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Factores protectores contra la perpetración de
bullying
.
Pueden proteger a los niños de las experiencias adversas. Entre
estos factores destaca una buena comunicación de los padres con
el niño; padres que estimulan a sus hijos académicamente; vivir en
una familia biparental; la calidez materna; el compromiso parental
con sus hijos; modelos adultos positivos y; un alto apoyo parental
(13,22,31). Además el apego al colegio, sentido de pertenencia y
mayor apoyo escolar se relaciona con más salud de los estudiantes
(3,4). Cooperar, pertenecer a grupos cooperativos en los que se dan
vínculos de interdependencia positiva y conocimiento mutuo, contiene
la agresividad relacional de los jóvenes.
b.- Factores de riesgo que aumentan la victimización por
bullying:
Niños con pocos amigos, sin un mejor amigo recíproco o con amigos
poco apoyadores y protectores, es más probable que experimenten
rechazo o aislamiento de los pares y sean una víctima fácil de los
agresores. Estos niños pueden ser fácilmente marginados y ser objeto de
bullying
. Hay evidencia de que niños con trastornos psiquiátricos (TDA,
trastornos depresivos, trastornos del espectro autista, discapacidades)
sufren mayor hostigamiento (26,28,29,34,35), además niños con
obesidad y sobrepeso, especialmente mujeres, son víctimas de acoso
verbal y aislamiento social; los varones obesos también de exclusión
social (33) (tabla 5).
Tabla 5. Factores de riesgo que aumentan
la victimización por
bullying
Ser físicamente más débil
Baja autoestima
Autopercepción negativa
Bajas competencias sociales
Conductas internalizadoras (depresión, ansiedad)
Apego inseguro madre-hijo
Madres sobreprotectoras
Parentalidad intrusiva o coercitiva
Abuso infantil
Traducido de Shetgiri 2013.
Factores protectores asociados a victimización.
Aquellos niños
con características personales de riesgo de victimización, tales como
la internalización de problemas, tener más amigos y relaciones con
pares protectores, los puede proteger contra la victimización. Profesores
cálidos y cuidadosos con los alumnos en clases también pueden
proteger contra la victimización (4).
c.- Varios factores están asociados con alto riesgo para ser
agresor-víctima (tabla 6)
Tabla 6. Factores asociados a un alto
riesgo para ser agresor-víctima
Desregulación emocional
Hiperactividad
Bajas competencias sociales
Pobres destrezas para resolver problemas
Baja autoestima
Percepciones negativas sobre otros
Bajo rendimiento académico
Rechazo de compañeros y aislamiento
Influencias negativa de pares con quienes el niño interactúa
Desconexión de la escuela
Traducido de Shetgiri 2013.
BULLYING
EN CIFRAS
El rango de prevalencia de
bullying
y victimización fluctúa entre el 15 y
50% en investigaciones de diversos países. Un estudio de prevalencia en
la década de los 80 en Noruega, mostró que el 15% de los estudiantes
de Enseñanza Básica y Media estaban involucrados en acoso escolar. De
estos, los agresores eran entre 6-7%, víctimas 9% y ambos agresores-
víctimas, un 1,5% (4,21). En un estudio entre 2005 y 2006 realizado en
40 países, un 26% de los niños de 6
to
a 9
no
grado estaba involucrado
en
bullying
, un 10,7% como agresores; un 12,6% como víctimas; y un
3,7% como agresores-víctimas (4).
En Estados Unidos, un estudio entre 2005-2006 examinó distintos
tipos de acoso escolar y mostró que un 21% de estudiantes de 6
to
a 12
avo
grado estaban involucrados en
bullying
físico ocasional, un
53% en verbal, un 51% en relacional y un 14% en
ciberbullying
. La
victimización física en estudio, entre 2003 a 2008, disminuyó, pero la
relacional no había cambiado (4). Una investigación en México reporta
que un 17,3% se reconoce como víctima de acoso escolar, siendo
más frecuente en las adolescentes (20,2%) que en los adolescentes
varones (15,1%) (12). Respecto al
ciberbullying
se ha reportado que
casi la mitad de los niños ha sido testigos de este tipo de abuso,
identificándose como agresor 4-20%; como víctima 9-35% y como
víctima-agresor un 7%. Reportan acoso vía varios métodos: 60%
ha sido ignorado por otros
online
; 50% les faltaron el respeto; 30%
fueron llamados con sobrenombres; 21,4% recibieron amenazas;
19,8% fueron molestados; 19,3% recibieron burlas y; 18,8% fueron
víctimas de rumores (4,9).
[REV. MED. CLIN. CONDES - 2015; 26(1) 14-23]