o aplica criterios que designan valores en
base a su utilidad.
PATHOS
DE LA DISTANCIA Y ESTATUTO ORIGINARIO DE
LOS VALORES
En la obra “
La filosofía de Nietzsche
”, su autor Eugen Fink presta
atención a elementos formales que son constantes en los
escritos de este filósofo. Por ejemplo considera que la relación
intensa que Nietzsche estableció con el arte, por medio del cual
descifraba metafísicamente la existencia, era esencialmente el
arte trágico. Esta es la atmósfera que rodea a su pensamiento
inicial reflejado en
El nacimiento de la tragedia en el espíritu de
la música
. Este
Pathos trágico
, esta disposición anímica lo situó
desde un inicio en una posición de sospecha en contra del
optimismo cristiano representado por la redención (2). Este
Pathos trágico
va a mutar de manera súbita. Fink plantea como
alternativa la posibilidad de que se hubiese producido una
evolución de su pensamiento, en palabras del mismo Fink: “
un
despliegue de una intuición anterior
”. Nietzsche, al menos en
La
Genealogía de la moral,
hace alusión explícita a la antigüedad
de sus pensamientos y al probable hecho de que el “
reposo
” los
hayan fortalecido. A mi juicio esto es más cercano a la idea de
una transformación o evolución de sus ideas iniciales. Por cierto
que los elementos biográficos deben de haber jugado un rol
como precipitantes o gatilladores; el rompimiento con Wagner
tras años de idolatría, el alejamiento de las ideas formadoras
de Shopenhauer, las nuevas intensidades de su amistad con
Paul Rée y Lou Andreas Salomé, tal como sugiere Fink. En todo
caso desde “
Humano, demasiado humano”
, aparece un cuestio-
namiento y una desconfianza con las ideas iniciales: el mundo
griego, el drama de la música de Wagner y la influencia de su
ídolo Shopenahuer. Hacen su aparición entonces la ciencia y la
reflexión crítica, dotándose su obra de un “
Pathos
Ilustrado”
(14).
En
”La genealogía de la Moral”
Nietzsche induce a que dudemos y
nos cuestionemos acerca de lo que creemos conocer. Considera
al proceso del conocimiento como algo inagotable, por tanto, se
le hace cuesta arriba dar como concluidas muchas suposiciones
a las cuales los seres humanos se habían “
habituado
”. No sólo
acerca de aspectos meramente racionales sino también al mundo
de las vivencias. Para él, estamos muy distantes de conocer lo
que podríamos ser. Se coloca desde la posición de los prejuicios
morales, no habla de moral, habla desde un cuestionamiento. Se
refiere metafóricamente al alto que hizo su espíritu en su viaje y
que le permitió recorrer con la mirada,“
el vasto y peligroso país
recorrido hasta entonces
” (11). Sus análisis cuestionadores no
representan una no valoración del pensamiento filosófico previo,
plantean un no acomodamiento: los filósofos como fuente inago-
table, sin importar mucho el resultado (11).
Gilles Deleuze señala la relevancia de la relación esencial de una
fuerza con otra, llamando a la fuerza desde esta perspectiva, una
voluntad (voluntad de poder) la cual se ejerce necesariamente
sobre otra voluntad (13). “
Una pluralidad de fuerzas actuando y
sufriendo a distancia, siendo la distancia el elemento diferencial
comprendido en cada fuerza y gracias al cual cada una se relaciona
con las demás
”, este elemento representaría para este autor el
principio de la filosofía de la naturaleza en Nietzsche. El análisis
anterior implicaría que esta relación de una fuerza con otra
redundaría en la dominación de una sobre la otra y esto nos
encaminaría al origen, a la diferencia, a saber: la jerarquía (13).
En el primer tratado de La genealogía de la moral , en el parágrafo 2
reporta lo que a su juicio es la dislocación de origen del concepto
“
bueno
” (15). Para Nietzsche fueron los poderosos, los hombres de
rango superior, los nobles, los que se autoproclamaron a sí mismos
y a sus acciones resultantes como “
buenas
”, en frontal oposición con
las acciones resultantes del obrar de plebeyos, vulgares y hombres
de bajo rango (15). Nietzsche otorga a esa lejanía, a ese
Pathos
de
la distancia, el origen del derecho de los nobles de nombrar a los
valores, de crear a los valores. Con esto desdeña los intentos de los
moralistas ingleses, que insistían para este fin en aplicar criterios
genealógicos de utilidad. Para Nietzsche el
Pathos
de la distancia o
Pathos de la nobleza, como sentimiento duradero de una especie
superior dominadora sobre una inferior, crea la antítesis “
bueno
” y
“
malo
” (15). Nietzsche pretendía establecer la no equiparación del
vocablo bueno con acciones no egoístas. Más adelante en el para-
grafo 5 da cuenta de que los nobles se apoyaban muchas veces en
su superioridad de poder: “
los ricos
”, “
los propietarios
”; pero además
en disposiciones caracterológicas como “
los
veraces
”, lo veraz como
“
aristocrático
”. Este aspecto sería opuesto en rigor al “
mentiroso
”
como lo “
vulgar
” (15).
Anteriormente se había referido también al “
Pathos de la distancia”
en “
Más allá del bien y del mal
en la sección” ¿Qué es aristocrático?:
en similar análisis plantea la necesidad de la distancia entre los esta-
mentos, que direcciona hacia abajo la mirada de los dominantes
sobre los súbditos, manteniendo en todo momento la distancia y el
tono de autoridad sobre los débiles. Para Nietzsche estos hombres
más “
enteros, disponían de una fuerza psíquica y física superiores
”.
Consideraba a estos elementos de procedencia de vida o estirpe
relevantes para las valoraciones morales.
Estos análisis al día de hoy pueden resultar inicialmente burdos
y cuestionables, pero se cometería el error de no comprender la
obra de Nietzsche en su devenir histórico, el devenir de su obra
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(6) 956-960]