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D.P. Taggart

/ Cir Cardiov. 2016;

23(1)

:8–10

9

En

el

German

Off-Pump

CABg

trial

in

the

Elderly

(GOPCABE)

2.539

pacientes

con

edades

por

encima

de

los

75

a˜nos

fueron

aleatorizados

a

CCsCEC

vs.

CCcCE

C 9 . A

30

días

no

se

encontraron

diferencias

significativas

respecto al evento compuesto de muerte,

ictus,

infarto de miocardio o nueva necesidad de

terapia

renal

sus-

titutiva

(7,8% vs. 8,2%; HR 0,95;

IC del 95%, 0,71

a 1,28; p = 0,74) ni

de

los eventos considerados por separado. Al

igual que ocurrió en el

CORONARY,

la

necesidad

de

nueva

revascularización

ocurrió más

frecuentemente

tras

la CCsCEC que

tras CCcCEC

(1,3%

vs. 0,4%; HR

2,42;

IC del 95%, 1,03 a 5,72; p = 0,04). A 12 meses no hubo diferen-

cias

significativas

entre

los

grupos

en

el

evento

compuesto

(13,1%

vs. 14,0%; HR 0,93;

IC del 95%, 0,76

a 1,16; p = 0,48) ni

en ninguno

de

sus

componentes analizados

individualmente.

A diferencia de

los hallazgos encontrados en estos grandes estu-

dios

aleatorizados, varias bases de datos

ajustadas por propensión

de

riesgos

han

reportado

beneficios

precoces

de

la

CCsCEC

sobre

CCcCEC. Mientras

que

estas

bases

de

datos

ofrecen

la

ventaja

de

incluir

cientos

de

miles

de

pacientes

con

grupos

ajustados

por

propensión

para

ciertos

factores

de

riesgo,

pueden

ser

suscepti-

bles

de

incluir

factores

de

confusión

que

pueden

ser

conocidos,

pero

también

pueden

pasar

desapercibidos. Kuss

et

al.

analizaron

a

123.137

pacientes

sometidos

a

CCsCEC

y

CCcCEC.

Ajustaron

los

grupos mediante puntuación de propensió

n 10 y

reportaron que

la

HR

global

resultaba menor

de

1

para

todos

los

eventos

a

favor

de

la

CCsCEC.

Este

beneficio

resultaba

significativo

para mortalidad

(HR

0,69;

IC

del

95%,

0,60-0,75),

ictus,

fracaso

renal,

transfusión

de

concentrados

de

hematíes

(p

< 0,0001),

infección

de

herida

(p

< 0,001),

ventilación mecánica

prolongada

(p

< 0,01),

soporte

ino-

trópico

(p = 0,02) y soporte con balón de contrapulsación

(p = 0,05),

mientras que

las HR para

infarto de miocardio, fibrilación auricular

y

reintervención por

sangrado no

fueron

significativas.

Puskas

et

al

. 11 i

dentificaron

a

876.081

pacientes

de

la

base

de

datos de

la

Society of Thoracic Surgeons

(STS), de

los

cuales 210.469

fueron

sometidos

a

cirugía

coronaria

en

centros

que

habían

rea-

lizado más

de

300

CCsCEC

y

300

CCcCEC

durante

los

6

a˜nos

de

duración

del

estudio

(

«

centros

con

alto

volumen

de

cirugía

»

).

Los

resultados

fueron

analizados

tanto

de manera

global

como

para

los centros con alto volumen. Adicionalmente,

fueron estratificados

por

centro

participante

y

cirujano,

y

ajustados

según

30

variables

comprendidas en

la escala de

riesgo de

la STS para

cirugía

corona-

ria. Concluyeron que

la CCsCEC se asoció a una

reducción del

riesgo

de muerte,

ictus,

fracaso

renal agudo, mortalidad y morbilidad, así

como de estancia postoperatoria.

Resultados a

largo plazo

En

2014

Takagi

et

al.

reportaron

peor

supervivencia

a

5

a˜nos

tras CCsCE

C 12 . A

nalizando conjuntamente 5 estudios aleatorizados

y 17 observacionales con 104.306 pacientes, demostraron un

incre-

mento de un 7% enmortalidad a

largo plazo tras

la CCsCEC (HR 1,07;

IC del 95%, 1,03-1,11; p = 0,0003). Por

el

contrario,

ese mismo

a˜no,

Chaudhry

et

al

. 13 p

ublicaron

una

revisión

sistemática

de

32

estu-

dios en

la que

la CCsCEC obtenía una similar supervivencia a 5 a˜nos

comparada con

la CCcCEC (HR 1,06;

IC del 95%, 0,95 a 1,19; p = 0,31).

También

reportaron que mientras que

existía una

tendencia hacia

una mejor supervivencia a 10 a˜nos

(HR 1,06;

IC del 95%, 1,00 a 1,13;

p = 0,05)

desaparecía

cuando

el

análisis

se

limitaba

a

los

estudios

aleatorizados

controlados,

estudios

basados

en

registros

y

aque-

llos basados en

comparaciones de grupos mediante propensión de

riesgos.

