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de entrada amplia a las frecuencias bajas (audibles), otor-

guen un beneficio significativo para esta población, pero

hasta la fecha, los resultados clínicos con los audífonos

disponibles actualmente han sido decepcionantes (4,5).

Durante los últimos 30 años, el implante coclear se ha

convertido en el tratamiento de rutina para pérdida audi-

tiva severa a profunda y se ha demostrado de manera

consistente que el rendimiento auditivo ha mejorado en

individuos que no tenían audición antes de la operación o

en aquellas personas que no se benefician de manera signi-

ficativa usando audífonos convencionales. Sin embargo, a

pesar de que altos niveles de rendimiento son frecuente-

mente reportados en situaciones auditivas favorables, las

personas con implantes cocleares comúnmente tienen

bastante dificultad en diferenciar a las personas cuando

hay mucho ruido de fondo. Se cree que esta dificultad se

debe en gran parte a una representación relativamente

pobre de la “estructura fina” de la frecuencia baja de la

señal acústica (i.e. el rango de frecuencia fundamental

para voz) por estimulación eléctrica (6,7).

Los criterios para seleccionar a los candidatos para un

implante coclear, comúnmente involucran niveles espe-

cíficos de comprensión de habla antes de la operación

(usando audífonos cuando corresponde) y umbrales

audiométricos sin asistencia (8). Los individuos con pérdida

auditiva de frecuencia alta muy empinada generalmente

están dentro de estos criterios, pero pueden ser reacios

a proceder con una implantación por temor a perder su

audición natural restante. En los primeros años de implante

coclear, se asumió que cualquier audición restante se

perdería después de la cirugía, pero la experiencia ha

demostrado que la pérdida auditiva no es inevitable espe-

cialmente cuando se utilizan técnicas de “cirugía suave”.

Los individuos con pérdida auditiva muy inclinada han

representado últimamente una población particularmente

interesante en el área de implante coclear. Dado que un

electrodo para implante coclear generalmente es inser-

tado vía la región basal (alta frecuencia) de la cóclea, se

planteó que una combinación de estimulación acústica y

eléctrica podría proporcionar una opción de tratamiento

factible para esta población. En principio, un electrodo

para implante coclear insertado en la región basal de la

cóclea podría entregar información de alta frecuencia por

estimulación eléctrica y posiblemente conservar la función

coclear residual apical (frecuencia baja), lo cual podría ser

proporcionado con amplificación acústica si fuese nece-

sario. Dicha combinación podría ser más efectiva que la

estimulación eléctrica o acústica de manera aislada. En

este artículo, buscamos entregar una perspectiva general

de la experiencia clínica existente en relación a “estimu-

lación electro acústica” (EEA) junto con las opciones de

hardware

disponibles de Cochlear Ltd y con un informe

actualizado de los resultados clínicos más recientes.

Principios e implementación de EEA

La mayoría del trabajo inicial en EEA incluyó estudios de

la fisiología de la estimulación acústica y eléctrica combi-

nado en animales (9), como un intento para aclarar si las dos

modalidades podrían entregar estimulación sinérgica de las

células ganglionares espirales. Esto se consideró importante

debido a que los patrones de activación producido por la

estimulación acústica y eléctrica son considerablemente

distintas. Sin embargo, progreso con la aplicación clínica de

EEA ha sido afectada más directamente por estudios clínicos

paralelos. Dado que los resultados de un implante coclear

generalmente han mejorado a través de los años, los indivi-

duos con mayores niveles de audición residual han recibido

un implante. Cuando existe algún nivel de audición útil, los

individuos frecuentemente son implantados en el oído más

débil para tratar de evitar peores resultados post- implante.

Muchos estudios han informado que dichos receptores de

un implante coclear pueden beneficiarse de la combina-

ción de estimulación eléctrica en el oído implantado e

input

acústico en el oído opuesto, i.e. “estimulación bimodal”

(10,11). Esto demuestra que el sistema auditivo central

puede combinar efectivamente las respuestas neuronales a

la estimulación acústica y eléctrica.

Muchas de las pruebas iniciales con estimulación acústica

y eléctrica combinada en el mismo oído utilizaron guías de

electrodos relativamente cortas con la esperanza de que

estos facilitarían una mejor conservación de la audición

acústica de baja frecuencia más que las guías convencio-

nales largas. Cochlear Ltd fabricó dos dispositivos comer-

ciales basados en el estimulador coclear implantables

CI24RE Freedom.

El dispositivo

Hybrid S8

utilizo guías de

electrodos de 10mm con 6 contactos de electrodos activos.

Un ensayo multicéntrico realizado en Estados Unidos

reportó audición de baja frecuencia conservada útil en 80%

de los sujetos luego de un año, y una mejora significativa en

la comprensión del habla en 82,5% de los sujetos al agregar

input

acústico (12). Sin embargo, una minoría de los sujetos

parece haber perdido su audición posterior a la cirugía o más

adelante (13), y en esta situación, una guía de electrodos

muy corta entrega menor beneficio auditivo que una guía

convencional (14). Por este motivo, una guía alternativa,

el “

Hybrid L24

” fue posteriormente fabricado por Cochlear.

El

Hybrid L24

tiene 22 contactos repartidos en 17mm, y se

extiende a aproximadamente 270o de la ventana redonda,

i.e. a la región 2000Hz de la cóclea (15). Altos niveles de

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2016; 27(6) 787-797]