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Hipoacusia y audífonos
De acuerdo a la Organización Mundial de la Salud (OMS) hay
360 millones de personas a nivel mundial que presentan
una pérdida auditiva discapacitante. El 91% de este grupo
está compuesto por adultos y esto se hace más evidente en
los adultos mayores. Una de cada tres personas mayores de
65 años presenta algún grado de discapacidad auditiva (1).
La ONG
World Wide Hearing
indica que el 94% de las
personas con discapacidad auditiva se beneficiaría a nivel
comunicacional del uso de audioprótesis no implantables,
es decir, audífonos (2).
Esta información se ve respaldada por los datos apor-
tados por la empresa Cochlear, prestigioso fabricante de
implantes cocleares. Según sus registros, por cada implante
coclear que se vende, se comercializan 220 audífonos (3).
A lo largo de los años, la tecnología de los audífonos ha
presentado importantes avances. Probablemente el más
relevante fue el paso de tecnología analógica a tecnología
digital. Este hecho no sólo mejoró significativamente los
resultados de los usuarios de audífonos, ampliando las
posibilidades de adaptación, sino que generó un nuevo
desafío a los profesionales de la salud a la hora de indicar o
revisar el rendimiento de un audífono.
Realidad de los otorrinolaringólogos hoy
frente al paciente que requiere audífono por
primera vez
a. Evaluación actual
i. Anamnesis
Cuando se presenta en la consulta otorrinolaringológica un
paciente que manifiesta notar una disminución de audi-
ción, lo primero será realizar una anamnesis dirigida a
caracterizar el problema:
• Desde cuándo lo nota
• Inicio brusco o gradual
• Unilateral o bilateral
• Antecedentes de patología infecciosa o inflamatoria de
oído externo o medio
• Antecedentes familiares de hipoacusia
• Antecedentes de factores de riesgo de hipoacusia
• Situaciones cotidianas en las cuales nota dificultad para
oír o entender lenguaje
• Limitaciones en su actividad laboral, recreacional o vida
social.
Estos datos serán un aporte en términos de acercarse a la
causa de la disminución y a la magnitud de esta a partir del
impacto que causa en la calidad de vida del paciente. En
esta fase también sería de utilidad la aplicación de encuestas
de calidad de vida como por ejemplo EARS (4)o APHAB (5)que
permitirán objetivar esta información en un puntaje. Una vez
adaptado el audífono, se puede reevaluar con encuesta y de
esta manera estimar el cambio que el audífono ha significado
en la comunicación cotidiana del paciente.
ii. Examen físico
A continuación se realiza un examen físico otorrinolaringoló-
gico completo. En lo que se refiere a examen de los oídos es
muy importante confirmar que la anatomía permita adaptar
un audífono convencional. Se debe revisar la región retroau-
ricular, el pabellón y presencia de conducto auditivo externo.
La ausencia de este indicaría la necesidad de una audiopró-
tesis de conducción ósea, tema que no se comentará en este
artículo. Observar la piel del conducto en busca de eccema,
infecciones o lesiones. Evaluar la membrana timpánica en
busca de patología aguda o crónica de oído medio. Antes de
la indicación de audífonos es de gran importancia tratar las
lesiones de oído externo y medio. Esto será un punto rele-
vante para el confort del paciente al usar el dispositivo.
iii. Audiometría tonal
Este examen es el que permite diagnosticar la hipoacusia,
determinar el tipo de hipoacusia: si es de conducción, es
decir a causa de un problema a nivel de oído externo o
medio, si es neurosensorial, es decir a causa de un problema
a nivel de oído interno, vía auditiva o sistema nervioso
central o si es mixta. También nos permitirá conocer la
magnitud de la pérdida auditiva: leve, moderada, severa
o profunda. Otro dato importante es el nivel de molestia
auditiva. Este dato permitirá ajustar la ganancia del audí-
fono para ese paciente en particular.
Tras la evaluación y con la confirmación de la necesidad de
apoyo audioprotésico por parte del paciente, corresponde
la indicación del audífono. Con las herramientas con las
que se cuenta en la actualidad el otorrinolaringólogo sólo
podrá hacer sugerencias en los siguientes ámbitos:
1. Lateralidad
La indicación es el uso de audífonos bilaterales en niños y
adultos lo que supone las siguientes ventajas (6):
• Localización de la fuente sonora
• Mejor discriminación en ambientes de ruido
• Aumento de la sensación sonora
• Más sensibilidad diferencia de frecuencia o intensidad
• Menor fatiga
• Mejor calidad del sonido
• Mayor seguridad
• Mejor direccionalidad
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 761-766]