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[CRÓNICA - LAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS EN CHILE: UN REFLEJO DE NUESTRA HISTORIA - Dr. Ramiro González y cols.]

asociadas a desnutrición y sarampión. Hoy casi no vemos a

este agente. En los años 70 y 80 el

Hemophilus Influenza

era

el causante de un tercio de las neumonías y no pocas veces

se asociaba a septicemia y meningitis. El

Neumococo

fue y

sigue siendo importante, en algunos años su resistencia a la

penicilina se elevó considerablemente y amenazó con trans-

formarse en un problema serio. El control del sarampión y

de la desnutrición, la instauración de programas de vacunas

y la elaboración de guías clínicas en un esfuerzo conjunto

entre las sociedades científicas y el MINSAL, han contri-

buido a cambiar completamente el panorama actual de la

neumonía. Hoy en día los virus son un agente etiológico

frecuente y en la edad escolar tienen una alta prevalencia

las llamadas bacterias atípicas,

Mycoplasma y Clamidias.

EVOLUCIÓN EN LOS ÚLTIMOS 50 AÑOS

Hacia fines del siglo XX, años 80, la mortalidad por

neumonía, permanecía en cifras de 17/1000, lo cual

resultaba inaceptablemente alta. Otro dato impactante de

esos años es que la mitad de las muertes por neumonía

ocurría en domicilio.

Existían varias razones para explicar el problema: en parte

por una consulta tardía, por la juventud de madres prime-

rizas y adolescentes y dificultades para acceder a la aten-

ción médica y de manera muy importante la aparición en

el país del ominoso Adenovirus que causaba neumonías

con alta mortalidad y en los sobrevivientes, daño pulmonar

crónico como no se había visto anteriormente en nuestro

país y Sudamérica.

Afortunadamente en esos años, se había mejorado sustan-

cialmente el manejo de la insuficiencia respiratoria aguda,

cambiando los arcaicos equipos de entrega de oxígeno

como las tiendas o

crupettes

, por halos y luego mascarillas

y nariceras, que permitieron la administración de concen-

traciones mayores y conocidas de oxígeno y se dispuso de

equipos que hoy consideramos básicos, pero que para la

época fueron un lujo como los oxímetros y los monitores

de saturación transcutáneos.

Muchos de los pacientes de la epidemia de neumonía por

Adenovirus, sobrevivieron gracias al esfuerzo del equipo

de salud que desarrollaron Unidades de Cuidado Inten-

sivo en distintos hospitales chilenos, con un fuerte acento

en la investigación de la realidad local y en la docencia y

divulgación de los resultados encontrados.

Las unidades de cuidado intensivo se desarrollaron

primero en los servicios de Recién Nacidos, ya que la mitad

de la mortalidad infantil era neonatal. Así llegaron los

primeros respiradores, inicialmente ciclados por presión

y luego los por volumen, que impactaron favorablemente

en la mortalidad neonatal y en el curso de las neumonías,

aunque hoy nos parezcan increíblemente rudimentarios al

compararlos con los actuales.

Todo este progreso generó otro problema: los sobrevi-

vientes a estas graves enfermedades quedaban con insu-

ficiencia respiratoria crónica, daño pulmonar crónico

(secundario a la infección por Adenovirus) y los recién

nacidos que evolucionaban a una nueva enfermedad: la

displasia broncopulmonar.

Estos pacientes se manejaban con grandes dificultades, no

solo porque eran un nuevo desafío médico, sino también

por la falta de recursos y de a poco y de nuevo con el

esfuerzo del equipo de salud liderado por los broncopul-

monares, se desarrollaron los programas de oxigenote-

rapia domiciliaria, que han beneficiado a cientos de niños.

Las necesidades de los niños con insuficiencia respira-

toria crónica de distintas causas llevaron a la creación del

Programa de Ventilación Ambulatoria (AVNI), que en sus 10

años de existencia se ha traducido en una mejor calidad de

vida de estos pacientes y sus familias.

OTROS DESAFÍOS DE LAS ÚLTIMAS DÉCADAS DEL

SIGLO XX

A fines del siglo pasado emergió otro gran problema de

salud pública: el lactante con bronquitis obstructiva.

Estos pacientes llenaban durante el invierno los consul-

torios y los servicios de urgencia de hospitales y clínicas

sin distinción socioeconómica. Esta brusca y concentrada

epidemia generaba necesidades de camas y de personal,

que obviamente ocasionaba una emergencia sanitaria.

La autoridad de salud de nuestro país comenzó a estu-

diar la posible asociación entre los niños con obstrucción

bronquial y la mala calidad del aire de Santiago obser-

vada en el invierno, la contaminación intra domiciliaria

y el tabaquismo materno como factores de riesgo para

presentar bronquitis obstructiva (SBO) y asma.

Los medios de comunicación hicieron eco de esta situa-

ción y se sumaron a las autoridades las que crearon el

Ministerio del Medio Ambiente y diseñaron una estrategia

que incluía medidas como restricción vehicular de autos

sin convertidor catalítico y la paralización de la industria

con procesos contaminantes.

Durante estos años distintos centros hospitalarios desarro-