Previous Page  5 / 256 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 5 / 256 Next Page
Page Background

5

“Manual de Pediatría

Ambulatoria”

discurso de presentación libro "Manual de pediatría"

Dr. Fernando Mönckeberg B. Pediatra. universidad diego portales

Agradezco muy sinceramente a Clínica Las Condes la invitación a

presentar este Manual de Pediatría Ambulatoria. Es un honor que valoro

especialmente después de haber conocido su contenido, que responde

a los enormes cambios que han venido ocurriendo en la pediatría en los

últimos tiempos.

Cuando hace algunas semanas me manifestaron que hiciera la

presentación de un Manual de Pediatría Ambulatoria, pensé que se

trataba efectivamente de un “manual de pediatría”, que se habría

elaborado con el loable propósito de facilitar y normar las acciones de

la atención pediátrica por parte de los profesionales de la salud. Pero

ya al recibir el manuscrito me fui dando cuenta de cuan equivocado

estaba. Al leerlo, fui comprobando que se trataba en realidad de un

muy bien estructurado texto de pediatría constituido por más de 150

capítulos actualizados y escritos por un selecto grupo constituido por

125 destacados profesionales, que generosamente se habían dado el

trabajo de actualizar la información respectiva y entregar además su

elaborada y valiosa experiencia personal en cada una de sus áreas. Todo

ello armonizado en un conjunto coherente que abarca desde la etapa

de recién nacido hasta el adolescente. Se trata de un verdadero texto

de pediatría moderna, que sin duda marcará un hito en la pediatría

chilena, tanto por el acucioso análisis desde el crecimiento y desarrollo,

hasta sus desviaciones patológicas, las enfermedades, su prevención y

sus actuales tratamientos. Su contenido será una inapreciable ayuda

para estudiantes y profesionales de la salud que han asumido la

responsabilidad del cuidado del niño y del adolescente.

Para los pediatras del pasado nos resulta sorprendente que en la

actualidad la atención pediátrica haya llegado a ser preponderantemente

ambulatoria, lo que antes habría parecido increíble. Pareciera que ahora

los niños no padeciesen de enfermedades graves con elevados riesgos de

muerte ¡Cuán diferente era la realidad en el pasado!, cuando la gravedad

y frecuencia de las enfermedades pediátricas era tal, que constantemente

requerían de largos y costosos cuidados hospitalarios. Es asombroso que

en tan poco tiempo la patología pediátrica haya cambiado enormemente

en lo fundamental. Es que desde siempre y hasta hace apenas dos

o tres décadas, los hospitales estaban saturados de niños menores

con desnutrición de distintos grados, que sin defensas inmunológicas

adecuadas, se complicaban fácilmente de diversas enfermedades

infectocontagiosas, de infecciones respiratorias, bronconeumonías,

diarreas y/o deshidrataciones agudas, falleciendo diariamente cientos

de ellos en los diferentes hospitales del país. Mientras tanto, otros más,

fallecían sin tener la opción de acceder a ellos. Siempre la asociación de

desnutrición e infección era la causante final de la alta letalidad de los

primeros años de vida. En los años 1970-4, cuando los hospitales no

daban abasto frente a la avalancha de niños con desnutrición grave, una

corporación privada (CONIN) se encargó de implementar pequeños centros

hospitalarios en las diferentes ciudades del país, llegando a totalizar 1700

camas para niños menores de dos años con desnutrición grave. Allí, entre

los años 1974 y 2000, aislados y sin infecciones intrahospitalarias, se

logró salvarles la vida a más de 95000 niños desnutridos graves.

Es difícil de creer, que en aquellos tiempos, de cada mil niños que nacían,

180 fallecían antes de su primer cumpleaños. El riesgo continuaba

siendo elevado en las edades subsiguientes, de modo que a los 15 años

de edad, se habían producido el 70% de las muertes, mientras que los

sobrevivientes, en algún grado quedaban de por vida lesionados tanto

física como intelectualmente. En ese entonces, debido a esta elevada

mortalidad temprana, la expectativa de vida al nacer, no excedía los

39 años.

[editorial]