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[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(1) 152-154]

Hasta hace no mucho tiempo en nuestro Chile, el tener

una pulmonía era sinónimo de muerte cercana. Tanto

niños como adultos estaban bajo el riesgo de morir ante

una “enfermedad pulmonar”. Las neumonías en los niños y

la tuberculosis en los adultos, eran responsables de unas

tasas de mortalidad que nos parecerían hoy de ciencia

ficción. Algunos datos para ponernos en contexto (1) :

En 1920 :

- La población de Santiago era de 553498 habitantes.

- La población de Chile era de 3753799 habitantes.

- El 53% de la población era rural.

- Había 917 médicos y 1619 enfermeros para todo el país.

- Arturo Alessandri Palma asume como presidente de

Chile.

- La revolución bolchevique estaba en su tercer año de

evolución y la Primera Guerra Mundial aún era una

herida abierta en Europa y en el Mundo.

En la población chilena la tuberculosis causaba estragos.

En 1917 el 96% de las autopsias presentaba algún signo

de la enfermedad y era responsable de más de 250

muertes cada 100000 habitantes (en Inglaterra la morta-

lidad por esta causa rondaba los 90 por cada 100000

habitantes) (2).

LAS ENFERMEDADES RESPIRATORIAS

EN CHILE: UN REFLEJO DE NUESTRA

HISTORIA

CRÓNICA

DR. RAMIRO GONZÁLEZ (1), DR. RICARDO PINTO (1), DR. JUAN PABLO ÁLVAREZ (2)

(1) Departamento de Pediatría, Clínica Las Condes. Santiago, Chile.

(2) Departamento de Anestesiología, Clínica Las Condes. Santiago, Chile.

Email:

rgonzalez@clinicalascondes.cl rpinto@clinicalascondes.cl

La fiebre era una frecuente compañera de las muertes y de

las enfermedades que sufrían tanto adulto como niños y era

tratada como un síntoma relacionado con las distintas enfer-

medades, pero aún no se conocía su mecanismo de genera-

ción. Aunque William H. Welch en 1888 ya había propuesto

que los agentes microbianos producían “fermentos” que

serían los responsables de este síntoma (3), no se tenía

certezas y se seguía tratando de manera sintomática.

En la década de los 40, la mortalidad del empiema pleural

tenía una letalidad que oscilaba entre el 44% y el 75% en

niños pequeños y lactantes. El absceso pulmonar presen-

taba una mortalidad de 10% en el caso de los localizados

y 100% en el caso de los difusos. El 75% de los abscesos

se presentaba luego de una neumonía o bronconeumonía

y cerca de la mitad de los pacientes presentaba secuelas

(bronquiectasias, cavidades, neumotórax, entre otros.) (4).

En los años 60 las neumonías acompañadas de empiema

eran tan frecuentes en los niños, que hizo necesario que el

pediatra general debiera dominar las técnicas de punción

pleural e instalación de sonda de drenaje pleural bajo

trampa de agua.

En esos años era común la neumonía por

Stafilococcus

Artículo recibido: 14-12-2016

Artículo aprobado para publicación: 09-01-2017