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¿QUÉ ES ECMO?

La oxigenación por membrana extracorpórea (

ECMO-

Extracorporeal Membrane Oxygenation

), o Soporte Vital

Extracorpóreo (

ECLS-Extracorporeal Life Support

) tiene

como objetivo reemplazar parcial o completamente

(durante días a meses) la función cardiaca o pulmonar,

utilizando dispositivos mecánicos con el fin de esperar

una recuperación de los órganos comprometidos o como

puente a otros soportes o trasplantes. Es una técnica que

tiene como aporte la reducción de mortalidad en enfermos

con

shock

cardiogénico y/o en falla respiratoria catastrófica

(mortalidad asociada

>

80%), así como la necesidad de

manejar pacientes como puente a trasplante pulmonar,

disminuir los requerimientos de volumen y presión en la

ventilación mecánica, manejo de paCO

2

, como puente a

trasplante cardiaco, o como puente a toma de decisiones.

Su uso en Unidades de Cuidados Intensivos (ICUs) en

Estados Unidos ha aumentado más de 400% desde el 2006

(1) y en Chile de 90 casos/año el 2014 a aproximadamente

180 casos/año el 2016 (Fuente: Encuesta Nacional de

ECMO, presentado en ELSO LATAM 2016).

ECMO es una forma de soporte vital extracorpóreo donde

una circulación artificial externa extrae sangre venosa desde

el paciente, se transfiere O

2

y CO

2

en un intercambiador de

gases (membrana), después de esto la sangre reingresa a la

circulación nativa, ya sea nuevamente al territorio venoso

(VV-ECMO o ECMO veno-venoso) o al territorio arterial

(VA-ECMO o ECMO veno-arterial).

HISTORIA

Los orígenes de esta técnica se remontan a la década de

1950, cuando John Gibbon desarrolló este sistema como

un medio de oxigenación sanguínea a través de un oxige-

nador de membrana durante las operaciones prolongadas

en bypass cardiopulmonar (2), posteriormente en la década

de los 60 se intentó utilizar como opción en el tratamiento

de la insuficiencia cardiovascular y/o respiratoria refractario

en pacientes de unidades críticas (3,4). Existió mucho entu-

siasmo en expandir la técnica, sin embargo, en 1979, un

estudio controlado randomizado (RCT) realizado en pacientes

adultos con insuficiencia respiratoria aguda grave informó

una tasa de mortalidad del 90% para los pacientes en ambos

grupos (5), afectando drásticamente el entusiasmo, el cual

se estancó por más de 30 años, donde ECMO se utilizó prin-

cipalmente para pacientes neonatales y pediátricos con sólo

un pequeño número de centros altamente especializados

que realizaban ECMO en pacientes adultos.

Sin embargo, las mejoras tecnológicas en los elementos que

componen el circuito de ECMO, principalmente membranas

del intercambiador de gases y bombas centrífugas, asociado

a los avances en otros aspectos de los cuidados críticos, han

creado un escenario para el uso de ECMO muy diferente al

reportado en el estudio de Zapol et al en 1979.

El impacto del uso como soporte en pacientes adultos, con

los elementos actualmente utilizados, no fue conocido sino

hasta la publicación del estudio CESAR (6), que comparaba el

soporte ventilatorio convencional con el uso de membrana

de oxigenación extracorpórea en insuficiencia respiratoria

hipoxémica severa. El mismo año en que CESAR fue publi-

cado ocurrió la Pandemia de Influenza A (H1N1) (7,8). Esto

generó una expansión del uso de ECMO, implementándose

rápidamente en Chile, como en el resto del mundo, como

terapia de última línea en el manejo de la Insuficiencia Respi-

ratoria Catastrófica asociada al Síndrome de Distress Respi-

ratorio del Adulto (9).

Esta expansión del uso de ECMO ha permitido validar

también su uso en pacientes que presentan

shock

cardio-

génico poco después de sobrevivir a un paro cardio-

rrespiratorio (10-13), así como en otras causas de

shock

cardiogénico como miocarditis fulminante (14), embo-

lismo pulmonar (15), hipotermia (16), sobredosis medica-

mentosa (17), obstrucción de la vía aérea (18) y trastornos

electrolíticos severos (19). En estos casos, ECMO reemplaza

la función cardiaca (VA-ECMO) por un periodo de tiempo

indefinido, con una sobrevida que depende de la condi-

ción de base y sus posibilidades de recuperación, variando

entre un 42 a 36% a corto y largo plazo respectivamente

(16,20).

En muchos de los casos de

shock

cardiogénico refractario,

los pacientes requirieron de maniobras de reanimación

cardiopulmonar antes o durante la instalación del soporte

extracorpóreo, asociando un aumento moderado en el

riesgo de muerte, sobre todo si la instalación de ECMO

se realiza durante las maniobras de reanimación (21). El

hecho que determina la diferencia de mortalidad entre las

diferentes series de shock cardiogénico que requirieron

ECMO y que se asociaron a PCR dependen de la selección

de los pacientes y la causa que determina el compromiso

cardiovascular. Así en aquellos casos en que la causa del

paro cardiorrespiratorio es la hipotermia, la sobrevida

asociada a la instalación de ECMO es alta (22), indepen-

diente del tiempo de latencia entre el inicio de la reanima-

ción y la instalación de ECMO, por lo cual ECLS se considera

como el “

Gold Standard”

del paro cardiorrespiratorio hipo-

térmico refractario. Así mismo, el uso de ECMO en el caso

de algunas intoxicaciones ha demostrado una supervi-

vencia inesperada, a pesar de que estos casos se relacionan

con arritmias ventriculares recurrentes asociadas al

shock

cardiogénico profundo (17) (Figura 1).

[REV. MED. CLIN. CONDES - 2017; 28(2) 239-247]