Editorial
Sustitución valvular pulmonar
tras
reparación de
tetralogía de Fallot.
La historia
interminable
Pulmonary valve
replacement after
tetralogy of Fallot
repair. A never ending
story
José
Ignacio Aramendi
∗
Servicio de Cirugía Cardiaca, Hospital Universitario de Cruces, Baracaldo, Bizkaia, Espa˜na
En
este número
de
la
revista,
la Dra.
Polo
López
y
el
equipo
de
La
Pa
z 1 revisan
su
experiencia
a
lo
largo
de
23
a˜nos
en
la
rein-
tervención
de
un
grupo
de
pacientes
adultos,
tras
reparación
de
la
tetralogía
de
Fallot. Un
26%
de
los
pacientes
supervivientes
de
la
corrección
de
la
tetralogía,
a
lo
largo
de
la
historia
del
servi-
cio, precisaron reintervención. La principal causa de reintervención
fue
la presencia de
insuficiencia pulmonar
con dilatación del
ven-
trículo
derecho.
La
reparación
de
la
tetralogía
de
Fallot
a
finales
de
los
50
fue
todo
un
hito
en
la
historia
de
la
cirugía
cardiaca,
y
abrió
la
puerta
a
la
reparación
de
las
cardiopatías más
complejas.
El objetivo de
conseguir un
tracto de
salida
lo más
amplio posible,
y
sin
gradientes
llevó,
en muchos
casos,
a
la
práctica
de
parche
transanular
que
inevitablemente
producía
insuficiencia
valvular
pulmonar. Era una
idea muy extendida el
concepto de que
la
insu-
ficiencia pulmonar no
tenía
trascendencia
clínica. Kirklin
en
1983
ya consideraba el uso de parche
transanular
factor de
riesgo para
la
mortalidad operatori
a 2 . Aunque
en
la
actualidad
se utilizan
técni-
casmenos agresivas como
la reparación transatrial-transpulmonar,
preservando
la válvula pulmonar, estamos viendo como una nueva
epidemia,
la
necesidad
de
reintervenir
pacientes,
en
teoría
cura-
dos, con dilatación ventricular progresiva del ventrículo derecho. El
advenimiento de
la resonancia magnética posibilitó medir con pre-
cisión
la
fracción de eyección, y
los volúmenes sistólico y diastólico
del
ventrículo
derecho,
así
como
el
cálculo
de
la
fracción
regurgi-
tante pulmonar.
Se
considera un
índice de
volumen
telediastólico
de 150ml/m
2
indicación de
sustitución valvular pulmonar
incluso
en
ausencia
de
síntomas.
La
sustitución
valvular
pulmonar,
al
eli-
minar el volumen regurgitante, produce un remodelado
inverso del
ventrículo
derecho
que
regresa
a
volúmenes
cuasi
normales,
sin
necesidad
de
actuaciones más
complicadas
como
la
restauración
ventricular o anuloplastia
tricúspide. El dilema que
se plantea es
la
elección del
sustituto. Hay
tendencia a utilizar bioprótesis en posi-
ción pulmonar. En este
trabajo se
implantaron bioprótesis porcinas
sin mortalidad operatoria, y
con buena durabilidad a medio plazo:
61
de
62
están
normofuncionantes
a
un
seguimiento medio
de
6
a˜nos. Pero, en pacientes adolescentes o
jóvenes no es una
solución
definitiva, pues
todas degeneran a medio o
largo plazo. Es de espe-
rar
que
a
partir
del
10.
◦
a˜no
de
seguimiento
las
bioprótesis
vayan
degenerando,
y
haya
necesidad
de
re-reintervención. Otra
opción
es
el
implante
de
prótesis mecánicas
que,
aunque
no
presentan
∗
Autor para
correspondencia.
Correo
electrónico:
ji.aramendi@me.comproblemas
de
degeneración,
no
están
exentas
de
complicaciones
como
la
trombosis
valvular
y
obliga
a
un
control
estricto
de
la
anticoagulación
y
es
una
opción minoritaria.
Existe
una
opción
prometedora,
la válvula pulmonar
«
inyectable
»
que es una válvula
porcina
sobre un
stent
autoexpandible que
se
implanta periventri-
cular, sin circulación extracorpórea, sin necesidad de
transfusión, y
extubación
en
quirófan
o 3 . Finalmente
existe
la
opción
interven-
cionista
con
el
implante
de
prótesis
percutánea,
en
concreto
la
válvula
de
vena
yugular
bovina
sobre
un
stent
Melody
®
(Med-
tronic,
EE.UU. ) 4 .Su
uso
es
limitado
por
el
peque˜no
tama˜no
de
la
prótesis,
su
talla
máxima
es
20mm,
y
en
estos
pacientes
la
arteria
pulmonar
está
dilatada
precisando
prótesis
mayores.
La
indicación más
frecuente
es
su
implante
en
conductos
valvulados
estenóticos.
En
la
actualidad
debemos
considerar
que
la
sustitución
valvu-
lar
pulmonar
en
pacientes
en
situación
Fallot
o
similar
no
es
la
operación
definitiva,
y
que muchos
pacientes
necesitarán
varias
reintervenciones. La
recomendación actual es el uso de bioprótesis
soportadas
bien
convencionales
o
autoexpandibles
«
inyectables
»
que permiten
su
implante
con muy baja morbimortalidad
y
exce-
lente hemodinámica
a medio plazo.
La
ventaja
adicional
es que,
si
finalmente degeneran a
largo plazo, habremos dejado
la plataforma
ideal
(el
stent
de
la bioprótesis) para
implantar una prótesis percu-
tánea demayor tama˜no como
las TAVI, disminuyendo de esta forma
el número de
reintervenciones.
Bibliografía
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–
70. http://dx.doi.org/10.1016/j.circv.2016.08.0021134-0096/© 2016 Sociedad Espa˜nola de Cirug´ıa Tor´acica-Cardiovascular. Publicado por Elsevier Espa˜na, S.L.U. Este es un art´ıculo Open Access bajo
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