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Introducción

Asma se define según la guía GINA (

Global Initiative for Asthma

)

2014 como una enfermedad heterogénea caracterizada por

inflamación crónica de la vía aérea que se manifiesta por historia

de síntomas respiratorios como sibilancias, disnea, sensación de

obstrucción torácica y tos, variables en el tiempo y en inten-

sidad, además de limitación obstructiva variable o reversible de

los flujos espiratorios (1).

El asma es una de las patologías crónicas más frecuentes, con

aumento de la prevalencia en las últimas décadas. Según la

ubicación geográfica varía entre el 1% y el 18% de la población

(1). El estudio ISAAC (

International Study of Asthma and Allergies

in Childhood

) reportó que la prevalencia de asma en América

Latina se incrementa en un 0,32% por año (16,5 a 18,8%) en

adolescentes y un 0,07% por año (19,9 a 21,4%) en escolares de

menor edad (2). Aún no se dispone de estudios de prevalencia

de asma bronquial en adultos en Chile. Según estudios extran-

jeros el asma severa afectaría el 5 a 10% de la población total

de pacientes asmáticos, sin embargo representa la mayor carga

sanitaria por esta enfermedad (3, 4).

El objetivo del manejo del asma es lograr el control de los

síntomas con terapia ajustada según la severidad (la que puede

fluctuar en el tiempo) y la disminución del riesgo de exacer-

baciones (1). La mayoría de los pacientes logra un adecuado

control con corticosteroide inhalado (CSI) y agonistas ß-adre-

nérgicos, aunque existe un grupo de pacientes que requiere

terapia adicional con otros medicamentos controladores, inclu-

yendo los corticoesteroides orales (CSO).

La definición de asma severa ha evolucionado y hasta hace poco se

reservaba para pacientes que necesitan de dosis alta de corticoste-

roides inhalados (CSI) o uso casi continuo de CSO para mantener el

control de los síntomas. En el último año la ERS (

European Respiratory

Society

) y la ATS (

American Thoracic Society

) han publicado en forma

conjunta una Guía Internacional para la definición, manejo y trata-

miento del asma severa (3). En ella se propone una nueva

definición

de asma severa:

se requiere la presencia del diagnóstico confirmado

de asma y el manejo adecuado de las comorbilidades, en un paciente

que necesita terapia con alta dosis de CSI más un segundo medica-

mento controlador para prevenir la pérdida de control del asma o

que persiste sintomático a pesar de este nivel de terapia. La defi-

nición operacional según esta nueva guía incluye a los pacientes

asmáticos en terapia combinada en escalón 4 y 5 de la guía GINA (Ver

Tabla 1). La dosis alta de CSI es dependiente de la edad (ver Tabla 2).

La definición de

asma no controlada

según la guía ATS/ERS del

2014 para el asma severa se resume también en la Tabla 1. Los

pacientes que no se ajusten a la definición de asma “no contro-

lada” según estos cuatro criterios, pero que empeoren el control

al reducir los corticosteroides (dosis alta de CSI o CSO), también

se clasifican como pacientes con asma severa (3).

En todos los pacientes con asma severa se debe realizar una

evaluación clínica para confirmar el diagnóstico de asma bron-

quial, evaluar la presencia de factores desencadenantes de los

síntomas, la adherencia a la terapia y la presencia de comor-

bilidades. También se recomienda realizar una aproximación al

fenotipo del asma en pacientes con asma severa para optimizar

la terapia con estrategias personalizadas (3).

tabla 1. Definición de asma severa según la guía ATS/ERS 2014

Definición de asma severa y asma no controlada

Paciente con diagnóstico de asma confirmado que requiere de terapia según escalón GINA 4-5 (dosis alta de CSI y LABA, o

anti-leucotrienos/teofilina) durante el último año, o CSO por más del 50% del año previo para prevenir el estado de asma “no

controlada” o que permanece “no controlada” a pesar de esta intensidad de terapia.

El asma “no controlada” se define según la presencia de al menos 1 de los criterios siguientes:

1) Pobre control de los síntomas:

puntaje en cuestionario ACQ

>

1.5, o puntaje ACT

<

20, o bien “mal control” según criterios de

la guía GINA.

2) Exacerbaciones frecuentes severas:

2 o más tratamientos con CSO en el último año (duración

>

3 días en cada episodio).

3) Exacerbaciones graves:

antecedente de hospitalización, ingreso a unidad de cuidados intensivos o ventilación mecánica en el

ultimo año a causa una exacerbación de asma.

4) Espirometría con limitación obstructiva

con VEF1 post broncodilatador

<

80%.

GINA: Global Initiative for Asthma; LABA: long-acting b2- agonista; CSO: corticosteroide oral; ACQ: Asthma Control Questionnaire ; ACT:

Asthma Control Test; VEF1:Volumen Espiratorio Forzado del 1er segundo.

Adaptada de (3).

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(3) 267-275]