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2.4. Rendimiento de la biopsia pleural con aguja y la

toracoscopia en el diagnóstico de mesotelioma

La biopsia pleural “ciega” (sin uso de técnicas de imagen en

tiempo real) es poco satisfactoria para el diagnóstico de meso-

telioma, no sólo por la falta de control en cuanto al punto

exacto de donde se obtienen las muestras, sino también por

el pequeño tamaño de éstas (40). Cuando hay engrosamiento

pleural nodular difuso, el rendimiento de la biopsia con aguja

puede mejorar considerablemente si se realiza con la ayuda de

TC (41, 42) o ecografía en tiempo real (43). La toracoscopia (o

pleuroscopia

) es mucho más rentable porque permite la toma de

más y mayores muestras, se puede realizar con anestesia local

y analgesia/sedación intravenosa (44), y nosotros hemos diag-

nosticado más de 80 mesoteliomas pleurales con este método

(45). La VATS (

“video-assisted thoracoscopic surgery”

) permite

una mejor estadificación del tumor (especialmente en el área

mediastínica) e incluso hacer pleurectomía/decorticación en

casos seleccionados, pero requiere más recursos, incluyendo

anestesia general e intubación traqueal (46). El rendimiento

de la pleuroscopia (también llamada “toracoscopia médica”) es

sub-óptimo en el mesotelioma con componente sarcomatoso

(47), y entonces es preferible obtener muestras más represen-

tativas mediante VATS o mini-toracotomía (48).

2.5. Diagnóstico precoz en el mesotelioma pleural maligno

Uno de los principales retos con que nos enfrentamos en el

mesotelioma radica en el hecho de que, si bien tenemos iden-

tificada la población de riesgo (individuos expuestos de una u

otra forma a asbesto), carecemos de herramientas para conse-

guir un diagnóstico suficientemente precoz que permita aplicar

tratamiento radical. Esto implica la necesidad de

biomarcadores

capaces de detectar la enfermedad antes de que se desarrolle

derrame o engrosamiento pleural difuso, y por ahora tampoco

se dispone de técnicas de imagen con suficiente sensibilidad y

especificidad para lograr ese objetivo.

2.6. Estudio de biomarcadores en el mesotelioma pleural

maligno

El biomarcador que más atención ha recibido en los últimos

años es la

mesotelina soluble,

que guarda una estrecha correla-

ción con el tamaño y progresión tumoral en el mesotelioma de

estirpe epitelioide, (no sarcomatoso, en el que suele ser nega-

tivo) (49). No obstante, sus valores se influyen por la función

renal, y uno de sus mayores problemas radica en la elección de

un punto de corte adecuado para distinguir entre afectación

pleural benigna y maligna (50). En todo caso, parece claro que

los niveles de mesotelina son más útiles en líquido pleural que

en suero, y esto viene a limitar mucho su valor para el diag-

nóstico precoz en sujetos con historia de exposición a asbesto

pero que no presentan derrame pleural. Ante una baja proba-

bilidad pre-test de padecer mesotelioma, niveles bajos de

mesotelina pueden ayudar a descartarlo, mientras que niveles

altos refuerzan el uso de técnicas diagnósticas más invasivas

en un paciente con sospecha de mesotelioma (51-53). En todo

caso, parece que la mesotelina es más útil para monitorizar el

tratamiento que para el diagnóstico diferencial en los derrames

pleurales (54).

Tratando de superar los problemas de la mesotelina y otros

marcadores, se ha publicado recientemente que la

fibulina-3

es capaz de distinguir entre personas sanas con historia de

exposición a asbesto y pacientes con mesotelioma, e incluso

entre mesotelioma y otros procesos malignos o benignos

de la pleura (55). Estos excelentes resultados iniciales no han

sido revalidados por otro estudio realizado recientemente en

Australia -país con alta prevalencia de mesotelioma- y en el

que se compararon los valores de mesotelina y fibulina-3 en las

mismas muestras de plasma y líquido pleural. En este estudio

se confirmó un mejor rendimiento diagnóstico de la mesote-

lina sobre fibulina-3, que sí mostró un buen valor predictivo de

la supervivencia cuando sus valores se encontraban altos en el

líquido pleural de pacientes con mesotelioma, sobre todo en el

de tipo sarcomatoso o mixto (56).

3. PERSPECTIVAS TERAPÉUTICAS DEL MESOTELIOMA

PLEURAL MALIGNO

El mesotelioma suele tener escasa respuesta a quimioterapia y a

radioterapia y la cirugía es raramente curativa, porque general-

mente el tumor se diagnostica demasiado tarde y por ello tiene

especial importancia la cuidadosa evaluación de cada paciente

antes de elegir la mejor terapéutica. Si se está considerando la

cirugía radical es crítico evaluar la función pulmonar y cardíaca,

la presencia de otros factores de comorbilidad y el estado físico y

psicológico del paciente. La elección entre las distintas opciones

terapéuticas viene dictada por la situación clínica y los estudios

de extensión tumoral (TNM) mediante técnicas de imagen. No

obstante, ninguna de las técnicas disponibles en la actualidad es

suficientemente precisa para asegurar la “T” y la “N” en el meso-

telioma pleural maligno, y es muy frecuente que la estadifica-

ción post-quirúrgica supere ampliamente a la previa (57). Hasta

que se consiga una estadificación TNM más robusta, se aconseja

seguir la establecida por la UICC (“

Union Internationale contre le

Cancer

”) (58) (ver Tabla 4).

3.1. Tratamiento Quirúrgico

El principal objetivo de la cirugía es resecar

macroscópicamente

todo el tumor, asumiendo que con ello se obtiene una mejor

supervivencia, y que los pacientes en los que quedan restos de

tumor visibles macroscópicamente la supervivencia es menor

(59). Sin embargo, la evidencia acumulada actualmente sugiere

que no es posible conseguir una resección completa (macro y

microscópica) en el mesotelioma pleural maligno, independien-

temente de la técnica quirúrgica que se aplique y por ello se

[Aspectos diagnósticos y terapéuticos en el mesotelioma pleural maligno - Dr. Francisco Rodríguez P.]