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O. Gil Albarova et al. / Cir Cardiov. 2016;

23(4)

:199–204

201

ser realizada solo si la TF no es adecuada. La vía TAP exige intu-

bación orotraqueal y la recuperación tras la vía TF es más rápida,

especialmente si se realiza con anestesia local o con otros sistemas

de ventilación poco invasivos (mascarilla laríngea

. . .

)

La técnica ha sido bien descrita

15,16

y se realiza a través de una

minitoracotomía anterior, habitualmente a través del 6.

espacio

intercostal, si bien se recomienda que la incisión se realice guiada

por la zona de palpación del ápex, confirmada con ecografía o con

fluoroscopia.

El campo quirúrgico debe estar dispuesto para permitir un abor-

daje por esternotomía si fuera necesario y las femorales accesibles

para trabajar por ellas. Si bien algunos autores realizan el abor-

daje con intubación selectiva para poder colapsar temporalmente

el pulmón izquierdo, en nuestra experiencia no ha sido necesario,

aunque puede ser de ayuda en casos especiales. Tras abrir el peri-

cardio y referenciarlo, se procede a localizar el ápex verdadero del

ventrículo izquierdo, que es una zona de pared muy fina y cubierta

habitualmente por una capa grasa. El ápex verdadero es muy frágil

e inadecuado para el abordaje por que se desgarra con facilidad, y

debe ser evitado.

En una zona lateral y craneal al ápex verdadero, sobre tejido

muscular no cubierto de grasa, se realizan a continuación 2 bol-

sas de tabaco (sutura de mattress ortogonal), habitualmente con

polipropileno de 3/0, apoyando cada paso de aguja en un parche

de teflón. La punción del centro de la bolsa, hasta alcanzar la cavi-

dad ventricular, permite, mediante técnica de Seldinger, el paso

de guías y catéteres hasta la aorta descendente. El paso de la vál-

vula aórtica, en sentido anterógrado y por tanto a favor de flujo,

es sensiblemente más fácil y rápido que en las vías retrógradas. El

procedimiento a partir de este momento es similar a cualquier pro-

cedimiento de implante de una prótesis aórtica balón-expandible, y

no nos vamos a extender al estar muy protocolizado y bien descrito

en la literatura.

Hay que destacar el hecho de que, al ser el sistema de implante

mucho más corto que en la vía TF, la prótesis tienda a desplazarse

menos durante el posicionamiento y el implante, lo que puede ser la

causa de que la vía TAP se asocie amenos regurgitación perivalvular

que la TF.

El implante se realiza bajo estimulación ventricular rápida, como

en todos los procedimientos con prótesis balón-expandibles, y en

este sentido en la vía TAP podemos utilizar electrodos epicárdicos

izquierdos, que dejaremos exteriorizados al terminar el procedi-

miento, como es práctica habitual en la cirugía abierta por si se

produce un bloqueo (fig. 2). Un peque˜no truco que se utiliza en algu-

nos centros, y que a nosotros nos ha sido de utilidad, es utilizar de

nuevo la estimulación ventricular rápida para la retirada del intro-

ductor y el anudado de bolsas. Ello reduce la tensión de la pared

Figura 2.

Cirugía abierta.

en el ventrículo izquierdo en esta fase y disminuye el riesgo de

desgarro de bolsas que puede ser una complicación difícil de solu-

cionar. En general, y excepto por el riesgo de desgarro del ventrículo

izquierdo, que obliga a una realización de bolsas meticulosa, el pro-

cedimiento en sí suele resultar incluso más sencillo que el implante

TF en algunos aspectos: paso de la válvula, implante de electrodo

para estimulación ventricular y menor tendencia a la movilización

de la prótesis durante el implante.

En nuestro centro tendemos a evitar la vía TAP en pacientes

respiratorios severos, si hay adherencias pleurales por cirugías torá-

cicas izquierdas previas o en los casos de disfunción ventricular

muy severa, en los que incluso la mínima disfunción producida por

las bolsas en ventrículo pueda deteriorar la función de ventrículo

izquierdo hasta un punto de no viabilidad. La presencia de estos

factores tiende a dirigirnos a las otras vías alternativas, como la

transaórtica o la transaxilar (TAX). Debemos también recordar que,

en pacientes de alto riesgo, la vía TAP ha demostrado ser útil en el

tratamiento de bioprótesis disfuncionantes en posición mitral

17,18

mediante el implante en el interior de la misma de una prótesis

TAVI. Nuestra experiencia inicial con esta indicación ha sido muy

satisfactoria y creemos que es una herramienta útil que debemos

tener a punto en nuestros servicios, en especial si consideramos el

progresivo envejecimiento de la población.

Abordaje transaxilar

El abordaje TAX era una opción lógica en la evolución del TAVI

ya que, dadas las evidentes ventajas del acceso endovascular, en

determinados pacientes en los que la angio-TACmostraba patología

iliofemoral severa podían visualizarse arterias axilares relativa-

mente sanas y, en ocasiones, con calibres adecuados para el paso

de la prótesis. La arteria axilar es comúnmente utilizada en la

práctica habitual de cirugía cardiaca para la canulación arterial

en determinadas patologías, por ejemplo, el tratamiento quirúr-

gico de la disección de aorta tipo A o en la cirugía del arco

aórtico. Aunque es posible utilizar tanto la arteria axilar derecha

como la izquierda como vía de acceso para TAVI, se suele utili-

zar habitualmente la izquierda, ya que presenta mejor ángulo para

avanzar el dispositivo hacia la raíz aórtica. Aunque se han descrito

implantes exitosos vía TAX tanto con prótesis balón-expandibles

(Edwards SAPIEN) como autoexpandibles (CoreValve), demomento

solo la CoreValve ha recibido la certificación CE para este

abordaje

19,20

.

Aunque la vía axilar se realiza habitualmente con abordaje qui-

rúrgico, también se ha descrito con abordaje percutáneo

21

. En el

caso del abordaje percutáneo, la complicación hemorrágica sobre

una arteria difícilmente compresible por su situación anatómica

puede producir una complicación vascular grave y se recomienda

disponermedidas de precaución adicionales, como tener preparado

una guía larga en aorta descendente. La guía puede ser dirigida al

interior de la subclavia y servir de rail para colocar temporalmente

un balón oclusor o dirigir un stent cubierto de tama˜no adecuado

para tratar la axilar da˜nada. En la

«

red de seguridad

»

requerida

para el abordaje percutáneo, se suele a˜nadir la canulación de la

arteria radial ipsolateral para el paso y/o captura de guías si es

preciso.

Aunque no requirieron de intervención quirúrgica para el con-

trol de la hemostasia, en la serie inicial un porcentaje alto de los

pacientes (29%) requirieron el implante de un stent en axilar y un 8%

de los pacientes presentaron un segundo procedimiento endovas-

cular por disección o trombosis de stent. Por el contrario, el abordaje

quirúrgico es sencillo y poco invasivo

22

, y permite unmejor control

y manejo del vaso en caso de lesión. Se puede realizar con abor-

daje directo de la arteria controlada con torniquetes y arteriotomía

directa, puncionando a través de bolsas de tabaco o anastomosando