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EDITORIAL

DR. MATÍAS FLORENZANO VALDÉS

Editor Invitado

Las enfermedades respiratorias representan el motivo de

consulta más frecuente para el médico en atención primaria,

en la consulta general del médico internista y para el médico

de servicios de urgencia. Mi primera experiencia con los

problemas de gases disueltos en sangre fue como médico

general de zona en Maullín, X Región de Chile, con muchos

buzos que sufrían de Enfermedad por Descompresión Inade-

cuada, con los que debíamos ingresar a la cámara hiperbárica

para su rescate. Luego, en la beca de Médico Internista en

el Hospital Clínico de la Universidad de Chile, constaté la

amplia cobertura de la neumología: patologías secundarias

al tabaquismo (Enfermedad Pulmonar Obstructiva Crónica

(EPOC), el Cáncer Pulmonar, algunas Enfermedades Pulmo-

nares Difusas), el asma bronquial, las patologías de la pleura,

las enfermedades de la vasculatura (Tromboembolismo

Pulmonar e Hipertensión Arterial Pulmonar). En mis años de

trabajo en la Unidad de Tratamientos Intensivos de Clínica

Las Condes enfrentamos el Síndrome de Distrés Respiratorio

Agudo con Ventilación Mecánica y Métodos de Oxigenación

Extracorpóreo. En mi beca de Enfermedades Respiratorias

en el Instituto Nacional del Tórax y luego en mi trabajo en

el mismo Instituto y en Clínica Las Condes he desarrollado

especial dedicación a las Enfermedades Pulmonares Difusas,

especialmente a la Fibrosis Pulmonar Idiopática.

Las Enfermedades Pulmonares del Adulto ofrecen una amplia

gama de posibilidades de desarrollo profesional, abarcando

hoy patologías que han trascendido la niñez, como la fibrosis

quística y terapias que van más allá de las posibilidades

farmacológicas como el Trasplante Pulmonar.

Sin embargo, con ya casi 20 años de médico, me doy cuenta

de que el paciente respiratorio tiene en común una vía aérea

con limitaciones: congestión rinosinusal, tos que no cede,

sensación de falta de aire de diferente magnitud. Este último

síntoma es la disnea, lo que motiva gran parte de nuestro

análisis diferencial. La percepción subjetiva de una persona

que la falta algo tan esencial como el aire, que tiene menos

de lo que necesita para sentirse bien, para estar plena. Y

somos nosotros los encargados en dictaminar si esa sensa-

ción es objetiva, de diferenciar al sano del enfermo, con todas

las limitaciones del punto de vista científico-natural de la

medicina.

Nuestra misión como terapeutas es aprender a distribuir el

aire, ayudando a quienes nos requieren a encontrar el equi-

librio entre inspiración y espiración, en cantidad y velocidad

adecuadas para estar bien. Es intentar dilucidar caso a caso

si esa tos tan molesta es pasajera, que es cosa de tiempo, o

refleja un cáncer o una fibrosis oculta; que la sensación de

ahogo, de pecho apretado, es o no es un vacío no resuelto

que va más allá del pulmón, que podemos resolver juntos con

una mirada científico-espiritual de la salud y enfermedad.

El objetivo de realizar este número dedicado a las Enfer-

medades Respiratorias del Adulto es aportar con revisiones

resumidas y actualizadas de las patologías más preva-

lentes y relevantes, hechas con gran esfuerzo por médicos

chilenos y extranjeros, líderes en su campos de desarrollo,

con el fin de ser aplicadas en diferentes escenarios de aten-

ción sanitaria.

[EDITORIAL]