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El objetivo de un audífono es resolver un déficit auditivo

provocado por una lesión o disfunción de alguna de las

partes o mecanismos que intervienen en el proceso de

audición. El desarrollo tecnológico de los audífonos se ha

enfocado especialmente en conseguir una señal de sonido

lo más natural y fiel posible a la real. Sin embargo, como su

objetivo es el de corregir un sistema que se encuentra alte-

rado, sus procesos logarítmicos de amplificación deben ser

capaces de resolver en sentido opuesto a la disminución

de sensibilidad auditiva y distorsión de la onda de sonido

registrada en el paciente, de manera de que la resultante

sea una compensación de su nivel auditivo.

Sin lugar a dudas, los avances en el conocimiento de la

fisiología de la audición que poseemos actualmente, ha

permitido que el desarrollo tecnológico de los audífonos

se enfoque en dar respuesta a las necesidades reales y

exigencias a las que se ven expuestos los pacientes con

hipoacusias. Actualmente, las necesidades auditivas de las

personas con déficit auditivo, difieren de las que tenían

nuestros abuelos o bisabuelos, pues las expectativas de

vida son diferentes, el entorno social, laboral y familiar es

diferente y más apremiante.

Lo anterior, ha determinado que la evolución tecnológica

haya sido forzada y condicionada al logro de hitos tras-

cendentales, tales como el procesamiento digital de la

señal de sonido (DPS) y la aplicación de diferentes y más

rápidos algoritmos de amplificación. Esto permitió abrir las

puertas a un sinfín de posibilidades, tanto en la innovación

del tamaño de los equipos así como también en la calidad

de sonido resultante (1).

La capacidad de minimizar el tamaño de los audífonos

fue lograda a raíz de que las industrias contaron con

circuitos de amplificación cada vez más pequeños, los

cuales funcionan con bajo consumo y baja tensión ener-

gética, permitiendo el uso de pilas muy pequeñas. Esto

posibilitó la fabricación de audífonos que podían posicio-

narse completamente en espacios tan pequeños como los

encontrados en el conducto auditivo externo.

Un factor importante de considerar, son los diferentes niveles

tecnológicos que se pueden lograr en los audífonos, desde un

nivel básico hasta uno altamente sofisticado y cuya elección

al momento de la adaptación va a estar determinada por la

edad del usuario, su capacidad de discriminación del lenguaje

y la actividad que desempeña, entre otros. El determinar de

manera adecuada el nivel tecnológico que debe poseer el

audífono a adaptar, permitirá que el paciente alcance sus

expectativas respecto de la comodidad y claridad auditiva,

especialmente en las situaciones críticas de su diario vivir.

La adaptación de un audífono, por tanto, requiere de un

profesional altamente calificado en el manejo de las carac-

terísticas electroacústicas y tecnológicas de los audífonos,

lo cual, permitirá que el paciente acceda a las mejores

prestaciones de un audífono digital.

El desarrollo logrado, permitió entre otras cosas, contar

con una estrategia de amplificación denominada WRDC, la

cual logra reorganizar el sonido dentro del rango dinámico

que presenta el paciente hipoacúsico. Esto implica que

el número de canales en el cual opera, determine mejor

audibilidad e inteligibilidad del lenguaje (2,3).

Lo anterior no significa necesariamente que un número

mayor de canales mejorarán proporcionalmente los

factores antes mencionados, pues la mejor audibilidad

se logra cuando las diferentes características de compre-

sión se aplican a las entradas especificas por frecuencias,

manejando la ganancia y salida de sonido en base al rango

dinámico del paciente.

Dependiendo de las características de la curva de audición,

el número de canales para lograr un nivel óptimo de audi-

bilidad puede variar desde 4 a 8 canales.

Sin embargo, la mejoría en la audibilidad no siempre va de

la mano de una mejor inteligibilidad del lenguaje. Por lo

tanto, para lograr esto, se requiere de un rango de canales

de 8 a16, contando con una gama más amplia de entradas

en las cuales modificar parámetros de manera específica (4).

MICRÓFONOS DIRECIONALES

Esta característica ha sido desarrollada para responder a una

de las mayores dificultades que presentan las personas con

algún grado de hipoacusia:

la incapacidad de entender

el habla en entornos ruidosos

(12). Para ello, una de las

respuestas fue la creación de

micrófonos

direccionales

,

los cuales dada su eficacia para mejorar la audibilidad fueron

integrados masivamente en los audífonos desde el año 1990.

Los micrófonos direccionales mejoran la relación señal-

ruido (SNR), la cual corresponde a la diferencia entre la

intensidad del habla y el nivel de intensidad del ruido.

Entre más alta sea la SNR, más baja es la intensidad del

ruido ambiente y el paciente entenderá con más facilidad

la señal del habla.

El sistema más usado actualmente, es el de dos micrófonos

omnidireccionales, pues operan de manera automática y

adaptativa (5). El sistema de doble micrófono es altamente

eficiente pues cuenta con una sensibilidad idéntica para

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 767-775]