835
Sabemos que existen limitaciones en la reproducción de las
características físicas de la señal acústica original (1). Este
código eléctrico llegará a través de los electrodos implan-
tados a las vías auditivas centrales y de ahí al lóbulo temporal
de nuestro cerebro donde se producirá el reconocimiento y
el procesamiento de esa señal. Aquí se establece una clara
diferencia entre los usuarios de un Implante coclear que han
tenido una experiencia auditiva previa y aquellos que oirán
por primera vez a través de su implante coclear (IC).
Un programa de rehabilitación auditiva a través del IC debe
contemplar además de la experiencia auditiva previa, las
posibilidades de audición binaural. Se trata de aprovechar al
máximo las distintas estaciones de la vía auditiva y la forma
en que nuestro cerebro extrae las características espec-
trales y los aspectos temporales entre las diferentes señales
que llegan a cada oído. Algunas de estas características se
comparan por separado como en el efecto sombra o en la
localización o se combinan en una sola percepción como en
el denominado
squelch effect
que nos facilita la escucha
en ruido (2). Porque la audición no solo es trascendental
en nuestra comunicación, sino que la audición nos sitúa en
un paisaje sonoro en nuestro cerebro, el que almacena los
patrones neurales a partir de los patrones acústicos, las voces,
la música, los sonidos del ambiente, las señales de peligro, de
alarma. Cuando nuestra capacidad auditiva está deteriorada
o carecemos de esa capacidad, el impacto es enorme: la falta
de atención, las respuestas erróneas o inapropiadas, la confu-
sión, hasta llegar a la desconexión del entorno.
Así, en implantaciones bilaterales a edades tempranas, en
usuarios de estimulación bimodal, en los implantes que
combinan la estimulación electroacústica ipsilateral (híbridos)
y también en pacientes con pérdidas auditivas unilaterales o
asimétricas que actualmente pueden restaurar su audición a
través de dispositivos implantables, la rehabilitación deberá
contemplar las técnicas para aprovechar al máximo el bene-
ficio de la binauralidad. Esto es, la escucha en ambientes con
ruido de fondo, la escucha en la distancia, en los ambientes
de escucha complejos, aquellos que combinan a diferentes
hablantes dentro de ambientes ruidosos y la posibilidad de
localizar los sonidos de nuestro entorno.
Tradicionalmente la rehabilitación logopédica, es más
conocida en su vertiente pediátrica y por el impacto que
la pérdida auditiva tiene en la adquisición y desarrollo del
lenguaje en el niño, también en esta área se han produ-
cido grandes cambios. En la actualidad es posible detectar y
diagnosticar la hipoacusia en los primeros meses de vida de
un bebé (3), el tratamiento logopédico se ocupa del entorno
familiar, porque es en el seno de la familia donde se produce
la estimulación idónea para la adquisición del lenguaje.
La llegada de un bebé con una pérdida auditiva, altera la
dinámica de la crianza, el denominado estrés parental que
acontece tras el nacimiento de un hijo con alguna disca-
pacidad, ha sido ampliamente explicado en la literatura
(4). Las familias deben poder lidiar con las emociones que
supone la aceptación de la discapacidad y a su vez deben
familiarizarse con nuevos conocimientos relacionados con
la pérdida auditiva. De ahí la importancia del apoyo psico-
social a la familia, no solamente a los padres del bebé sino
también a la familia más extensa, porque algunos realizan
tareas de cuidadores como es el caso de los abuelos.
Las terapias centradas en la familia, especialmente la
Terapia
Auditivo Verbal
(4), combinan la orientación
y el consejo a la familia en el proceso del desarrollo de la
escucha y del lenguaje en el niño.
LA HABILITACIÓN Y EL PROCESO DIAGNÓSTICO
Es importantísimo que el logopeda forme parte de los
programas de detección y diagnóstico, su intervención no
empieza una vez diagnosticada la hipoacusia sino durante
el proceso diagnóstico, por varias razones:
1.
Ayudar a la familia a procesar la información que están
recibiendo.
Sabemos que tras el impacto emocional, las fami-
lias necesitan más tiempo, tendrán dudas y muchas preguntas,
por ello es muy importante canalizar la información de forma
rigurosa y didáctica para los padres. La información sobre el
diagnóstico de la hipoacusia es exclusiva del especialista ORL,
así que hay que ser extremadamente cuidadosos para evitar
malentendidos, informaciones confusas o contradictorias. En
la actualidad son muchos los padres que buscan información
sobre la hipoacusia y su tratamiento en internet, el logopeda
es un profesional que por su cercanía, la frecuencia en la que
está en contacto con las familias y el ambiente que se crea en
las sesiones facilita esta comunicación.
2.
Conocer las respuestas auditivas en el ámbito
no-clínico
es otro de los aspectos importantes del proceso
diagnóstico y el logopeda guiará a la familia para que
puedan observar cuáles son esas respuestas auditivas del
bebé, la información sobre el tipo de reacciones y cómo es
el desarrollo de la escucha en el bebé, deben formar parte
del trabajo logopédico, así como la recogida de todas estas
informaciones y compartirlas con el resto de profesionales.
3.
El entrenamiento-condicionamientode las respuestas
de escucha.
El diagnóstico audiológico comprende pruebas
objetivas y subjetivas, así la colaboración entre el logopeda y
el audiólogo es fundamental, tanto en la observación de las
respuestas que el bebé tiene a partir de la adaptación de las
prótesis auditivas como en el entrenamiento que será preciso
para obtener respuestas condicionadas.
[Rehabilitación en implantes cocleares - Eulalia Juan Pastor]