Permeabilidad de

los

injertos

Zhang

et

al

. 14 e

xaminaron

12

estudios

aleatorizados

controla-

dos

con

un

total

de

3.894

injertos

realizados

con

CCsCEC

y

4.137

con CCcCEC. El metaanálisis mostró un

incremento del

riesgo de

la

oclusión de

injertos considerados de manera global

(HR 1,35;

IC del

95%, 1,16-1,57)

y de

los de

vena

safena

(HR 1,41;

IC del 95%, 1,24-

1,60), pero no encontró diferencias significativas cuando se analizó

por

separado el

conjunto de

injertos

realizados

con arteria mama-

ria

interna

(HR 1,15;

IC del 95%, 0,83-1,59) o arteria radial

(HR 1,37;

IC del 95%, 0,76-2,47).

Complicaciones neurológicas

Los

ictus

focales y el da˜no cerebral difuso, aunque relativamente

infrecuentes,

son

unas

de

las más

devastadoras

complicaciones

de

la

cirugía

coronaria.

La

presencia

de

ateromatosis

aórtica

ha

sido

identificada

como

el

factor

predictor más

potente

de

da˜no

neurológico

durante

dos

década

s 15 .

Está

demostrado

que

evitar

o

minimizar

lamanipulación de

la aorta ascendente (canulación, pin-

zamiento aórtico, pinzamiento parcial)

reduce el

riesgo de

lesiones

cerebrale

s 16 .

Mientras

que

la

enfermedad

difusa

y

grosera

de

la

aorta y/o

su calcificación puede

ser obvia

simplemente a

la

inspec-

ción

visual o

a

la palpación,

la

ecografía

epiaórtica

intraoperatoria

es

necesaria

para

detectar

enfermedad menos

extendida

y

parti-

cularmente

aquella

limitada

a

la

superficie

vascular

endoluminal.

Nuestro grupo ha publicado previamente que cualquier manipula-

ción aórtica,

incluyendo

los pinzamientos parciales,

resultan en un

aumento de

las microembolias

sólidas

y

gaseosas,

incluso

cuando

se

están

tratando

aortas

relativamente

sana

s 4 . A

unque

la

revisión

Cochran

e 6 y

los 2 mayores

estudios

aleatorizado

s 8,9 n

o demostra-

ron diferencias significativas en

la

incidencia de

ictus entre CCsCEC

y CCcCEC, 2

registros

ajustados por propensión de

riesgos demos-

traron

una

reducción

de

esta

complicación

tras

CCsCE

C 10,11 . S

in

embargo, ninguno de estos

trabajos estudió el

impacto de

la estra-

tegia de no manipular

en

absoluto

la

aorta

(

«

no-touch

technique

»

)

.

Misfeld

et

al.,

en

un metaanálisis

de

8

estudios

observacionales

que

incluyeron a 5.619 pacientes

sometidos a CCsCEC y que

fueron

intervenidos empleando esta

técnica,

reportaron menores

compli-

caciones

neurológicas

(HR

0,46;

IC

del

95%,

0,29-0,72;

p = 0,0008)

que

los

5.779

pacientes

sometidos

a

CCcCEC

y

que

presentaron

algún

tipo

de manipulación

aórtic

a 17 .

Del mismo modo,

Emmert

et

al

. 18 r

eportaron

que,

en

comparación

con

el

pinzamiento

late-

ral,

los pacientes

sometidos

a CCsCEC

con una

técnica

que

evitara

cualquier manipulación de

la

aorta presentaron una

reducción

en

la

incidencia de

ictus

(0,7% vs. 2,3%; HR 0,39;

IC del 95%, 0,16-0,90;

p = 0,04)

y

eventos mayores

cardiacos

y

cerebrales

(MACCE)

(6,7%

vs. 10,8%; HR 0,55;

IC del 95%, 0,38-0,79; p = 0,001), y estos

resulta-

dos

fueron

comparables a

los obtenidos en el grupo

control, al que

se

realizó una

revascularización

con

injertos

exclusivamente

arte-

riales mediante una técnica sinmanipulación aórtica (incidencia de

ictus, 0,8%; MACCE, 7,9%).

Resumen

La

evidencia

actual

obtenida

de

estudios

aleatorizados

indica

fuertemente

que

para

la mayoría

de

los

pacientes

coronarios

hay

pocos motivos

por

los

que

preferir

CCsCEC

o

CCcCEC

en

términos

de

la seguridad del paciente. Sin embargo, esta afirmación debe ser

condicionada

a

que

el

cirujano

que

realiza

CCsCEC

es

altamente

experimentado

en

este método

técnicamente más

demandante,

porque hay evidencia robusta que

indica que enmanos de cirujanos

poco

expertos

la

CCsCEC

conduce

a

una

alta

tasa

de

reconversio-

nes

y

a

una

revascularización menos

completa.

Incluso

cuando

es

realizada

por

cirujanos

expertos,

la

CCsCEC

puede

resultar

en

menos

permeabilidad

de

los

injertos

de

vena

safena

(probable-

mente

debido

a

la

pérdida

del

propio

efecto

antiagregante

que

induce

la CEC, y por

lo que en estos pacientes se recomienda

la doble

antiagregación plaquetaria). Por otro

lado, hay evidencia de calidad