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El gran crecimiento de este grupo etario a nivel mundial es un
fenómeno que se observa también en Chile. Según cifras de
la Encuesta CASEN 2013 hay 2.885.157 de adultos mayores
de 60 años, equivalente al 16.7% de la población (2).
Las demencias son una de las principales causas de
discapacidad en la vejez (3). Se estima que existen
actualmente 46.8 millones de personas que padecen algún
tipo de demencia en el mundo. Las proyecciones indican
que esta cifra se duplicará cada 20 años, llegando a los 74.7
millones en el 2030 y los 131.5 millones en el 2050. A nivel
regional, se estima que en el continente americano existirían
9.4 millones de pacientes con demencia (4). En Chile, los
estudios consideran que 181.000 personas padecen algún
tipo demencia en la actualidad (5).
Los trastornos cognitivos y principalmente las quejas
subjetivas de memoria son un motivo de consulta frecuente
en los servicio de neurología, psiquiatría y geriatría. Es en
este contexto, que han aumentado considerablemente las
investigaciones para evaluar la forma en que las Funciones
Cognitivas superiores envejecen.
La neuropsicología del envejecimiento tiene por objetivo,
entre otros, conocer y definir los procesos cognitivos,
estableciendo perfiles o patrones en las diferentes patologías
que se observan y se desarrollan en este ciclo vital (6).
En este artículo se abordarán las demencias más observadas
y se presentarán las principales investigaciones y pruebas
destinadas a valorar el perfil cognitivo de estas.
Las demencias
Las demencias son patologías que se producen por lesiones
cerebrales degenerativas o secundarias a eventos como
accidentes cerebrovasculares o traumatismos, las cuales
provocan un deterioro cognitivo progresivo, afectando
la realización adecuada de actividades diarias y a su vez,
alterando la conducta y la autonomía de las personas.
Las demencias no sólo afectan a los que las padecen, sino que
también afectan a sus cuidadores y su entorno. Una serie de
estudios ha identificado el impacto en los ámbitos sociales,
económicos y por sobre todo en la salud mental y física de los
cuidadores a cargo de un paciente con demencia (7-9).
En Chile, el estudio “CUIDEME” que investigó a 291
cuidadores de pacientes con demencia, evidenció que el 47%
padece algún tipo de patología de salud mental causado por
la sobrecarga diaria debido al estrés y el desgaste emocional.
Además, observó que el 56% no recibe ayuda en los cuidados,
debiendo reducir su jornada laboral lo que lleva a una
disminución del ingreso, provocando un impacto económico
al grupo familiar (10).
Según las estimaciones, el 56% de las demencias
corresponden al tipo Alzheimer, el 14% a demencias
vasculares, el 10% a demencias por Cuerpos de Lewy y a
demencia Parkinson, el 8% demencias FrontoTemporales
y el 12% restante a demencias por otras casusas (11).
Hay algunos estudios que sugieren controversia sobre
estos porcentajes de subtipos de demencia, siendo
las demencias mixtas la que se observarían con mayor
frecuencia (12).
Establecer el diagnóstico de una Demencia es una tarea
compleja ya que requiere contar con la historia clínica
detallada del paciente, conocer el orden de aparición de
trastornos cognitivos y/o conductuales y como estos se
manifiestan en las actividades diarias. En conjunto con
exámenes de laboratorio, de imagenología y biomarcadores,
la
Evaluación Neuropsicología (EN)
toma especial
relevancia para determinar el diagnóstico de la demencia y
su posterior seguimiento.
La neuropsicología y las demencias
Donald Hebb utilizó por primera vez el término
“neuropsicología” en 1949. Hécaen la definió en 1972 como
una disciplina que trata las funciones mentales superiores en
relación con las estructuras cerebrales (13). Esta disciplina
intenta identificar las funciones cognitivas deterioradas, con
la ayuda de pruebas estandarizadas, en pacientes con algún
tipo de lesión cerebral.
El objetivo principal de la EN es establecer un diagnóstico de
las funciones mentales superiores que han sido afectadas por
lesiones cerebrales y las que se mantienen preservadas. El
aporte de la EN en el diagnóstico y seguimiento de pacientes
en la demencia Alzheimer y otros tipos está respaldado por
el Subcomité de Evaluación de Tecnología y Terapéutica de
la Academia de Neurología (14). Para la realización de la EN,
es necesario conocer el origen de la demanda, su contexto,
el tipo de cambios cognitivos y conductuales presentados
y el grado de conciencia de los trastornos que afectan a los
pacientes. Con frecuencia los adultos mayores presentan
alteraciones sensoriales (auditivas y visuales principalmente)
y variados niveles educacionales, factores que deben ser
identificados para seleccionar las pruebas a administrar y el
baremo de corrección a utilizar.
Para confirmar los cambios cognitivos y conductuales que
presentan los pacientes, existen diferentes cuestionarios
dirigidos a los cuidadores y cercanos. Los más utilizados son
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(3) 319-331]