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la instalación de un soporte extracorpóreo permitiría realizar

intervenciones específicas (angioplastía coronaria o embo-

lectomía pulmonar) que no pueden realizarse durante una

reanimación convencional.

Varios estudios (26,29,30) en el último tiempo sugieren

que ECPR puede ser eficaz para pacientes con paro cardíaco

refractario Intrahospitalario (IHCA-Inhospital Cardiac Arrest),

con tasas de sobrevida a 30 días de hasta un 34%. Al ser

intrahospitalario, permite reducir los tiempos de respuesta y

acortar el periodo entre el inicio de la reanimación cardiopul-

monar y la instalación de ECPR, mejorando la probabilidad de

sobrevivir al alta, siendo de un 50% cuando el flujo de ECMO

se inició dentro de los 30 minutos del IHCA, 30% cuando este

se inició entre los 30 a 60 minutos y del 18% cuando fue

después de los 60 min. Cuando se compara esta sobrevida a

la obtenida en la reanimación convencional, se observa que

en la reanimación convencional la sobrevida antes de los 30

minutos es de 20%, 9% entre los 30 y 60 minutos y 0% luego

de 60 minutos, aún con maniobras de reanimación óptimas.

Por lo tanto, queda en evidencia que mientras más tiempo

transcurre desde el inicio del IHCA hasta la instalación de

ECMO, más pobre es el resultado (31,32). Lo más importante

de destacar en todos estos casos, además de la sobrevida, es

que resultado neurológico fue mejor en todos los casos en

que el ECPR fue instalado precozmente (33). Por lo tanto, el

ECPR debe considerarse en la reanimación cardiopulmonar

y debe iniciarse tan pronto el paro cardiorrespiratorio sea

considerado como refractario a las maniobras convencio-

nales, teniendo en cuenta que mientras antes es el inicio de

ECPR, mejor es la sobrevida y el resultado neurológico.

En el caso de un paro cardiaco refractario extrahospitalario

(OHCA), los estudios son más escasos, en su mayoría son

informes de casos y muestran mucha variabilidad en sus

resultados (34). Esta variabilidad tiene su fundamento en los

tiempos diferentes de respuesta ante el paro cardiorrespira-

torio extrahospitalario y el tiempo transcurrido hasta el inicio

de ECMO. Ahora, si bien la sobrevida reportada inicialmente

era muy baja, en el último periodo se han reportado resul-

tados más favorables, con sobrevida a los 30 días del 24% con

resultado neurológico favorable en 25% de estos pacientes

(33). Esto puede estar dado a que la organización de los

equipos y el tiempo de respuesta a la emergencia es menor

a la reportada en el inicio de los programas de ECPR extra-

hospitalario (35). Ante la evidencia del problema del tiempo,

algunos equipos de reanimación han iniciado un programa

de ECPR prehospitalario (36,37), con instalación de ECMO

in

situ

, con resultados no tan alentadores en cuanto a la sobre-

vida, pero que abre una ventana en el rescate de órganos

en el contexto de donación. Sin embargo, al no evidenciarse

una clara diferencia entre el tiempo de respuesta del ECPR

en paro extrahospitalario, cuando el paciente es trasladado

desde el lugar de los hechos al hospital con maniobras de

reanimación y uso de dispositivos de compresión automá-

tica (Lucas®), y el ECPR pre-hospitalario, hace cuestionable

proporcionar ECMO en la escena pre-hospitalaria.

Por lo tanto, ECPR es factible y valioso en el paro cardiorres-

piratorio refractario, con resultados que alcanzan en el IHCA

al 40-50% de buen resultado neurológico, en comparación

al OHCA con 15-30% de buenos resultados neurológicos, y

esta diferencia está probablemente relacionada más con la

duración del paro cardiorrespiratorio que con la localización

del paro cardiaco.

FUNDAMENTOS

Pero, ¿por qué el soporte extracorpóreo con ECMO funciona

en un paro cardiorrespiratorio? ¿qué beneficios ofrece por

sobre la reanimación convencional? Un paro cardiorrespi-

ratorio refractario se define como la ausencia de retorno a

circulación espontánea en un periodo de 15 minutos con

maniobras de reanimación adecuadas (ACLS) y en ausencia de

hipotermia (39). Además del soporte circulatorio evidente,

es decir, permite que la sangre vuelva a circular en el cuerpo

impulsada por una bomba centrifuga, este retorno a la

circulación permite mejorar la protección cerebral, manejar

el síndrome post-reperfusión (habitual en los casos de paro

circulatorio), disminuye la mortalidad post-paro cardiorres-

piratorio (al disminuir el daño de otros órganos), sobre todo,

permite ser un PUENTE para toma de decisiones al otorgar

TIEMPO que no tendríamos en una reanimación conven-

cional en que se corre contra el este.

Debido a la alta incidencia de síndrome coronario agudo

en pacientes con paro cardiaco y la mejora del resultado

con Angioplastía Coronaria Percutánea (ICP) post-reanima-

ción (40), se ha reportado que el uso de la ICP asociada a

ECPR mejora la tasa de sobrevida de los pacientes (36%) en

comparación a los casos en que la angioplastia coronaria se

vio retrasada (12%)

En cuanto a la protección cerebral y la prevención del

síndrome post-reanimación, ECMO permite, además de

asegurar un flujo sanguíneo adecuado, controlar la tempera-

tura (induciendo hipotermia) y asegurar un adecuado aporte

de oxígeno, evitando así la hiperoxia (por tanto, disminuye

las especies reactivas de oxígeno) (32). ECPR es un entorno

único en el que las intervenciones destinadas a prevenir

lesiones por isquemia-reperfusión pueden aplicarse antes y

en el momento del restablecimiento del flujo, lo que permite

el uso de muchas intervenciones farmacéuticas promete-

doras.

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(2) 239-247]