Previous Page  81 / 164 Next Page
Information
Show Menu
Previous Page 81 / 164 Next Page
Page Background

341

La terapia anticoagulante se ha simplificado sustancialmente en

la actualidad por contar con heparinas de bajo peso molecular

(HBPM) que han reemplazado a la no fraccionada intravenosa

y con anticoagulantes orales que no necesitan monitorización

de niveles plasmáticos terapéuticos como con los antagonistas

de la vitamina K (acenocumarol o warfarina).

El esquema clásico de inicio de terapia en TEV es de heparina

seguida por acenocumarol o warfarina, reduciendo la morta-

lidad por TEP de 25-30% a alrededor de 2.5%. No se debe

utilizar acenocumarol o warfarina solas inicialmente porque

aumenta el riesgo trombótico los primeros días. Las HBPM

(enoxaparina, dalteparina) son tan efectivas y seguras como

la heparina no fraccionada y logran llegar a dosis terapéuticas

más rápido, se usan en dosis fijas y confieren menos riesgo de

sangrados mayores. La heparina no fraccionada intravenosa

tiene un nicho aún en pacientes con insuficiencia renal con VFG

<

30 ml/min o pacientes muy inestables con eventual indica-

ción de cirugía de salvataje, ya que las HBPM son parcialmente

reversibles con protamina. La enoxaparina se usa en dosis de

1 mg/kg subcutánea cada 12 horas o 1.5 mg/kg cada 24 horas.

La dalteparina, 120 U anti-Xa/kg subcutánea cada 12 horas. El

traslape a acenocumarol o warfarina se inicia generalmente en

primeras 24 horas desde el diagnóstico y se debe mantener la

heparina por 5 días o hasta tener al menos 2 días de niveles

de INR terapéutico (2.0 – 3.0). En pacientes oncológicos que

presentan TEV significativo se sugiere que sigan con HBPM y

no hacer transición a antagonistas de vitamina K orales por 3

veces más riesgo de recurrencia.

La actividad de las HBPM generalmente no se monitoriza,

excepto en embarazadas, en pacientes con VFG

<

30 ml/min

o en obesos mórbidos, en quienes se sugiere medir actividad

pico anti-Xa. La trombocitopenia inducida por heparina (TIH)

es una complicación infrecuente pero grave de la terapia con

heparina, que causa trombosis arterial y venosa, rara vez,

hemorragias. Se produce por anticuerpos anti-plaquetarios

dependientes de heparina y se debe sospechar en pacientes

que hacen trombos bajo heparina o que desarrollan plaque-

topenia. Es raro que se presente después de los 14 días con

heparina.

La dosis inicial de warfarina generalmente es de 5 mg (usar

menos dosis en pacientes muy enflaquecidos o con daño hepá-

tico crónico) y es mejor usarla en las tardes. Las dosis subse-

cuentes varían según el tiempo de protrombina/INR, que debe

medirse al menos 2 veces la primera semana (no antes del 3

er

día con warfarina). Los pacientes bajo warfarina por 3 meses en

rango terapéutico tienen un riesgo de sangrado mayor de 6%/

año y sus niveles plasmáticos se ven interferidos por alimentos

y otros medicamentos, elementos que deben estar contem-

plados en la educación del paciente.

La anticoagulación de una TVP o de un TEP con factor provo-

cador evidente debe extenderse por tres meses. Si no hay

un factor de riesgo, se debe discutir el riesgo-beneficio de

descontinuar la terapia con cada paciente, siendo conveniente

extender la anticoagulación si el riesgo de sangrado es bajo,

ya que el riesgo de recurrencia alcanza el 30% a 5 años. En

el contexto de TEV en paciente con cáncer activo, el tiempo

de terapia debe ser al menos 6 meses y en TEV recurrentes o

trombofilias de alto riesgo la anticoagulación debe ser indefi-

nida, reevaluando periódicamente el riesgo-beneficio. El riesgo

que se asume al detener terapia anticoagulante es siempre

motivo de ansiedad en el paciente. Una forma de evaluar el

riesgo es medir dímero-D un mes después de detenida la

terapia. Si persiste elevado el riesgo de recurrencia es mayor

y se puede prolongar la terapia anticoagulante. Otra manera

de evaluar riesgo al suspender terapia es con ecodoppler de

EEii, buscando TVP residual. Hay evidencia del beneficio de

continuar con aspirina en dosis bajas (100 mg) como preven-

ción secundaria de TEV después de descontinuada la terapia

anticoagulante. Los datos para apoyar el beneficio de estatinas

como prevención secundaria de TEV son menos fuertes, pero

vale la pena continuar en pacientes que ya utilizaban.

Nuevos anticoagulantes. Drogas que prometen no requerir

monitorización, ser igual o más eficaces con menos riesgo de

sangrado. El problema es que hasta el momento no hay fácil

disponibilidad de antagonistas para lograr rápida reversión de

efecto anticoagulante. El rivaroxabán antagoniza el factor X

activado (Xa) y no está recomendado en pacientes con falla

renal y contraindicado con VGF

<

30 ml/min. Ha demostrado

ser al menos no inferior a warfarina y no necesita uso inicial de

heparina (14). Ha sido utilizado en esquemas extendidos de

hasta 12 meses en primeros episodios idiopáticos de TEP. Se

usa en dosis iniciales de 15 mg cada 12 horas por 3 semanas

y luego 20 mg/día de mantención con costo mensual equi-

valente a 287 dólares en enero 2014 en

EE.UU

. El dabigatrán

tiene como blanco el factor II activado y ha demostrado no

inferioridad al comprarse con warfarina, ambos con terapias

iniciales con HBPM o heparina no fraccionada (15). La dosis es

de 150 mg 2 veces al día con costo de 315 dólares mensuales.

El apixibán, que se usa inicialmente con 10 mg 2 veces al

día por 1 semana y luego 5 mg al día (valor entre 286 – 573

dólares mensuales), también está dirigida contra factor Xa y

también ha demostrado no inferioridad a terapia estándar

(16). El fondaparinux es un pentasacárido sintético que se une

a antitrombina e inhibe Xa (17), útil en presencia de TIH ya

que tiene baja afinidad por factor 4 plaquetario. Se usa en 1

dosis diaria subcutánea y no requiere monitorización de labo-

ratorio.

El embarazo es un estado procoagulante, con fuerte asociación

a trombofilias, con mayor incidencia de TEV, ya sea durante el

[DIAGNÓSTICO Y TRATAMIENTO DEL TROMBOEMBOLISMO PULMONAR- Dr. Jorge Sandoval B. y col.]