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consultor, así como la calidad de su trabajo. Algunos autores han
estudiado el rol de los mecanismos de defensa en el trabajo del
consultor y su rol en la capacidad para identificar o no determi-
nados problemas, seleccionar algunos hechos relevantes de la
historia del paciente por encima de otros e influir en la comuni-
cación efectiva del problema (18).
En Chile contamos con experiencias de este tipo desde hace
algunos años (14) y sus resultados en Unidades de Cuidado
Intensivo han sido ampliamente comunicadas siendo sus princi-
pales temas los siguientes: limitación del esfuerzo terapéutico,
proporcionalidad, muerte digna, anticipación de conductas o
voluntades anticipadas, autonomía y subrogación y justicia.
Los problemas indicados incluyen reflexión y análisis con el
paciente, si esto es posible, con su familia y con el médico
intensivista o su médico tratante y consideran materias muy
sensibles y complejas como la suspensión de la ventilación
mecánica, falta de anticipación de conductas, desconoci-
miento de la voluntad del paciente o discrepancias entre el
equipo y la familia. También es frecuente que el consultor
deba enfrentarse a temas relativos a definir la capacidad del
enfermo para tomar sus propias decisiones, así como la iden-
tificación de un subrogante o representante adecuado.
PSIQUIATRÍA DE ENLACE E INTERCONSULTAS EN
EL HOSPITAL GENERAL Y ASPECTOS ÉTICOS EN
PSIQUIATRÍA
Tradicionalmente se ha descrito a la psiquiatría de enlace como
aquella sub especialidad de la psiquiatría dedicada al diagnós-
tico, el tratamiento y la prevención de aquellos aspectos propios
de la patología mental en el contexto de un hospital general ya
sea de patología médica en pacientes con patología psiquiátrica
aguda o crónica como de las manifestaciones psiquiátricas de
algunas enfermedades médicas.
Desde hace algunos años la actividad de la llamada medicina
psicosomática y la psiquiatría han permitido el reconocimiento
de esta actividad como una nueva subespecialidad de la médica,
la medicina psicosomática, preocupada además de los aspectos
psicosociales de la enfermedad, su aparición y curso (19).
Los focos de acción de la psiquiatría de enlace son el paciente
en primer lugar, sin embargo, debe prestar atención también al
entorno del mismo, es decir la familia, los cuidadores o repre-
sentantes y al equipo médico. En todos ellos pueden existir
aspectos susceptibles de intervención, facilitación de la comu-
nicación o manejo.
Se ha diferenciado la interconsulta psiquiátrica, es decir aquella
respuesta concreta ante una pregunta específica que normal-
mente va destinada al profesional que la solicita y que dice rela-
ción con el diagnóstico y manejo de una patología ajena a su
especialidad o el uso de un fármaco en particular con la psiquia-
tría de enlace que implica trabajo conjunto en áreas de interés
común es decir cuyos límites no pertenecen a una especialidad
particular tal y como ocurre, por ejemplo, en el dolor crónico, los
trastornos alimentarios, los problemas de fertilidad o la oncología.
El trabajo del psiquiatra de enlace es un trabajo de interfase.
El psiquiatra mantener adecuado equilibrio entre las demandas
técnicas de los otros profesionales de la salud, la familia y el
propio paciente. Además, debe hacerse cargo del estigma que
la salud mental tiene en un ambiente no psiquiátrico y muchas
veces proveer cuidados a pacientes psicóticos, suicidales o
dependientes en contextos médicos y espacios físicos ajenos a
la especialidad.
Esta tensión requiere habilidades específicas, adecuados cono-
cimientos médicos sobre la patología de base o asociada, los
fármacos en uso y sus interacciones con otros medicamentos en
uso, capacidad de liderazgo y flexibilidad.
Como se ha visto, muchas de las habilidades descritas previa-
mente para un consultor ético, son también deseables en un
psiquiatra que trabaje en un hospital general.
ASPECTOS ÉTICOS EN PSIQUIATRÍA
Desde un punto de vista ético y de acuerdo con la Declaración
de Hawai en 1975, Viena en 1983 y Madrid en 1996 (20) el
objetivo de la disciplina es promover la salud, la autonomía y el
desarrollo del paciente.
La relación terapéutica entre un psiquiatra y su paciente debe
considerar el debido respeto a la confidencialidad, coopera-
ción y responsabilidad mutua en el contexto de la mejor terapia
disponible para cada caso en particular. La elección de cada
tratamiento debe contar con el adecuado proceso de infor-
mación sobre las características del mismo, sus alternativas y
consecuencias de hacer o no hacer respetando siempre la capa-
cidad de decidir del propio paciente.
Deben evitarse en lo posible medidas forzosas o contra la voluntad
de los pacientes y siempre con un consentimiento informado de
un familiar o de quien actúe como responsable o cuidador.
El psiquiatra no puede aprovecharse de su posición dentro de
la relación abusando de la vulnerabilidad de su paciente y toda
la información recogida durante el proceso terapéutico está
protegida por la confidencialidad propia del secreto médico.
De acuerdo a esto, los principales aspectos relativos a la psiquia-
tría y la ética pueden resumirse del siguiente modo (21):
[INTERCONSULTA BIOÉTICA Y PSIQUIATRÍA DE ENLACE - Dr. Alejandro Koppmann]