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riesgo y al avance en los tratamientos (1, 2). Un alto porcentaje de

infartos se explica por los factores de riesgo CV clásicos, los que

aumentan especialmente en la postmenopausia (3).

En Chile, el 26% de los infartos corresponde a mujeres y de ellas,

una de cada cuatro tiene menos de 59 años. La mortalidad intra-

hospitalaria por infarto en Chile en el hombre es de 7,9%, mientras

que en la mujer es del 15,8% (2). El 25% de los hombres versus el

38% de las mujeres muere dentro del primer año post infarto del

miocardio. Además, las mujeres tienen el doble de mortalidad por

cirugía de revascularización miocárdica que los hombres y en el

caso de mujeres menores de 50 años la mortalidad es tres veces

mayor comparada con hombres de igual edad (4).

FISIOPATOLOGÍA

La enfermedad coronaria en la mujer es diferente que en el

hombre. Esto porque en la mujer las placas ateroescleróticas

coronarias son más difusas y existe menos enfermedad coronaria

obstructiva, siendo más frecuente encontrar microangiopatia con

isquemiamicrovascular. Por otra parte, en lamujer, es habitual que

el mecanismo del síndrome coronario agudo sea por erosiones

en las placas ateromatosas coronarias, más que por fracturas

de éstas. Es debido a este mecanismo que las mujeres tienen

con mayor frecuencia angina inestable y con menor frecuencia

infartos, dado que habitualmente la erosión de la placa no es

obstructiva a diferencia de la fractura, que habitualmente implica

obstrucción del vaso por el fenómeno trombótico asociado (5).

El estudio WISE

(Women´s Ischemia Syndrome Evaluation Study,

patrocinado por el

National Heart, Lung and Blood Institute)

(5), ha

permitido conocer este diferente comportamiento respecto de

los hombres, en relación a sus síntomas y mecanismos de produc-

ción de la isquemia coronaria en las mujeres. La enfermedad

coronaria microvascular, al comprometer pequeños vasos, no es

visible en las coronariografias, habitualmente es difusa, con daño

de la pared vascular y disfunción del endotelio con una respuesta

vasodilatadora alterada y reducida.

PRESENTACIÓN CLÍNICA

La fisiopatología de la enfermedad coronaria en la mujer, ayuda a

entender los síntomas “atípicos” y diferentes a los que presentan

los hombres. Su sintomatología aparece habitualmente en la

posmenopausia y por lo tanto aproximadamente 10 años después

que en los hombres. Los síntomas “clásicos” de angina son más

característicos de los hombres que de las mujeres. En ellas, el dolor

en menos preponderante, hay más síntomas “atípicos” e inespe-

cíficos, con malestar, cansancio, náuseas, disnea, fatiga y palpita-

ciones, con menos sudoración y mayor número de síntomas que

los hombres (6). El dolor no siempre se asocia a esfuerzos y en

aproximadamente el 50% de las veces, la primera manifestación

de enfermedad coronaria es el evento coronario agudo.

FACTORES DE RIESGO CARDIOVASCULARES

En Chile, el estudio RICAR (7, 8) realizado en 12.500 personas sanas

de la región Metropolitana, de las cuales 6.320 eran mujeres, con

nivel educacional mayoritariamente técnico o universitario, mostró

que solo el 41% de ellas conocía su presión arterial, 27% conocía

su colesterol y 22% conocía su glicemia. Esto es concordante con

lo que ocurre en

EE.UU

., en que menos del 50% de las mujeres

conocía sus factores de riesgo (FR) CV o sabían que la enfermedad

cardiaca era su principal causa de muerte.

El conocimiento de los propios FR CV y la toma de conciencia de

ellos aparecen como un cambio importante en la prevención CV.

Sin embargo, pareciera ser que en la mujer los FR no explican

toda la carga de morbimortalidad de la enfermedad coronaria. Un

estudio reciente que evalúa y compara infartos y FR CV de mujeres

de

EE.UU

. y de Japón en las últimas décadas (este último país

con la incidencia de infarto más baja de los países desarrollados),

constata que respecto de mujeres blancas norteamericanas, los

niveles de colesterol total han sido más altos en la mujer japonesa

y similares desde la década del 90, que las presiones arteriales

han sido más altas en Japón en las últimas tres décadas y la preva-

lencia de diabetes tipo 2 ha sido similar en mujeres entre 60 y 69

años en las últimas dos décadas en Japón y

EE.UU.

En contraste,

el tabaquismo si bien ha sido bajo en ambos países, es más bajo

aún en mujeres japonesas que en norteamericanas.

Estos hallazgos, sugieren que los FR CV clásicos no explican todo

el riesgo de enfermedad coronaria en la mujer (9). Sin embargo,

estudios como el InterHeart, mostraron que en la población

general, sobre el 90% de los infartos podía explicarse por los

FR CV, por lo que sigue siendo importante en prevención CV la

corrección de ellos.

Los FR CV afectan en forma diferente a hombres y a mujeres

(10) y más del 80% de mujeres de edad media tienen 1 o más

FR clásicos (7, 11). Por otra parte, la mortalidad por enfermedad

isquémica del corazón aumenta al incrementar el número de

FR CV que ella tenga, hecho que ocurre especialmente después

de la menopausia, posiblemente mediado por el cambio

hormonal (12).

El riesgo CV de tener un evento CV en los próximos 5 ó 10 años,

puede ser evaluado mediante instrumentos basados en los FR.

Las tablas chilenas de estratificación de riesgo CV, recientemente

validadas (Kunstmann et al, FONIS SA 09I222), al igual que las

Tablas de Framingham, subestiman el riesgo de las mujeres clasi-

ficando al 90% de ellas en riesgo bajo, con muy pocas en riesgo

alto antes de los 70 años, por lo que su uso no es tan útil como

en los hombres.

Dado que esta estimación subestima el riesgo CV en la mujer (13,

14) se han buscado nuevos marcadores que permitan mejorar la

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(2) 127-132]