39
se créo en 1946 en el
Medical College
de Virginia. El mismo
año se estableció la Unidad de Investigación en Cirugía en la
Armada (
US Army Institute of Surgical Research
) (7).
Chile, carece de estadísticas recientes, sin embargo, en el 2007
el Ministerio de Salud (MINSAL) registró 6.435 egresos hospi-
talarios por quemaduras y el Instituto Nacional de Estadísticas
569 muertes por esta causa. Anualmente, se presentan alre-
dedor de 200 quemados graves en accidentes no laborales.
De estos, aproximadamente 90% es derivado y atendido en el
Centro de Referencia Nacional del Gran Quemado adulto, el
que se encuentra en el Hospital de Asistencia Pública Alejandro
Del Río (8). Este es el único centro para beneficiarios del
sistema público y desde su creación en 1969 por el Dr. Mario
Garcés se estableció como una unidad donde cirujanos, inten-
sivistas y enfermeras trabajan en conjunto en el tratamiento y
rehabilitación inicial de estos pacientes.
Estableciendo un equipo
El servicio de quemados del Hospital de Urgencia Asistencia
Pública (HUAP) cuenta con 8 camas de intensivo y 4 de inter-
medio, un pabellón independiente y una sala de procura-
miento de heteroinjertos. Recibe pacientes quemados graves
de todo el país, por lo que mantiene una alta ocupación
cercana al 97%.
El equipo tratante ha debido evolucionar para mantenerse
eficiente, incorporando nuevos integrantes con habilidades y
conocimientos diversos que permitan optimizar la calidad de
atención, asumiendo el desafío de mejorar no solo la sobrevida
de nuestros pacientes, sino que también la calidad de esta.
Líder del Equipo
Como en todo equipo, el éxito depende de la capacidad de
trabajar en pos de un mismo objetivo y el rol del líder es central
para que no se pierda esta identidad. Este debe tener habili-
dades comunicacionales, ser capaz de entregar instrucciones
claras, recibir información y facilitar la discusión entre los
diferentes miembros del equipo. Debe estar preparado para
delegar roles, apoyar el empoderamiento y generar buenos
canales de información para mantenerse al tanto.
Más aún, el líder debe ser una persona visionaria, que permita
el crecimiento individual y que aliente a los miembros en la
investigación para favorecer el progreso del estándar de trata-
miento.
El líder generalmente es un cirujano con experiencia en el área
y con capacidades de administración. En centros fuera del país
este rol también ha recaído en enfermeras clínicas entrenadas
para coordinar el trabajo multidisciplinario.
Cirujanos
Los cirujanos tienen un rol central en la unidad y en ellos recae
la responsabilidad última del tratamiento. Estos deben tomar
decisiones en forma oportuna para favorecer la reparación
espontánea en algunos casos o la eliminación precoz de la
escara y cobertura oportuna en otros. La capacidad de tomar
decisiones basadas en el perfil clínico del paciente y de la
quemadura es lo que los diferencia y lo que finalmente define
el pronóstico del paciente.
Los cirujanos que se han dedicado al tratamiento de los
quemados habitualmente vienen de tres escuelas en Chile,
cirugía plástica, cirugía general y cirugía infantil. Las herra-
mientas y habilidades adquiridas en cirugía plástica recons-
tructiva le dan una ventaja comparativa a estos, sin embargo,
la escasez de subespecialistas en Chile y en el mundo hace
necesario generar equipos mixtos.
Los cirujanos trabajan coordinadamente con intensivistas y
anestesiólogos para asegurar el momento apropiado de las
intervenciones quirúrgicas y un correcto manejo perioperatorio.
Médicos Internistas
Los médicos internistas asumen la responsabilidad del segui-
miento del paciente durante su estadía en la unidad. Los
pacientes quemados presentan cambios fisiológicos complejos
debido a las implicancias locales y sistémicas de la quema-
dura. La reanimación adecuada, el control de la infección y el
apoyo ventilatorio entre otros son pilares que han cambiado el
pronóstico de sobrevida de los pacientes.
El internista debe tener conocimientos en medicina intensiva
y saber trabajar en equipo. La comunicación entre los médicos
que trabajan en forma de turnos es vital para la continuidad en
el tratamiento. Además, cumplen un rol esencial en la comuni-
cación con familiares y pacientes en la entrega de información
y en la contención de estos.
Anestesiólogo
La experiencia del anestesiólogo en el tratamiento de
pacientes críticos y en el manejo de pacientes quemados y sus
alteraciones fisiológicas es esencial para la supervivencia del
paciente. El paciente quemado presenta múltiples desafíos en
anestesia, los que incluyen el manejo de la vía aérea, ventila-
ción, hipotermia, manejo de fluidos y balance hidroelectrolí-
tico, volúmenes distribución de medicamentos y alteraciones
circulatorias.
Deben estar familiarizados con las fases del quemado agudo y
ser capaces de anticiparse a las complicaciones perioperato-
rias. Además, apoya en la planificación de las múltiples inter-
venciones y al manejo analgésico una vez en la unidad.
[Manejo multidisciplinario del gran quemado - Dr. Cristián Arriagada I.]