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La miocardiopatía dilatada de etiología genética se puede

presentar a cualquier edad, pero preferentemente aparecen en

la adolescencia o en adultos jóvenes. La expresión clínica puede

ser muy variable; a modo de ejemplo, en una misma familia una

proporción va a desarrollar insuficiencia cardíaca refractaria en

la niñez y otros sobrevivirán hasta una edad adulta avanzada con

síntomas mínimos (5-7).

Los defectos genéticos pueden ser causas primarias de miocar-

diopatías dilatadas, o actuar favoreciendo la interacción entre el

agente agresor, el anfitrión y el ambiente. Se ha postulado que en

los cuadros de miocarditis la exposición a virus conduce a miocar-

diopatía dilatada, preferentemente en las sub poblaciones de indi-

viduos con predisposición genética. Esta predisposición puede ser

de importancia fundamental en la historia natural de la miocardio-

patía dilatada.

Los genes implicados en causar miocardiopatía dilatada codi-

fican componentes del sarcómero, citoesqueleto (proteínas

Z-disco), envoltura nuclear y sarcolema. Además de estos

elementos estructurales, también se han identificado muta-

ciones en genes importantes en el ciclo del calcio, transcripción

y post transcripción de RNA como así también en el transporte

de proteínas (8, 9).

Es particularmente interesante que mutaciones de genes como

el MYBPC3 pueden estar asociados a diferentes fenotipos tales

como miocardiopatía hipertrófica, restrictiva o dilatada en tanto

que mutaciones de genes como el DYS pueden causar un feno-

tipo único, generando solo miocardiopatía dilatada (10).

La utilización de test genéticos en las miocardiopatías dilatadas

ha ido aumentando progresivamente en los países más desa-

rrollados; sin embargo, su alto costo y ausencia de modifica-

ciones sustanciales en la conducta terapéutica han limitado su

amplia aceptación. Es importante destacar que un test gené-

tico negativo en un paciente índice no significa que no posea

una enfermedad genética, solo permite afirmar que con los test

disponibles a la fecha no se encontró una causal genética.

El mayor rendimiento de los exámenes genéticos se da cuando en

un caso índice se encuentran una o más mutaciones capaces de

generar un fenotipo miocardiopático, esto debido a las implican-

cias que puede tener en el manejo de hermanos y descendencia.

El identificar estas mutaciones en los familiares directos es más

rápido y económico que examinar un panel completo de posibles

genes alterados y su vez permite eliminar la necesidad de realizar

un

screening

continuo en aquellos familiares que no presentan la

mutación. El encontrar la mutación del caso índice en un familiar

directo no determina enfermedad y su interpretación dependerá

del conocimiento que se tenga de la penetrancia y expresividad de

la variante encontrada.

Existe gran expectación de que en un futuro próximo la carac-

terización genética en la miocardiopatía familiar no sólo va a

permitir identificar a sujetos susceptibles de éstas patologías,

sino que también impulsará la implementación de terapias

preventivas que limiten el desarrollo de dilatación ventricular,

insuficiencia cardíaca y arritmias.

B) Patogenia inflamatoria – inmunológica

La miocarditis viral y post viral representan la mayoría de las

causas de miocardiopatía dilatada aguda y crónica. Estudios

epidemiológicos y moleculares desarrollados en Europa y

Estados Unidos han identificado que en la década de 1950 e

inicio de la década de los 1990 los brotes de miocarditis se rela-

cionaron con virus Coxsackie B. A fines del decenio de los 90 el

espectro de virus en biopsias endomiocárdicas pasó a adeno-

virus y en los últimos cinco años los virus más frecuentemente

relacionados con miocarditis han sido el Parvovirus B19 y el

Herpesvirus 6 (11, 12).

Otros virus que se han relacionado con compromiso miocárdico

son el Epstein Barr, Citomegalovirus y el Virus de la inmuno

deficiencia adquirida (VIH). En el caso del VIH, su compromiso

cardíaco es mediado por daño directo en la contractilidad del

miocito y también por la presencia de co infecciones o reacciones

adversas a medicamentos (13).

Además de las etiologias virales otras causas que deben plan-

tearse, particularmente en Sudamérica, es la infección por el

parásito

Trypanosoma cruzi

(enfermedad de Chagas). Esta se

presenta como una carditis o miocardiopatía dilatada. Entre sus

manifestaciones se encuentra el bloqueo completo de rama

derecha, aneurismas apicales y alteraciones en la motilidad

segmentaria (14).

Otra enfermedad parasitaria a considerar es la enfermedad de

Lyme provocada por la

Borrelia burgdorferi,

ésta debuta frecuen-

temente con alteraciones en la conducción atrio ventricular (15).

La mayoría de la evidencia sobre la patogenia del compromiso

miocárdico secundario a virus o procesos autoinmunes proviene

de estudios realizados

in vitro

en animales (16).

Se sabe que los virus penetran en los cardiomiocitos a través de

receptores y correceptores específicos, produciendo su injuria

inicial. La miocarditis causada por virus depende de señales

estimulantes influenciadas por la inflamación, por lo tanto, la

inflamación y replicación del virus están atrapados en un círculo

sinérgico. La activación de proteínas pro inflamatorias, como por

ejemplo la p38 MAP quinasa, Akt, son necesarias para la repli-

cación exitosa del virus en la célula huésped; de este modo, un

ambiente altamente inflamatorio y reactivo, al intentar limpiar la

invasión, paradójicamente fomentará la replicación del virus (17).

[MIOCARDIOPATÍA DILATADA: ASPECTOS GENÉTICOS, INFECCIOSOS, INFLAMATORIOS Y DEL SISTEMA INMUNE - Dr. José Luis Vukasovic R.]